Imagen: División del andrógino original, impresión vinílica 100x70, foto directa de envase cortado, 2010.

Campos de Teoría promueve la reflexión sobre producciones teóricas que atraviesan las diversas disciplinas nucleadas en la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos: arquitectura, urbanismo, estudios culturales, filosofía, historia, paisaje y tecnología. Adopta la forma de conferencias individuales y mesas redondas presentadas y moderadas por profesores de la escuela, y cuenta con la participación de académicos e intelectuales especializados en los temas particulares de cada convocatoria. Durante 2014 el ciclo se propone responder al desafío presentado por cierto pensamiento político-económico actual que se infiltra en el campo de la arquitectura forzando una artificiosa elección de “posiciones”, como si el pensamiento pudiera tomarse ya hecho de un anaquel. Lo regular (o normativo) y lo distinto (o disconforme) representan una disyuntiva que pretende resolver y agotar las opciones para el pensamiento. Por el contrario, el ciclo se interesa en la posibilidad de una teoría creativa que sea capaz desafiar esa matriz: menos teoría de la arquitectura, y más arquitectura de la teoría. Este interés se canaliza mediante el concepto de Neodoxia. Una doxa es nueva en la medida en que reconfigura el campo del pensamiento, sin ignorar ni idealizar los sistemas de coordenadas que se ofrecen como guías. El desafío consiste en estimular y mapear simultáneamente -ya se sabe que no hay observación que no modifique su campo de estudio- el estado de la producción de teoría arquitectónica, a conciencia de que un nueva doxa es un valor incompleto; se trata de producir marcos para la observación que se propongan resistir el paso del tiempo. 

Teoría y arquitectura infiltran una a otra sus contradicciones, disueltas y a la vez fijadas por visibilidades técnico-figurativas: montajes, cortes-uniones que simulan necesidad donde sólo hay contingencia y eficacia. Menos "teoría de la arquitectura, y más arquitectura de la teoría" enfatizaría que esas oposiciones son construidas: la arquitectura como una de las “figuras terminales del pensamiento reflexivo”. ¿Hay en eso una superación magistral? ¿Hay entre arquitectura y teoría una relación tan crítica que llega al crimen? Las oposiciones teórico-arquitectónicas son “imaginarias”, lo que no significa falsas sino proyectadas en IMAGEN: líneas ambivalentes, FIXiones que separan y unen con eficacia. Garantizado hoy cualquier efecto proyectivo, queda excluido un término al que podemos llamar afecto (cualificación de la cantidad de efectos). Las representaciones afectivas abren la arquitectura a una creatividad más rara y más incierta en el contraste de sus opciones: arqueertectura -una práctica que sí puede arriesgar sus efectos como encuentros.

Claudio Alejandro Do Campo (Alejo Campos) es arquitecto UBA, artista visual y escritor ocasional. Asistió a postgrado en la Städelschule Frankfurt am Main, con P. Cook y E. Miralles, a clínicas y talleres en Bs. Aires, y estudia psicoanálisis. Fue docente de Arquitectura y Teoría de la Arquitectura UBA / UP, y miembro de la revista Pasajes / UBACyT. Realizó muestras colectivas e individuales en Buenos Aires, La Plata, México, Rotterdam y Viena; escribe sobre arquitectura y arte (UR, Pasajes, SCA, Arquis, A. W., Katzenstein arquitecto, Ramona, etc.) Trabaja sobre “los sentidos más-allá-de-lo-profesional que puede tener lo proyectual o proyectivo: encuentro, asociación, influencia, cómo puede un objeto o imagen opacar o invisibilizar a otr@ -contra la idea de que las líneas las impone el espíritu a la materia, cuando lo que hay es una materia + dura, + filosa o + elástica que se impone a otra”.
http://alejocampos.blogspot.com.ar