En los medios
La pobreza y lo que viene: el desafío es que la economía crezca de manera sostenida
Martín González Rozada, codirector de la Maestría en Econometría, analizó las tasas de pobreza e indigencia del país.
Será clave la recuperación de la economía para bajar la pobreza.
La tasa de pobreza alcanzó el 52,9% en el primer semestre de 2024 y la indigencia llegó al 18,1%. Esto es un aumento de más de 11 puntos porcentuales en la pobreza y más de 6 puntos porcentuales en la indigencia en comparación con el segundo semestre de 2023 implicando que hay alrededor de 15,7 millones de personas que viven en hogares urbanos pobres.
Las regiones noroeste y noreste del país fueron las que impulsaron el aumento de la pobreza mientras que la región noreste y la del Gran Buenos Aires fueron las que tuvieron mayor indigencia. La tasa de indigencia en el Gran Buenos Aires alcanzó 19,8% explicada por los partidos del conurbano bonaerense donde esta tasa fue del 22,7%. En el otro extremo, la región Patagónica fue la que tuvo la menor tasa de pobreza y de indigencia.
Los datos oficiales de pobreza y de indigencia son los más altos desde que el INDEC volvió a medirlos en el año 2016. La desagregación de los datos semestrales por trimestre sugiere que el pico de pobreza e indigencia se dio durante el primer trimestre del año alcanzando 54,9% y 20,3%, respectivamente. En el segundo trimestre de 2024 hubo una recuperación de los ingresos de los hogares que, si bien no alcanzó para emparejar el aumento de las canastas, básica alimentaria y total, redujo la brecha con las mismas en comparación con el primer trimestre del año y más que compensó la caída que se produce en los mismos todos los años debido a que es un trimestre con ingresos sin aguinaldo. Esta situación produjo una reducción en las tasas de pobreza e indigencia durante el segundo trimestre del año con respecto al primero.
En el segundo trimestre del año las tasas de pobreza e indigencia fueron alrededor de 50,9% y 16%, respectivamente. La información disponible sugiere que los ingresos de los hogares siguieron reduciendo la brecha con las canastas durante el tercer trimestre y la proyección en el corto plazo es que la incidencia de la pobreza y la indigencia sea menor a los valores del segundo trimestre en lo que resta del año. Muy probablemente las tasas de indigencia y de pobreza del segundo semestre del año estén por debajo del 50% y del 15%, respectivamente. El desafío hacia adelante es que esta incipiente reducción de la pobreza y la indigencia se mantenga en el tiempo y para esto se necesita que la economía empiece a crecer de forma sostenida.