La pobreza anotó un aumento de 5 puntos entre noviembre y febrero y llegó al 46,3% en el semestre móvil que va desde septiembre hasta el segundo mes del año. Superó por bastante al 42% de lo peor de la pandemia, cuando se desplomó la actividad por el efecto de la cuarentena. El cálculo pertenece a las estimaciones mensuales de pobreza de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y da cuenta de que el indicador subió hasta su peor punto de toda la serie. De hecho, según la medición del Indec, desde el segundo semestre del 2005 que no se superaba el 46%. La inflación y la recesión, con ajuste fiscal, golpearon de lleno a los salarios y las jubilaciones.

El IPC acumuló un alza de 71,3% entre diciembre y febrero, a causa de la devaluación que disparó al precio del dólar oficial un 118% el 13 de diciembre pasado. Esa dinámica licuó no solo a los ahorros por la sostenida baja de la tasa de interés, sino también a los ingresos fijos, lo que se observó tanto en los salarios de trabajadores registrados, y en particular los estables que publica la Secretaría de Trabajo todos los meses a través del Ripte, como también en las jubilaciones, que por la fórmula de actualización y su rezago se hizo eco de un IPC mucho más bajo que el mencionado 71,3%.

Tal como señaló el investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma, Luis Campos, el Ripte, que es un índice oficial que mide la variación mensual de los salarios de trabajadores registrados y con al menos 13 meses de antigüedad ininterrumpida, mostró una caída de 20,7% real entre diciembre y enero. Eso porque en diciembre el alza nominal de los salarios mencionados fue de apenas 8,3% durante diciembre, frente a una inflación de 25,5%. Y porque en febrero el incremento nominal fue de solo 14,7%, frente a una inflación de 20,6%.

El 13,2% de febrero informado esta semana por el Indec ya implica algunas expectativas de que se haya dado alguna desaceleración o incluso recuperación, por supuesto apenas parcial, de los salarios Ripte, siempre en términos reales. 

Algo similar se dio con las jubilaciones. El propio Campos estimó el efecto de la licuadora: "En los primeros tres meses de gobierno de Javier Milei las jubilaciones cayeron, en promedio, un 26,7% en comparación con el trimestre anterior. Para los de la mínima que cobran el bono el retroceso fue del 21,7%". El presidente del Iaraf, Nadin Argañaraz, señaló que en promedio terminarán el trimestre "con una pérdida de poder adquisitivo del 42% interanual", mientras que la mínima perderá 28%. 

La UTDT estimó, en base a la Canasta Básica Total (CBT) de febrero, que acumuló una suba de 76,9% contra noviembre, y a proyecciones para los ingresos en base a la EPH, una pobreza de 46,3% para el semestre septiembre-febrero, un salto de 3,4 puntos respecto a enero, de 3,9 puntos contra diciembre y de 5,2 puntos contra noviembre. El pico máximo de los últimos 15 años según el Indec se había visto en el segundo semestre del 2020 pandémico, cuando llegó al 42%. Con una medición metodológicamente diferente, la UCA había publicado hace un mes una suba de 7,9 puntos de la pobreza entre diciembre y enero.