Archivo de Empresas

Un investigador que quiera estudiar la anatomía de un sistema económico apela a las cuentas nacionales como fuente para lograr su objetivo. El Producto Bruto Interno, el ahorro, la inversión, el consumo, el gasto público, entre otras variables macroeconómicas aparecen así como los instrumentos que permiten armar un rompecabezas. El hallazgo de cada pieza, es decir, de una nueva variable, se vuelve una tarea tan fascinante como compleja.

 

Pero si lo que se quiere es comprender la fisiología de ese sistema, el investigador debe recurrir a otro tipo de fuentes y a otro tipo de variables, más relacionadas con el enjambre de participantes que conforman el mundo de la economía: las empresas y las unidades de consumo. Oferta y demanda se encuentran en un espacio casi mágico que, tomando la denominación de los viejos sitios de intercambio que nacieron con las primeras culturas, ha sido llamado el mercado. Poder estudiar el funcionamiento de este mercado desde la mirada de las unidades económicas que lo sustentan resulta crucial para la tarea de quien quiera reconstruir la historia económica de un sector, de una región o de un país. Los documentos relativos al funcionamiento de las firmas resultan, entonces, un instrumento fundamental para entender lo que ocurría en el mundo de la oferta.

 

La Biblioteca de la Universidad Torcuato Di Tella posee el archivo más grande de empresas de toda la Argentina, lo que de por sí implicaría un acervo notable. Pero el logro se vuelve aun más notable si tenemos en cuenta que en nuestro país este tipo de materiales brilla por su ausencia. La memoria de las firmas parece desaparecer a un ritmo tan acelerado que resulta difícil encontrar similitudes en otros lugares del mundo. No sólo el caso paradigmático de los Estados Unidos —donde los archivos de empresas pululan tanto como los historiadores que puedan usarlos con provecho— sino el más cercano de Brasil nos resultan comparaciones tan fuertes como necesarias para llamar la atención sobre el valor de mantener los rastros de nuestro pasado. Los libros contables, la correspondencia, los balances y los papeles personales que una firma posee resultan fuentes tan importantes para reconstruir la historia de la economía moderna, como lo son los papeles de un partido para realizar una tarea similar con la historia política de nuestros días.

 

Los archivos de la empresa SIAM Di Tella constituyen una excepción a la regla tan dañina de destruir los rastros de nuestro pasado. Y esta milagrosa preservación, debida a la labor de los descendientes del fundador Torcuato Di Tella, permite que la universidad posea materiales que resultan clave para comprender una buena parte de la historia económica argentina del siglo XX desde una mirada diferente.

 

La firma, en verdad, participó activamente de los avatares de la industrialización argentina. Nacida en 1910 y dedicada a producir máquinas para amasar pan, iba a de-sempeñar un papel singular en la iniciación de actividades industriales. La Sociedad Industrial Americana Maquinarias Di Tella Limitada (SIAM Di Tella), se constituyó en sinónimo de diversas novedades en el panorama manufacturero nacional. SIAM Di Tella, en efecto, inició la producción de nuevos artículos destinados a la propia industria, como diversas máquinas destinadas a la panadería (su objetivo inicial) y bombas para extraer petróleo. Pero con el correr del siglo, la firma quedó asociada a la vida cotidiana de los argentinos con sus bienes de consumo durables, que la convirtieron en la marca líder de su época, hasta su cierre.

 

En 1977, la dirección del Instituto Torcuato Di Tella inició las tareas de recolección de archivos de empresas comerciales, un programa especialmente destinado a aquellas ya desactivadas. Como resultado, la biblioteca reunió los archivos de las siguientes firmas: William Walker (dedicada a la administración de estancias), Adolfo Bullrich y Cía. (famosa en la venta y remate de tierras), La Forestal (que producía tanino a partir del quebracho) y algunos libros de la fabricante de galletitas M.S. Bagley. Es de esperar que esta iniciativa sirva de ejemplo para que nuestra memoria —en la forma de los papeles de empresas y, quizá en el futuro, en los inventarios de los consumidores— no termine desapareciendo y sin dejar rastro, como en general ha ocurrido hasta ahora.

 

Fernando Rocchi

Ph.D. in History, University of California at Santa Barbara.

Director de los Posgrados en Historia.