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21/11/23

“Las decisiones importantes las toman por nosotros todo el tiempo”

Andrea Goldin, profesora de las Maestrías y Especializaciones en Educación e integrante del Laboratorio de Neurociencia, fue entrevistada sobre las neurociencias y las tomas de decisiones.



Andrea Goldin, licenciada en Ciencias Biológicas y Doctora en Ciencias Fisiológicas (UBA). Desde hace más de dos décadas se especializa en neurociencias y es investigadora del CONICET en el Laboratorio de Neurociencia de la Torcuato Di Tella.

Las neurociencias brindan conocimientos científicos sobre la conducta humana para diseñar e implementar mejor las políticas públicas. Para detallar más sobre la toma de decisiones y las diferentes influencias en las mismas, Andrea Goldin, especializada en neurociencias, explica algunas cuestiones importantes del tema.

¿Cómo definirías las neurociencias cognitivas? ¿En qué se diferencian con otras ramas de la neurociencia?

Las neurociencias son las ciencias que estudian el funcionamiento del sistema nervioso. Es decir, del cerebro, los sentidos, la mente, cómo pensamos. Y se ocupan de entender —o de tratar de entender— cómo pensamos, entendemos y sentimos. Por su parte, las neurociencias cognitivas, en particular, son las que se ocupan de los humanos. De entender cómo pensamos, resolvemos problemas y qué nos pasa en la cabeza a los humanos. Después hay muchas otras ramas de neurociencias.

¿Qué evidencia neurocientífica existe respecto a la toma de decisiones en política pública?

La verdad es que hay poca evidencia. Por ejemplo, uno de los casos emblemáticos es el caso de la decisión por default —predeterminada o por defecto—, que es que básicamente somos holgazanes y entonces si una decisión ya está tomada y nosotros lo que tendríamos que hacer para tomar otra es cambiarla y explicitar que vamos a tomar otra, en general lo que se ve es que no lo hacemos. El ejemplo clásico es, que se vio en varios países, incluso en Argentina, cómo se levanta un montón la cantidad de donantes de órganos por ejemplo si lo sos por default. Cuando nacés vas a donar tus órganos y si vos no querés hacerlo, tenés que avisar. Lo que termina pasando es que nadie avisa y entonces todo el mundo se transforma en donante.

¿Qué estrategias han sido demostradas como eficientes para que las personas crean con más seguridad un estudio?

Las estrategias van a depender siempre de qué tipo de estudio hablamos, de qué población hablamos y de cómo nos comunicamos con esa población. No es lo mismo ni el lenguaje ni los medios por los cuales te vas a comunicar con un niño pequeño, con un adolescente, con un adulto, con un adulto mayor. Va a depender de la cultura también. Dicho eso, algo que suele funcionar muy bien es el principio de autoridad: que te dé la información alguien de tu confianza. Y también ver cómo los de tu alrededor o los que te importan, como tus vecinos, toman y se apropian o no de ese conocimiento. Entonces, si todo el mundo tira papeles al piso, vas a tirar papeles al piso en caso de que no te importe. En cambio, si de golpe gente que a vos te resulta relevante no lo hace, probablemente cambies una actitud. Incorpores de forma distinta la información y cambies tu accionar.

¿Cómo se vincula la neurociencia a la importancia de alimentarse y dormir bien? ¿Las políticas públicas deberían garantizar estos dos puntos?

Sin ninguna duda las políticas públicas deberían garantizar el buen descanso, lo que pasa es que eso es difícil, pero la buena alimentación sí podrían garantizarla. Por ejemplo, con buena enseñanza en las escuelas sobre la importancia del sueño, la importancia de la alimentación, sobre por qué conviene alimentarse de una forma y no de otra. De hecho, el etiquetado frontal va en esa línea y, sin embargo, nótese la cantidad de tiempo que se tardó. Hay otra ley que plantea que tiene que haber una cantidad de productos de pequeños productores en los supermercados, la ley de góndolas —que no se cumple—, eso podría ir en línea con una buena alimentación, principalmente porque una buena alimentación a nivel del sistema nervioso, lo que implica es productos lo menos procesados posible, lo menos elaborados por máquinas industriales, con la menor cantidad de aditivos, con azúcar o miel y no jarabe de maíz de alta fructosa, y con menos sal y azúcar. Por otro lado, hay bastante desconocimiento, ¿por qué es importante esto? Básicamente porque para que nuestro sistema nervioso funcione y podamos pensar, entender y sentir, hace falta que se comunique bien y que esté bien armado. Si no tenés una buena alimentación, no vas a poder sostener esas estructuras que son necesarias para que podamos pensar,razonar, sentir y movernos en el mundo y ser libres, en última instancia.

¿Es importante racionalizar las decisiones en vez de guiarse por las emociones?

Depende de qué decisión sea. Al cerebro se lo asocia con lo racional, entonces lo que sucede es que cuando querés tomar una buena decisión, esa decisión no tiene que ser impulsiva. No tiene que ser emocional. Si es una decisión muy emocional, entonces probablemente no sea la mejor. A veces está bien tomar esas decisiones. Un clásico ejemplo es: “no vayas al supermercado con hambre”. Porque vas a comprar un montón de cosas que no necesitabas. ¿Y por qué? Te vas a dejar llevar porque con hambre se piensa peor, con sueño se piensa peor, cansados pensamos peor, estresados pensamos peor. También hay algunas decisiones que las tomamos muy rápidamente sin darnos cuenta y que las tomamos con un montón de experiencia previa y no son emocionales. Tampoco son racionales —es decir, conscientes— porque las tomamos rápidamente y suelen estar bien. Viene de muchísima experiencia previa que hemos ido juntando, muchas veces inconsciente. Hay lo que se llama en ciencias cognitivas el ingroup y el outgroup, que es básicamente cierta gente con la cual compartís algo y otra gente con la que no lo compartís. Los contrarios. Por ejemplo, puede ser Boca o River o el equipo que sea. Si sos hincha de Boca y alguien que nunca viste en tu vida también es hincha de ese equipo, entonces comparten eso e implica que vas a confiar más en esa persona. Le vas a creer un poco más si tenés que elegir a esa persona frente a un hincha de River —que tampoco conocés— para que te cuide una mochila. Es algo totalmente inconsciente.

¿Cómo influyen actualmente los algoritmos en las ideas y decisiones?

Los algoritmos están preparados para que vos no dejes de estar en esa red o la dejes la menor cantidad de tiempo posible. Y para eso, lo que buscan es que estés contento y conforme. Y finalmente terminan generando estas burbujas en las cuales nadie piensa distinto, porque al que piensa distinto no le das muchos likes, no hay mucha interacción y deja de mostrártelo. Hay un montón de estudios en los que se ve cómo la polarización política se puede ver en redes sociales perfectamente. Definitivamente, es algo que sería muy bueno regular desde el Estado.

¿Cree que la comunidad debe ser “notificada” que está siendo parte de un proceso intencional de influenciar sus decisiones?

Me encantaría decir que sí, pero la realidad es que todo el tiempo estamos influenciando decisiones. Por otro lado, ver qué es la intencionalidad. Uno al hablar le influye al otro en cosas que va a pensar. A su vez, el otro lo toma desde su impronta, su historia. etc. Muchas experiencias que vivimos las personas van a influir sobre nuestras decisiones —intencionales o no—, como el gesto que hace alguien o la pausa cuando habla. Sí me parece imprescindible que los que nos gobiernan, los que toman decisiones importantes, entiendan algunos conceptos muy básicos de cómo funciona nuestra cabeza, cómo pensamos, entendemos, nos comunicamos, qué cosas nos importan, de qué cosas no, qué cosas son biológicas e innatas, entonces hay que tener ciertos cuidados sobre cómo van a funcionar y qué otros procesos cognitivos se van desarrollando. Todo eso es clave para pensar que van a tomar las mejores decisiones para nosotros, porque es muy interesante pensar en la libertad, en tener libertad y en la libre albedrío y en la libertad de la toma de decisiones, pero la realidad es que la mayor parte de las veces tenemos cierta libertad para tomar algunas decisiones, pero son las decisiones que no importan, son decisiones chiquititas, pequeñitas, las decisiones importantes las toman por nosotros todo el tiempo.