Escuela de Gobierno
En los medios

15/04/25
Guerra comercial: aprender a vivir en la incertidumbre
El director académico del Cepe escribió sobre el impacto global de la política comercial de Estados Unidos.
Estados Unidos combina caos táctico con agenda estratégica de desglobalización. El mercado baila al son de las marchas y de las contramarchas de Trump. China fortalece vínculos regionales y busca posicionarse como alternativa de estabilidad. Mark Carney desafía a Trump desde Canadá con un discurso tecnocrático y nacionalista. Europa intenta contener al presidente estadounidense con pragmatismo. Japón negocia contrarreloj. En América latina, la reelección de Noboa en Ecuador ofrece estabilidad institucional.
Trump ha lanzado lo que podría considerarse la fase más agresiva de su política comercial, con un nuevo paquete de tarifas que eleva los aranceles promedio de Estados Unidos a su mayor nivel en más de un siglo. Las medidas incluyen un arancel base del 10% para prácticamente todos los países, picos del 25% para sectores estratégicos (autos, acero y aluminio) y un 145% para las importaciones provenientes de China.
Aunque hubo una aparente exención para algunos productos electrónicos, esta fue rápidamente relativizada por contradictorias declaraciones formuladas desde la Casa Blanca y el Departamento de Comercio.
El desorden como táctica (o síntoma)
Las decisiones se comunican por canales informales (Truth Social, entrevistas improvisadas, etcétera) y se revierten en cuestión de horas. El caso de los smartphones es emblemático: exentos un día, amenazados con una tarifa sectorial al siguiente bajo el paraguas de "seguridad nacional". Esta estrategia de confusión constante parece tener un objetivo: provocar dislocación e inducir concesiones de socios comerciales. Como advierte Ian Bremmer, el objetivo no es tanto negociar mejores con - diciones sino quebrar el orden liberal de la posguerra y reemplazarlo por una economía estadounidense más cerrada, autosuficiente y dirigida desde el Poder Ejecutivo.
Efectos macro: recesión inducida
Si bien el Consejo Económico Nacional, a través de Kevin Hassett, aseguró que no hay riesgos de recesión, los datos cuentan otra historia:
La lógica de "reciprocidad" ignora la estructura global de producción: el 80% e los smartphones vendidos en Estados Unidos se ensambla en China, aunque las piezas provengan de distintos países. Con aranceles que no distinguen orígenes, los efectos son:
China: firmeza, paciencia y oportunismo
Frente al caos de Estados Unidos, la estrategia de China ha sido diametralmente opuesta: desplegó una ofensiva diplomática ordenada, con foco en el sudeste asiático. Durante su visita a Vietnam, Malasia y Camboya, el presidente Xi Jinping presentó a China como una alternativa de estabilidad y predictibilidad comercial gracias a sus ventajas estructurales:
Alianzas bajo presión: Canadá, Japón y Europa
Mark Carney, el anti Trump. En Canadá, el exbanquero central Mark Carney emerge como contrapeso racional y tecnocrático ante el populismo trumpista.Rechazó el impuesto al carbono y propuso convertir a Canadá en una "superpotencia energética", sin abandonar el tono moderado ni la agenda fiscal responsable.
Europa, term sheet y pragmatismo. Bruselas presentó una propuesta para evitar una escalada: arancel cero para los bienes industriales, más compras de LNG y compromisos regulatorios. Aun así, las represalias ya están listas: 22.000 millones de euros en bienes estadounidenses, con la posibilidad de ampliar ese monto hasta los 100.000 millones de euros si fracasan las negociaciones.
Japón, urgencia electoral. Tokio enviará delegaciones esta semana para negociar reducciones arancelarias. El primer ministro Ishiba juega su futuro: una guerra comercial con Estados Unidos comprometería sus chances de reelección. Entre las ofertas aparacen mayor inversión en EEUU, compras de LNG y eventual revaluación del yen.
Mercados: OPEP acelera con precios a la baja. La OPEC La recortó su proyección de crecimiento de demanda por efecto de la guerra comercial. Pero lejos de restringir roducción, la acelera: Arabia Saudita quiere aprovechar el contexto para ganar market share a costa del shale estadounidense, cuya producción podría caer este año hasta 13,4 mbpd. Esto empuja los precios del Brent hacia la banda baja, lo cual favorece a países importadores como Argentina (al menos en lo inmediato) y complica la viabilidad de los proyectos en Brasil, Guyana y Ecuador.

Trump ha lanzado lo que podría considerarse la fase más agresiva de su política comercial, con un nuevo paquete de tarifas que eleva los aranceles promedio de Estados Unidos a su mayor nivel en más de un siglo. Las medidas incluyen un arancel base del 10% para prácticamente todos los países, picos del 25% para sectores estratégicos (autos, acero y aluminio) y un 145% para las importaciones provenientes de China.
Aunque hubo una aparente exención para algunos productos electrónicos, esta fue rápidamente relativizada por contradictorias declaraciones formuladas desde la Casa Blanca y el Departamento de Comercio.
El desorden como táctica (o síntoma)
Las decisiones se comunican por canales informales (Truth Social, entrevistas improvisadas, etcétera) y se revierten en cuestión de horas. El caso de los smartphones es emblemático: exentos un día, amenazados con una tarifa sectorial al siguiente bajo el paraguas de "seguridad nacional". Esta estrategia de confusión constante parece tener un objetivo: provocar dislocación e inducir concesiones de socios comerciales. Como advierte Ian Bremmer, el objetivo no es tanto negociar mejores con - diciones sino quebrar el orden liberal de la posguerra y reemplazarlo por una economía estadounidense más cerrada, autosuficiente y dirigida desde el Poder Ejecutivo.
Efectos macro: recesión inducida
Si bien el Consejo Económico Nacional, a través de Kevin Hassett, aseguró que no hay riesgos de recesión, los datos cuentan otra historia:
- El índice de confianza del consumidor descendió hasta su segundo nivel más bajo desde que se tienen registros (solamente superado por la pandemia).
- Las expectativas inflacionarias están en su máximo nivel desde 1981.
- Las empresas congelan inversiones y ajustes de cadenas de valor ante la incertidumbre normativa.
- El dólar perdió un 6% en lo que va del año y aumentó la demanda de coberturas contra una eventual depreciación. El resultado es un "parálisis comercial" que, como dijo el CEO de DHL, genera fatiga en la toma de decisiones de las empresas, imponiéndose la lógica del "wait and see".
La lógica de "reciprocidad" ignora la estructura global de producción: el 80% e los smartphones vendidos en Estados Unidos se ensambla en China, aunque las piezas provengan de distintos países. Con aranceles que no distinguen orígenes, los efectos son:
- Aumento de precios al consumidor.
- Disrupciones en importaciones críticas (desde juguetes hasta antibióticos).
- Tensión adicional sobre las ya frágiles cadenas logísticas.
China: firmeza, paciencia y oportunismo
Frente al caos de Estados Unidos, la estrategia de China ha sido diametralmente opuesta: desplegó una ofensiva diplomática ordenada, con foco en el sudeste asiático. Durante su visita a Vietnam, Malasia y Camboya, el presidente Xi Jinping presentó a China como una alternativa de estabilidad y predictibilidad comercial gracias a sus ventajas estructurales:
- Un régimen que permite absorber costos económicos sin presión política inmediata.
- Instrumentos de retaliación asimétrica que abarcan desde el control sobre ingredientes farmacéuticos activos hasta la capacidad de tensionar el mercado de bonos del Tesoro.
- Narrativa de liderazgo multilateralista en contraste con el aislacionismo estadounidense.
Alianzas bajo presión: Canadá, Japón y Europa
Mark Carney, el anti Trump. En Canadá, el exbanquero central Mark Carney emerge como contrapeso racional y tecnocrático ante el populismo trumpista.Rechazó el impuesto al carbono y propuso convertir a Canadá en una "superpotencia energética", sin abandonar el tono moderado ni la agenda fiscal responsable.
Europa, term sheet y pragmatismo. Bruselas presentó una propuesta para evitar una escalada: arancel cero para los bienes industriales, más compras de LNG y compromisos regulatorios. Aun así, las represalias ya están listas: 22.000 millones de euros en bienes estadounidenses, con la posibilidad de ampliar ese monto hasta los 100.000 millones de euros si fracasan las negociaciones.
Japón, urgencia electoral. Tokio enviará delegaciones esta semana para negociar reducciones arancelarias. El primer ministro Ishiba juega su futuro: una guerra comercial con Estados Unidos comprometería sus chances de reelección. Entre las ofertas aparacen mayor inversión en EEUU, compras de LNG y eventual revaluación del yen.
Mercados: OPEP acelera con precios a la baja. La OPEC La recortó su proyección de crecimiento de demanda por efecto de la guerra comercial. Pero lejos de restringir roducción, la acelera: Arabia Saudita quiere aprovechar el contexto para ganar market share a costa del shale estadounidense, cuya producción podría caer este año hasta 13,4 mbpd. Esto empuja los precios del Brent hacia la banda baja, lo cual favorece a países importadores como Argentina (al menos en lo inmediato) y complica la viabilidad de los proyectos en Brasil, Guyana y Ecuador.
- Presiona divisas de países petroleros con estructura fiscal frágil.
