Escuela de Gobierno
En los medios

5/03/25
Sin repitencia. Bancos enfrentados y más pizarrones para el nuevo secundario porteño
Claudia Romero, profesora de las Especializaciones y Maestrías del Área de Educación de la Escuela de Gobierno, fue consultada sobre la transformación del modelo educativo secundario.
Sin repitencia anual, con materias previas que se recuperan en la cursada, proyectos de investigación y aprendizaje por niveles para focalizar en trayectorias personalizadas. Hoy, 15.163 estudiantes comenzarán el plan piloto porteño Secundaria Aprende en 33 escuelas –18 de gestión pública y 15 privadas–, seleccionadas voluntariamente para encabezar la reforma en ese nivel educativo.
Dependiendo de los resultados, la iniciativa podría extenderse a otras escuelas a partir del año que viene.
Así lo anunciaron en septiembre pasado el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, y la ministra de Educación, Mercedes Miguel.
También hoy comienza el ciclo lectivo inicial y primario en las provincias de Buenos Aires, Catamarca, La Rioja, Misiones, Río Negro, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán.
Ante un modelo que consideran "agotado", la Ciudad busca transformar las clases en una "experiencia motivadora para el alumno". Los cambios serán visibles en las aulas –por ejemplo cambiará el orden de las sillas; ya no podrán estar alineadas en fila hacia un pizarrón– y en el sistema de enseñanza, que cambiará hacia un aprendizaje por niveles y por proyectos.
Estadísticas para el diagnóstico sobran: solo tres de cada 10 estudiantes llegan a quinto año en tiempo y forma. Cuatro de cada 10 alumnos de tercer año tienen el desempeño más bajo en lengua, y en matemática son seis de cada 10, según datos del Ministerio de Educación porteño. El ausentismo estudiantil, además, llega a 30% en la secundaria.
Para revertir esta situación, cambiarán la organización del aprendizaje, del contenido y de los docentes.
Según explican quienes estuvieron en la implementación del cambio, cada alumno avanzará con su propio plan por niveles. Ya no existe pasar de año, cada uno avanzará con sus planes personalizados en su plataforma. Todos tendrán acceso a computadoras.
La secundaria se seguirá organizando por años como hasta ahora y no cambiará la duración del ciclo, pero la evaluación y acreditación serán por trayectorias personales. Los alumnos avanzarán por niveles en cada materia y solo si cumplen los objetivos. Como el aprendizaje va a ser personalizado, en una clase pueden convivir estudiantes que estén aprendiendo matemáticas de tercero con otros que deban la asignatura de segundo. Todos a su ritmo.
Al igual que en la modificación que se implementará en la secundaria bonaerense, también se eliminará la repitencia. Se aprobará por materia, sin tener que volver a cursar las asignaturas aprobadas. Para las desaprobadas se implementará un sistema de tutorías. Según explicaron, se recuperará el contenido durante el mismo año.
No se modificará el plan curricular actual, pero se buscará que cada equipo docente pueda organizar los aprendizajes por área y no por materia, para priorizar el aprendizaje por proyectos que atraviesen distintas materias. Para esto, también necesitaron cambiar la organización docente. Según explican en la Ciudad, deberán pensar una problemática y en base a eso articular proyectos que atraviesen varias materias.
El primer paso fue reorganizar el plantel docente. Las escuelas sumaron entre un 30 y 50% de horas extraclase y se reorganizaron para que los profesores permanezcan más tiempo en una misma institución y eliminar la figura del "docente taxi". A los profesores que no pudieron tomar cargos grandes –señalaron– se les aseguró la continuidad laboral.
Reconfiguración
Por último, el cambio también se extiende a la organización escolar: habrá autonomía para la disposición de tiempos y espacios. "No podemos tener más alumnos mirando las nucas de sus compañeros", repiten en el ministerio porteño.
Para implementar los cambios tuvieron que hablar incluso con los equipos de mantenimiento de las instituciones para que al final del día no vuelvan a organizar las sillas del modo tradicional. Dependerá, de todos modos, de la escuela la disposición que elijan para reordenar las sillas. En algunas, por ejemplo, incorporaron más pizarrones.
"Los cambios que propone la ciudad de Buenos Aires están en sintonía con reformas que intentan acercar la formación secundaria a las características de la cultura del siglo XXI. Interdisciplinariedad, materia optativa para los alumnos, centralidad de la expresión oral, escrita y de idiomas, formación de equipos, talleres y resolución de problemas. El futuro de estos cambios dependerá en gran medida de la capacidad del ministerio de acompañar y alimentar el proceso de transformación", marcó Guillermina Tiramonti en diálogo con LA NACION.
La investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) resaltó que el ministerio deberá proveer a las instituciones y a los docentes de los instrumentos técnicos que les permitan reorganizar las prácticas escolares y áulicas que requiere este plan.
"Es un plan cuya aplicación requiere poner en práctica nuevas formas de organizar la enseñanza, los horarios escolares, la cooperación entre profesores, etc. No se cambian prácticas de más de 100 años si no se tiene apoyo técnico organizacional y pedagógico, si no hace capacitación y se permite el ensayo y error. Es un plan que presenta dificultades porque ensaya una forma de enseñanza que es diferente a lo que hemos hecho siempre y que ahora sabemos que funciona mal porque se distancia cada vez más de la cultura del siglo XXI", señaló.
Según explicaron fuentes del ministerio porteño, habrá equipos que visitarán una vez por semana las escuelas pioneras junto con especialistas, además de tener asignados supervisores para cada una de ellas.
Claudia Romero, doctora en Educación y profesora e investigadora de la Universidad Torcuato Di Tella, también consideró que la transformación es necesaria porque la secundaria perdió sentido: "La pérdida de sentido en la secundaria actual no es solo para los estudiantes, sino también para los profesores, que padecen una organización del trabajo de enseñar inadecuada".
"Aun los estudiantes que logran recibirse y hasta obtener buenas notas viven con frustración la experiencia de un aprendizaje fragmentado en 10 o 12 materias en simultáneo, muchas veces desactualizadas e irrelevantes. Y también los mejores profesores terminan desgastados y alienados yendo de una escuela a otra para acumular horas y así conformar un salario del que puedan vivir", describió. E insistió en la necesidad de reorganizar el modelo y admitir que hay "múltiples formas de acceder al conocimiento".
"Nada de esto es sencillo porque implica mover prácticas muy arraigadas en la cultura escolar", dijo. Y marcó que para garantizar cualquier reforma es necesario que las escuelas acuerden y participen de las decisiones porque los cambios profundos no se imponen. Además, subrayó la importancia de un liderazgo educativo responsable, creativo y constructivo. "Las escuelas tienen que tener un margen para adecuar los criterios generales a sus propias realidades y lograr el apoyo de los estudiantes y las familias", añadió.
Escuela pionera
El colegio Don Bosco integra la lista de las 33 instituciones pioneras que estrenarán el modelo este año.
"La implementación de Secundaria Aprende fue un desafío que obligó a repensar sus prácticas desde los espacios, los tiempos, las grupalidades. Los profesores no solo participaron de las capacitaciones brindadas por el ministerio, sino que generaron material propio, se reunieron durante febrero armando propuestas interdisciplinarias muy interesantes. Los equipos encargados de curso, tutores, junto al equipo de orientación escolar, están diseñando el plan de acompañamiento a las trayectorias.
El equipo de animación y gestión acompaña, piensa los lugares, reacomodamos un aula para que sea el espacio de taller, con computadoras portátiles y mesas para el trabajo en equipo", contestaron fuentes del colegio a LA NACION.
Contaron, además, que hacer el horario fue complejo. "Uno de los objetivos más importantes que tenemos es el aprendizaje profundo y continuo, para que esto suceda según los tiempos y posibilidades de los estudiantes. Generamos un taller para reforzar los espacios troncales que se llamará de profundización y práctica. También sumamos un taller de expresión oral y escrita. Todas estas transformaciones se realizan con mucho esfuerzo, compromiso y creatividad para poder, con los recursos con que contamos, generar propuestas que sirvan a la vida de los jóvenes", cerraron.

Dependiendo de los resultados, la iniciativa podría extenderse a otras escuelas a partir del año que viene.
Así lo anunciaron en septiembre pasado el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, y la ministra de Educación, Mercedes Miguel.
También hoy comienza el ciclo lectivo inicial y primario en las provincias de Buenos Aires, Catamarca, La Rioja, Misiones, Río Negro, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán.
Ante un modelo que consideran "agotado", la Ciudad busca transformar las clases en una "experiencia motivadora para el alumno". Los cambios serán visibles en las aulas –por ejemplo cambiará el orden de las sillas; ya no podrán estar alineadas en fila hacia un pizarrón– y en el sistema de enseñanza, que cambiará hacia un aprendizaje por niveles y por proyectos.
Estadísticas para el diagnóstico sobran: solo tres de cada 10 estudiantes llegan a quinto año en tiempo y forma. Cuatro de cada 10 alumnos de tercer año tienen el desempeño más bajo en lengua, y en matemática son seis de cada 10, según datos del Ministerio de Educación porteño. El ausentismo estudiantil, además, llega a 30% en la secundaria.
Para revertir esta situación, cambiarán la organización del aprendizaje, del contenido y de los docentes.
Según explican quienes estuvieron en la implementación del cambio, cada alumno avanzará con su propio plan por niveles. Ya no existe pasar de año, cada uno avanzará con sus planes personalizados en su plataforma. Todos tendrán acceso a computadoras.
La secundaria se seguirá organizando por años como hasta ahora y no cambiará la duración del ciclo, pero la evaluación y acreditación serán por trayectorias personales. Los alumnos avanzarán por niveles en cada materia y solo si cumplen los objetivos. Como el aprendizaje va a ser personalizado, en una clase pueden convivir estudiantes que estén aprendiendo matemáticas de tercero con otros que deban la asignatura de segundo. Todos a su ritmo.
Al igual que en la modificación que se implementará en la secundaria bonaerense, también se eliminará la repitencia. Se aprobará por materia, sin tener que volver a cursar las asignaturas aprobadas. Para las desaprobadas se implementará un sistema de tutorías. Según explicaron, se recuperará el contenido durante el mismo año.
No se modificará el plan curricular actual, pero se buscará que cada equipo docente pueda organizar los aprendizajes por área y no por materia, para priorizar el aprendizaje por proyectos que atraviesen distintas materias. Para esto, también necesitaron cambiar la organización docente. Según explican en la Ciudad, deberán pensar una problemática y en base a eso articular proyectos que atraviesen varias materias.
El primer paso fue reorganizar el plantel docente. Las escuelas sumaron entre un 30 y 50% de horas extraclase y se reorganizaron para que los profesores permanezcan más tiempo en una misma institución y eliminar la figura del "docente taxi". A los profesores que no pudieron tomar cargos grandes –señalaron– se les aseguró la continuidad laboral.
Reconfiguración
Por último, el cambio también se extiende a la organización escolar: habrá autonomía para la disposición de tiempos y espacios. "No podemos tener más alumnos mirando las nucas de sus compañeros", repiten en el ministerio porteño.
Para implementar los cambios tuvieron que hablar incluso con los equipos de mantenimiento de las instituciones para que al final del día no vuelvan a organizar las sillas del modo tradicional. Dependerá, de todos modos, de la escuela la disposición que elijan para reordenar las sillas. En algunas, por ejemplo, incorporaron más pizarrones.
"Los cambios que propone la ciudad de Buenos Aires están en sintonía con reformas que intentan acercar la formación secundaria a las características de la cultura del siglo XXI. Interdisciplinariedad, materia optativa para los alumnos, centralidad de la expresión oral, escrita y de idiomas, formación de equipos, talleres y resolución de problemas. El futuro de estos cambios dependerá en gran medida de la capacidad del ministerio de acompañar y alimentar el proceso de transformación", marcó Guillermina Tiramonti en diálogo con LA NACION.
La investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) resaltó que el ministerio deberá proveer a las instituciones y a los docentes de los instrumentos técnicos que les permitan reorganizar las prácticas escolares y áulicas que requiere este plan.
"Es un plan cuya aplicación requiere poner en práctica nuevas formas de organizar la enseñanza, los horarios escolares, la cooperación entre profesores, etc. No se cambian prácticas de más de 100 años si no se tiene apoyo técnico organizacional y pedagógico, si no hace capacitación y se permite el ensayo y error. Es un plan que presenta dificultades porque ensaya una forma de enseñanza que es diferente a lo que hemos hecho siempre y que ahora sabemos que funciona mal porque se distancia cada vez más de la cultura del siglo XXI", señaló.
Según explicaron fuentes del ministerio porteño, habrá equipos que visitarán una vez por semana las escuelas pioneras junto con especialistas, además de tener asignados supervisores para cada una de ellas.
Claudia Romero, doctora en Educación y profesora e investigadora de la Universidad Torcuato Di Tella, también consideró que la transformación es necesaria porque la secundaria perdió sentido: "La pérdida de sentido en la secundaria actual no es solo para los estudiantes, sino también para los profesores, que padecen una organización del trabajo de enseñar inadecuada".
"Aun los estudiantes que logran recibirse y hasta obtener buenas notas viven con frustración la experiencia de un aprendizaje fragmentado en 10 o 12 materias en simultáneo, muchas veces desactualizadas e irrelevantes. Y también los mejores profesores terminan desgastados y alienados yendo de una escuela a otra para acumular horas y así conformar un salario del que puedan vivir", describió. E insistió en la necesidad de reorganizar el modelo y admitir que hay "múltiples formas de acceder al conocimiento".
"Nada de esto es sencillo porque implica mover prácticas muy arraigadas en la cultura escolar", dijo. Y marcó que para garantizar cualquier reforma es necesario que las escuelas acuerden y participen de las decisiones porque los cambios profundos no se imponen. Además, subrayó la importancia de un liderazgo educativo responsable, creativo y constructivo. "Las escuelas tienen que tener un margen para adecuar los criterios generales a sus propias realidades y lograr el apoyo de los estudiantes y las familias", añadió.
Escuela pionera
El colegio Don Bosco integra la lista de las 33 instituciones pioneras que estrenarán el modelo este año.
"La implementación de Secundaria Aprende fue un desafío que obligó a repensar sus prácticas desde los espacios, los tiempos, las grupalidades. Los profesores no solo participaron de las capacitaciones brindadas por el ministerio, sino que generaron material propio, se reunieron durante febrero armando propuestas interdisciplinarias muy interesantes. Los equipos encargados de curso, tutores, junto al equipo de orientación escolar, están diseñando el plan de acompañamiento a las trayectorias.
El equipo de animación y gestión acompaña, piensa los lugares, reacomodamos un aula para que sea el espacio de taller, con computadoras portátiles y mesas para el trabajo en equipo", contestaron fuentes del colegio a LA NACION.
Contaron, además, que hacer el horario fue complejo. "Uno de los objetivos más importantes que tenemos es el aprendizaje profundo y continuo, para que esto suceda según los tiempos y posibilidades de los estudiantes. Generamos un taller para reforzar los espacios troncales que se llamará de profundización y práctica. También sumamos un taller de expresión oral y escrita. Todas estas transformaciones se realizan con mucho esfuerzo, compromiso y creatividad para poder, con los recursos con que contamos, generar propuestas que sirvan a la vida de los jóvenes", cerraron.
