La fábrica de economistas: nuevo perfil para la "ciencia sombría"
EDUCACION SUPERIOR COMO ESTA CAMBIANDO LA FORMACION DE PROFESIONALES Más de 700 se reciben por año, con una matrícula en alza. Hay mayor participación de las mujeres. El debate por la currícula.
Pese a que su reputación sufrió un duro golpe con la crisis de 2001, el club de los economistas sigue sumando socios, y a buen ritmo. La matricula de las principales facultades de Economía de la Argentina no para de crecer: más de 700 egresados se agregan por año a la profesión. Con un peso enorme de la Universidad de Buenos Aires, una participación femenina en ascenso y dificultades de articulación con la demanda laboral posterior, el debate por las currículas de las carreras hoy está al rojo vivo: hay consenso en que existe un déficit de microeconomistas, expertos en regulación y cognitivistas, entre otras especialidades con pedidos en alza.
"No sé si una cancha de River, pero una de Argentinos Juniors sí debemos llenar en la actualidad", se ríe el profesor de la UBA y de San Martín Guillermo Rozenwurcel cuando se lo consulta por el "stock" de economistas argentinos. Junto a Gabriel Bezchinsky y a Marisol Chatruc, Rozenwurcel hizo para el BID la radiografía más amplia hasta el momento sobre el mundo educativo y laboral de la "ciencia sombría" a nivel local.
El paper `La enseñanza de la economía en la Argentina’ da fe no solamente de una explosión de la demanda de economistas en el país, sino también de su oferta. Actualmente la carrera existe en 20 universidades públicas y 17 privadas, y muchas de ellas se abrieron en los últimos 10 años. Una de las características salientes es la dimensión relativa de la UBA respecto del resto: mientras que concentra el 22% de la matrícula total, en el caso de Economía abarca el 40%.
Rozenwurcel señala en su trabajo que muchos de los docentes de la UBA están entre los economistas más destacados del país.
Algunos de ellos, que dictan clase también en facultades privadas, señalan diferencias entre los alumnos de uno y otro lugar. "Se percibe más efervescencia en el aula de una universidad pública, el estudiante viene con más hambre de gloria", describe un economista reconocido que da clases en una de las privadas top y en la Universidad Nacional de La Plata. Entre las principales debilidades de la UBA que apunta el trabajo; aparecen las pocas horas de dedicación full time que tienen los profesores, los trámites engorrosos y la atención menos personalizada.
El libro de 1002 páginas La enseñanza de economía en la Argentina ofrece distintos perfiles, según la universidad donde se estudie. No es lo mismo la carrera en el CEMA que en la UBA. Si bien la teoría neoclásica es la predominante en el rubro, dista de tener consenso entre los economistas.
Sin embargo, hay que decir, también en la UBA parece haberse producido un cambio durante los últimos años. La enseñanza de la economía keynesiana y la literatura de economistas como Don Patinkin, Axel Leijonhuvud o Robert Clower que paradójicamente estuvo en su pico de popularidad durante la década del noventa fue quedando de lado en los últimos años. "Es una lástima, hoy no se enseña tanta macroeconomía como antes", dice Roberto Frenkel, investigador del CEDES. ¿El motivo? La ciencia avanzó hacia otras fronteras.
Uno de los temas recurrentes en la discusión sobre cómo se forman los economistas de la generación Y es la incidencia de las matemáticas en la currícula. Walter Sosa Escudero, director del Departamento de Economía de la Universidad de San Andrés, ofrece un par de reflexiones al respecto. "¿Hace falta más econometría? No, hace falta más economía aplicada. ¿Hacen falta más matemáticas? No, hacen falta mejores matemáticas".
El trabajo de los responsables de diseñar las carreras de Economía hoy, en alguna medida, se asemeja al de los editores de los diarios: la clave está en filtrar información.
El libro más popular para enseñar econometría es el de un autor indio, Damodar Gujarati, que pasó de 536 páginas a 1002 páginas en diez años. "El truco consiste en discutir qué es lo que no se incluye", dice Sosa Escudero.
La contrapartida de tanta moda con los números es la ausencia de temas claves en la currícula. Leonardo Gasparini, profesor de la Universidad Nacional de La Plata, opina que "en la currícula de la formación de un economista hay un descuido por el estudio riguroso de temas sociales. Por ejemplo, casi ninguna carrera de Economía tiene un curso destinado al estudio de pobreza y desigualdad".
La mayoría de los programas tienen varias décadas y están algo fosilizados, lo que implica dificultades para incorporar el estudio de áreas nuevas o con fuerte demanda laboral, como economía ambiental, finanzas corporativas, teoría de juegos, economía experimental o evaluación de impacto.
También hay problemas presupuestarios. Durante muchos años, el consenso era que en ciencias sociales era imposible realizar lo que se denomina `experimentos controlados’, como los que se utilizan en medicina y otras ciencias duras. Pero a partir de una iniciativa del Massachussetts Institute of Technology (Poverty Action Lab), la ciencia económica importó metodologías de manera exitosa. "Estos experimentos tienen dos ventajas importantes", explica el rector de la UTDT , Ernesto Schargrodsky.
"Primero, la relación de causalidad, cuando el ejercicio está bien diseñado, está fuera de discusión.
Segundo, los resultados son fáciles de entender". Estos estudios se han difundido particularmente sobre temas de desarrollo económico.
Los temas nuevos Hoy en día la economía es una ciencia que entró al placard y no sabe bien qué ponerse para atraer la atención . El profesor de la Uni- versidad de California, Berkeley, John Bradford DeLong, lo describió del siguiente modo: "Los departamentos de economía se están reorientando, después de la gran recesión, de forma similar a como lo hicieron en una dirección monetarista después de la inflación del decenio de 1970". Pero nadie tiene claro un norte.
Andrés López, director del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, brinda su opinión sobre este proceso. "La economía como disciplina académica está en constante cambio y hay una producción abundante de conocimiento en diversas áreas que es producida desde distintas perspectivas. La carrera tiene que combinar la enseñanza de los fundamentos básicos en los distintos campos con la transmisión de las novedades más relevantes", sostiene.
"¿Cómo debería afectar esto las currículas de las carreras de Economía?", se pregunta Schargrodsky. "Simplemente, incorporando la enseñanza de las metodologías para entender, replicar y expandir este tipo de estudios".
Los economistas no explican con éxito muchas de las cosas que ocurren, pero aun así, son cada vez más requeridos ."No hay problemas con la inserción de los economistas en el mundo laboral. Más aún, en los últimos años los economistas han seguido ampliando su campo de competencias, por ejemplo, en el tema de evaluación de políticas públicas de todo tipo", dice López.
El hecho de que la opinión pública hable de economía ayuda a la difusión de la ciencia en la Argentina. Incluso en el mundo ocurre algo parecido hoy en día. "Revisando los formularios de inscripción para septiembre de este año, comprobamos que una gran proporción de los aspirantes menciona la crisis financiera como inspiración para estudiar economía ", dice Juan Pa- blo Rud, un economista que tiene un doctorado de LSE y es profesor en un college de la Universidad de Londres (Royal Holloway). Rud explica que la mayoría de los estudiantes nuevos vienen del secundario y saben de publicaciones especializadas como The Economist.
Otro factor, explica Rud, que acercó la economía a los chicos del secundario es una competencia que el Banco de Inglaterra realiza entre estudiantes. El juego consiste en que los alumnos asuman el rol de conductores de la política monetaria con el objetivo de alcanzar una tasa de inflación de ... ¡2%! Los jóvenes en el mundo tienen cada vez más motivos para estudiar economía. No solamente porque las crisis recurrentes estuvieron y están en el centro de la agenda de todos los países .La era de los economistas en las pantallas acercó esos antiguos nerds a la gente. Una encuesta realizada unos años atrás en la UTDT arrojó que el economista más admirado por sus estudiantes era John Nash, el premio Nobel de Economía en quién se inspiró la película ganadora del Oscar, Una mente brillante.
Sebastián Campanario Ezequiel Burgo
ESPECIAL PARA CLARIN
scampanario@clarin.com
MARTIN BONETTO Gigante. La UBA tiene un 20% de la matrícula total, pero en Economía llega al 40%. En la foto, el profesor Andres Borenstein da una clase de Finanzas Públicas, el jueves en la UBA.
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Un megacentro de estudios
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La Facultad de Ciencias Económicas pondrá en marcha este año el Centro de investigaciones UBACONICET dirigido por el economista Daniel Heymann. Por la cantidad de investigadores que tendrá (unos 30), se tratará del principal centro de estudios de esta disciplina en la Argentina, a nivel académico.
La idea de las autoridades es construir una usina de ideas sobre economía política y así promover la discusión académica en función de los objetivos económicos y sociales que tenga el país. El centro estará integrado por expertos de distintas áreas y trabajarán, además de Heymann, economistas como Roberto Bisang y Adrián Ramos. "Este nuevo instituto aspira a convertirse en un centro de referencia, a nivel nacional e internacional, en diversas áreas de especialización dentro del campo de la economía", explicó a iEco el decano de Económicas, Alberto Barbieri.