Investigación y rigurosidad, los pilares en la formación académica
Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella: A pesar de ser una de las escuelas de negocios más jóvenes, está considerada entre las instituciones más prestigiosas del país. Su equipo de investigación y la selección cuidadosa de sus alumnos son clave para alcanzar niveles de excelencia
La Universidad Torcuato Di Tella ( UTDT ) es una institución sin fines de lucro fundada en Buenos Aires en 1991. Su escuela de negocios se lanzó en 1997 con la Maestría en Finanzas, para un año más tarde comenzar con el dictado del MBA.
Tiempo después, en 2003, presentó el Executive MBA y en 2004 los programas ejecutivos de menor duración.
También ofrece capacitación in company, desarrollada a medida de acuerdo con las necesidades sectoriales, con una formato similar al primer año de un MBA –en algunos casos se reconocen materias aprobadas a los empleados que quieran seguir cursando en la universidad–.
Entre las empresas que reciben este servicio, se encuentran firmas de la talla de Arcor, Unilever, HSBC, Carrefour, Novartis, Volkswagen, Telecom, Banco Patagonia, Banco Provincia o Adeba, entre otras.
Hoy, la UTDT es considerada una de las escuelas de negocios de mayor prestigio en el país, en especial por su orientación hacia la investigación académica, campo en el cual trabaja un cuerpo de docentes full time dedicado a la generación de ideas y herramientas útiles para el mercado.
A su vez, posee un cuerpo de profesores part time y docentes visitantes del exterior. Algunos de ellos llegan a sus aulas a través de convenios; y otros son argentinos que viven y trabajan en el extranjero, pero que, por afinidad, dictan clases en Di Tella de manera regular.
Como consecuencia, en 2010 la UTDT terminó décima en el Ranking de Escuelas de Negocios de América Latina elaborado por la publicación especializada América Economía, siendo la única argentina posicionada en el top ten. Además, por cuarto año consecutivo, la Di Tella apareció como la escuela de negocios con mayor producción de artículos y con el más alto número de citas por otros autores que publican en revistas científicas.
Entre sus programas, el Executive MBA tiene una carga horaria de viernes todo el día y sábados a la mañana cada quince días. Por este motivo, el perfil de alumnos es más senior que en los otros programas, porque para presenciar las clases es necesario ausentarse del trabajo los viernes.
Aquí los participantes ya ocupan altas gerencias, con un promedio de edad de 35 años; y también concurren personas de Uruguay y del interior del país.
Por su parte, el MBA tradicional tiene dos formatos. El intensivo: viernes a la tarde y sábados cada quince días. Y el vespertino: dos días de semana por la noche. En este curso la población es más joven, con un promedio de edad de 32 años.
Además, mientras que el dictado del MBA es bilingüe, con cursos y materiales en inglés, las clases del Executive MBA solo son en español, porque al ser sus alumnos algo mayores, en Di Tella estiman que el manejo fluido de inglés es menos frecuente.
En cuanto a la Maestría en Finanzas, en la escuela de negocios destacan que, como es un programa técnico que no exige tres años de experiencia laboral como en el resto de los posgrados, su público es más joven aún.
El proceso de admisión en la escuela de negocios de la UTDT consta de examen de ingreso, carta de recomendación y, en el caso del MBA, una entrevista obligatoria con director o subdirector del programa.
En cuanto a los convenios internacionales, los hay de dos tipos. Los de doble titulación y los programas de intercambio. Respecto a los primeros, Di Tella posee acuerdos con HEC Paris, Fundação Getulio Vargas y la Pontificia Universidad Católica de Chile. Por los segundos, la UTDT forma parte de una red llamada PIM (Program International Management), un consorcio de 80 escuelas de negocios que permite a los alumnos tomar cursos afuera y reclutar extranjeros en sus aulas.
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Ernesto Schargrodsky, RECTOR de la Escuela de Ne gocios de la UTDT
"Aspiramos a que las escuelas de negocios impacten en la economía de la Argentina"
El decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, Ernesto Schargrodsky, señala que la investigación es uno de los pilares de la institución y que esa cualidad les permite no solo formar alumnos, sino contribuir con soluciones y nuevas inquietudes al debate de ideas. "Hay países donde las escuelas de negocios tuvieron impacto en la productividad de la economía.
Eso todavía no ocurrió en la Argentina, pero aspiramos a que pase", afirma Schargrodsky.
Doctorado en Harvard y ex docente de esa universidad y en Stanford, explica que el nivel académico local es comparable al de las escuelas de prestigio mundial tanto desde la capacidad como por las inquietudes de alumnos y profesores. Sin embargo, observa limitaciones de recursos y una gran carencia en la educación secundaria. "Se sufre más en la carrera de grado que en los posgrados", indica.
Además, Schargrodsky profundiza sobre la necesidad de contar con grupos diversos en las aulas y sobre la rigurosidad de los procesos de admisión.
¿Cuál es la principal fortaleza de la escuela de negocios de la UTDT ? Di Tella tiene una característica única en la Argentina: es una universidad de investigación, con un cuerpo gran
de de profesores full time, formados en las mejores universidades del mundo, que en las aulas se encuentran con alumnos muy valiosos, abiertos a la innovación.
Tenemos buenos programas en habilidades blandas, pero también tenemos una excelente formación técnica, tanto en la Maestría en Finanzas como en el MBA.
Para esto la admisión debe ser rigurosa… Sí, porque consideramos sano que nuestros alumnos tengan las expectativas correctas. En este sentido, la gente admitida es exitosa. Este modelo funciona bien en las universidades americanas, porque se crea un grupo muy uniforme.
Además, la entrevista obligatoria con el director o subdirector del programa es muy importante, ya que en esa instancia entramos en un proceso de selección mutua. Conocemos al candidato y, a su vez, el entrevistado también nos evalúa. Hay mucha gente que viene por el MBA y se da cuenta de que, por compromiso y formación, necesitan un programa ejecutivo, más corto y focalizado.
¿Cuál es la relación vacantes-admitidos? Hay una población grande que viene a nuestras reuniones informativas, pero muchos se autoexcluyen por requisitos (tres años de experiencia laboral y 28 años cumplidos al momento del ingreso).
Otros dan un paso al costado por la exigencia del programa. Después, algunos pasan la etapa de la entrevista, pero cuando se analiza su examen de ingreso y las notas en la carrera de grado, tampoco es seleccionado. También tratamos de mantener un balance en términos de género. Lo venimos logrando con un crecimiento de la participación de mujeres. Ahora estamos con las 120 vacantes completas.
¿Con qué criterios extra eligen a los participantes? Nos importa mucho la diversidad. En la medida de lo posible tratamos de mantener un balance entre sectores y profesionales porque enriquece al grupo. En el MBA, por ejemplo, tenemos gran cantidad de ingenieros, pero también economistas, contadores, administradores, médicos, abogados, físicos, etcétera.
También construimos un lugar pluralista en términos ideológicos y religiosos.
Es una característica de la universidad.
Es frecuente el corrimiento de campo académico, por ejemplo médicos que hacen un MBA, ¿a qué cree que se debe? En los Estados Unidos este fenómeno se ve hace varios años. En Argentina, a los 17 años hay que tomar una decisión de carrera profesional, que es algo muy importante. Y el MBA da una magnífica flexibilidad para reorientar carreras o para crecer dentro de una empresa. En el ejemplo, a los médicos el MBA les permite manejar un sanatorio o una empresa de medicina prepaga, donde hace falta un conocimiento médico, pero también hay que saber
de finanzas, de recursos humanos, de precios, derecho laboral. Eso la carrera de medicina no lo brinda. Este caso lo vemos en disciplinas distintas.
¿Esto obliga a las escuelas de negocios a readaptar contenidos? Requiere la inclusión de materias introductorias.
En el MBA: estadística y contabilidad. De todas formas, la diversidad en un MBA también implica que el conocimiento no fluya solo del profesor al alumno, sino que también se dé entre los participantes. En ese feedback, cada alumno transmite las experiencias de su área y sector.
Como egresado del doctorado en Harvard y ex docente de esa escuela y de Stanford, ¿cómo observa el nivel de las escuelas de negocios argentinas? La materia prima que hay en la Argentina es excelente. Los alumnos argentinos son comparables a los de las escuelas de prestigio mundial, tanto en capacidad como en ambición intelectual y dedicación.
Pero la diferencia es que disponemos de menos recursos públicos, privados y donaciones. Entonces, se generan limitantes. Por otra parte, tenemos un problema serio en nuestra educación secundaria, que se sufre más en la carrera de grado que en los posgrados. Argentina hoy tiene una educación primaria y universitaria razonable, pero la secundaria es muy mala.
¿Qué valor agregado le imprime a Di Tella el trabajo en investigación? Es nuestra principal diferenciación. Tener profesores full time dedicados a la investigación significa actualización, inquietud intelectual, búsqueda de respuestas y voluntad de influir sobre la sociedad. No solo formamos alumnos sino que también suministramos ideas al debate público. La presencia de Di Tella en los medios y en los debates es significativa. Esto se logra con docentes investigadores que están siguiendo las tendencias. Hay países donde las escuelas de negocios tuvieron impacto en la productividad de la economía.
Eso todavía no ocurrió en la Argentina, pero aspiramos a que pase.
Oferta académica
MBA: $ 94.700.
792 horas totales Executive MBA: $ 107.000.
792 horas totales (comienza el 29 de agosto) Maestría en Finanzas: $ 55.860.
600 horas totales.