Di Tella en los medios
ARQ de Clarín
1/06/23

Un nuevo edificio para la Universidad Di Tella

El diario Clarín repasó los detalles del proyecto ganador para el nuevo edificio y la plaza central del Campus de la UTDT.


Una gran plaza interior, deprimida en relación con las plantas bajas existentes, establece un nuevo nivel de referencia en todo el campus. BRUTHER © Ethan de Clerk


Desde 2013, la Universidad Torcuato Di Tella ocupa un campus urbano con acceso principal sobre la avenida Figueroa Alcorta al 7300, en Núñez.

Actualmente, consta de tres edificios situados en torno a un gran patio central: el Edificio Alcorta (ex Obras Sanitarias, reciclado con proyecto de RDR Arquitectos), el Edificio Sáenz Valiente (inaugurado en 2019, proyecto de Josep Ferrando) y el Edificio Parque. Este último, será reemplazado por una nueva construcción cuyo proyecto es fruto de un proceso de selección realizado en dos etapas.

El estudio parisino Bruther, acompañado por los estudios de Buenos Aires IR y MoGS, como socios locales, logró seducir al jurado con una propuesta que ubica a la Plaza Central como centro gravitatorio del campus.

“Con el objetivo de ofrecer una superficie diáfana, libre de accidentes arquitectónicos y abierta a distintas apropiaciones, la propuesta ganadora transforma los patios auxiliares necesarios para volver habitable el primer subsuelo del campus en un gran patio central”, define el fallo.

Al deprimir casi la totalidad del nivel cero del Edificio Parque, cuyo programa principal es aulario, el proyecto elimina cualquier interferencia visual que se interponga entre la Plaza Central y la Plaza El Salvador (lindera al campus y de uso público), “garantizando así una conexión visual directa con la vegetación adyacente pero evitando, al mismo tiempo, una conexión física con ella”, considera el jurado.

Esa aparente contradicción resultó clave: según lo establecido en las bases y en la normativa urbanística de la Ciudad, los principales accesos al campus deberán mantenerse desde la calle Sáenz Valiente y la Avenida Figueroa Alcorta.



El nuevo edificio establece una nueva relación con la vecina Plaza El Salvador, de acceso público. BRUTHER © Ethan de Clerk

A su vez, al unificar los vacíos en el medio de la Plaza Central, el equipo de Bruther logró conectar con facilidad los usos ubicados en el perímetro del patio con los programas académicos ubicados en el nivel -1.

Para el jurado, el gran patio “modifica la percepción fenomenológica del primer subsuelo” al otorgarle niveles de iluminación y una superficie de expansión análogos a los niveles superiores: “los autores logran duplicar la planta baja, transformando la Plaza Central en centro gravitatorio del campus”, define.

Los autores parten de un diagnóstico que considera al patio central como “un lugar esencial pero híbrido”. “En la actualidad, se utiliza alternativamente como estacionamiento o como ‘plaza’ para los actos y ceremonias propios de la escuela- consideran-. A falta de una definición urbana clara, parece parasitada por la presencia de vehículos”. Cuestión que resuelven excavando dos subsuelos destinados a cochera.



Una plaza interior toma dos niveles, el del patio central y el de la planta baja de los edificios existentes. BRUTHER © Ethan de Clerk.

El siguiente objetivo fue conectar los tres edificios entre sí. Realizaron un ajuste preciso de los niveles y establecieron un nuevo nivel de referencia en el gran patio interior, definido en una cota más baja con respecto a las plantas bajas existentes, de la avenida y del parque.

Para los autores, “la frontalidad del edificio original queda así realzada por este juego de transparencias sucesivas, dispuestas en un eje Sur-Norte: de la calle a la explanada interior de la universidad y luego al parque”.

La explanada está delimitada por capas construidas y equipadas. En sus lados largos, está bordeada directamente por grandes talleres para la enseñanza de la arquitectura y el diseño.

Otros elementos del programa que no requieren necesariamente luz natural (salas de proyección o de conferencias) se sitúan bajo la planta baja existente. En los lados cortos, unas gradas (que podrían ser desmontables) ofrecen la posibilidad de cerrar el espacio para eventos.

Luego, la planta baja se beneficia de una generosa altura, de 9 metros, que aporta luminosidad al corazón del edificio. El restaurante universitario está situado en una de las esquinas. La terraza exterior de la cafetería es accesible al público y sirve de enlace con la ciudad.


Flexibilidad, gran atributo para una planta

En las plantas tipo, el nuevo Edificio Parque toma nota de su condición privilegiada en relación a dos vacíos urbanos; y plantea un cambio radical al esquema tradicional de una circulación central y aulas sobre las fachadas.

Por el contrario, los proyectistas definen circulaciones sobre el perímetro, considerándolas espacios de transición. Estas galerías de doble altura participan de la vida universitaria y permiten circular en contacto con las copas de los árboles.

A su vez, el jurado destacó que las aulas ubicadas en el centro de la planta adquieren un grado de flexibilidad superior en comparación con otras tipologías: “Al desaparecer la espina central de circulación cada aula o taller tiene ahora la posibilidad de expandirse tanto en sentido longitudinal como en sentido transversal, transformando así cada nivel en una plataforma equipada y libre de interferencias, con potencial para incorporar usos imprevistos”.

A través de intenciones discretas, como la presencia de un café volcado hacia la Sáenz Valiente o los balcones como señales urbanas, este nuevo edificio del campus busca relacionarse con su calle y el barrio. 


Un concurso en dos etapas

El proceso para seleccionar el proyecto se desarrolló en varias etapas. Se inició con un concurso de Ideas abierto a todos los arquitectos matriculados en Argentina, durante junio y julio de 2022.

De las 64 propuestas recibidas, tres resultaron seleccionadas para la siguiente instancia: AFRa (Buenos Aires, junto a Office for Metropolitan Architecture -OMA/AMO, Países Bajos), Ben-Avid (Córdoba, con Afaconsult Engineering Projects, Portugal), y Berzero, Sabattini-Giorgis y M2R (Córdoba).

La etapa siguiente consistió en un concurso de anteproyectos, que se llevó a cabo entre julio y diciembre del año pasado, en el que nueve estudios fueron invitados a participar de manera directa por la universidad. Entonces, a los tres equipos ganadores del concurso de ideas se sumaron otras seis oficinas.

Siguiendo lo estipulado en las bases del concurso, en esta instancia los estudios internacionales debieron proponer un estudio con matrícula para operar en Buenos Aires como socio local.

Los convocados en esta etapa fueron: estudio Herreros (España, socio local Torrado Arquitectos); Ciro Najle (Buenos Aires); Johnston Marklee (Estados Unidos, socio local Diego Arraigada Arquitectos); Smiljan Radic (Chile, socio local Hauser Oficina de Arquitectura); y UNA Muniz Viegas (Brasil, socio local Monoblock).