¿Cuba es una dictadura? ¿Y por qué resiste tanto?
El profesor de las Licenciaturas en Economía, Historia y Ciencias Sociales dialogó en el podcast Sobremesa con el historiador Roy Hora sobre la coyuntura política de Cuba.
Pablo Gerchunoff: Estaba leyendo los diarios. Muchas noticias argentinas, una noticia internacional que a mí me impresionó mucho y creo que a vos también, que es rebeldía, movimientos sociales en la calle en Cuba. Cuba es una palabra que nos resuena mucho a los argentinos y a América Latina en general. Y a mí me gustaría discutir tres temas: si Cuba es o no una dictadura y en qué sentido es una dictadura. El segundo es si efectivamente hay una sublevación, ¿por qué hoy? ¿Por qué ahora? Y el tercero es: ¿por qué duró tanto todo este proceso?
Roy Hora: Primer tema, un tema que se discute mucho... No se discute, se aborda de maneras polarizadas. ¿Es o no una dictadura? Creo que ahí tenemos que tratar de poner esto en una perspectiva más amplia. Me acordaba de un artículo buenísimo de Tulio Halperín, que salió en un libro que llama El espejo de la historia, una colección de artículos, artículos muy potentes. Y lo que analiza en ese artículo es, a través de la literatura, mirando la literatura, el fenómeno de la dictadura latinoamericana como problema histórico. Una de las cosas interesantes que dice, dice muchas, pero una muy interesante es: la dictadura constituyó una forma de régimen político muy común en América Latina, muy extendido, pero que sin embargo hay en todos los países, hubo en todos los países -el siglo XX se puede contar en gran medida mirando ese tipo de régimen- pero que nunca logró dotarse de una legitimidad propia. No hubo fascismo en América Latina y tanto Onganía, como Stroessner, como Pinochet, como Castelo Branco, dictadores, ¿qué dijeron? Dijeron: venimos a crear las condiciones para el retorno a la democracia. Tenemos que crear condiciones para que funcione la democracia. Es decir, la democracia representativa siempre fue el horizonte, la democracia liberal. E incluso lo fue para Galtieri. Una frase muy famosa de Galtieri: "Las urnas están bien guardadas", dijo en el 91 Leopoldo Fortunato Galtieri.
PG: Como tiempo económico, tiempo social y tiempo político.
RH: Exactamente. De Onganía. ¿Eso qué quiere decir? Que al final las urnas tienen que volver. Están guardadas. No están destruidas. No están quemadas. Entonces este es un poco el problema de Venezuela, me parece. De la Venezuela de Maduro y Chávez, que nunca logró romper del todo, nunca dio el paso que le permitió romper con el constitucionalismo, con la democracia de partidos, con la idea de que las elecciones competitivas, que la voz del otro es fundamental para construir la legitimidad del régimen. Entonces agarró acá una cosa que le escuché a Federico Merke, que me interesó muchísimo, que es: Cuba está en otro lado. Y, por tanto, no le podemos hacer el reclamo que le hacemos a la Venezuela de Chávez. Porque desde el 59, desde su revolución, sí hubo discontinuidad con la tradición político-ideológica latinoamericana. Creó instituciones de otra naturaleza, acompañadas además y apoyadas sobre otros principios: un régimen de partido único, apoyado sobre una economía dominada por el Estado, sin propiedad privada. Entonces, la pregunta que yo me hago es: ¿cuál es...? Y Federico decía: el reclamo que le tenemos que hacer a Cuba es que no cumple con estándares aceptados de derechos humanos. Y a mí me parece perfecto ese argumento, pero yo creo que lo podemos expandir un poco más, porque lo que le podemos pedir a Cuba, dejando de lado la discusión si es o no una una dictadura- es que el Gobierno cubano cumpla con sus propios estándares de protección de derechos. No con derechos abstractos impuestos o definidos en términos que son ajenos a la propia legalidad cubana, sino que cumpla con su propia Constitución. Y uno mira la Constitución cubana, la última, aprobada en el 19, y ¿qué es lo que observa? Eso a mí me llamó la atención. Artículo 1º, el más importante, dice: Cuba es un estado socialista, de derecho, bla bla bla, pero dice también en ese artículo: que asegura el disfrute de la libertad a sus ciudadanos. Y de ahí en adelante uno empieza a recorrer esos artículos y esos artículos son muy generosos en términos de concesión de derechos a sus ciudadanos. Menciono dos o tres más. Tres o cuatro más. En el capítulo sobre derechos, dice derecho a la libertad y a la justicia. En ese mismo capítulo dice: el domicilio es inviolable. Artículo 52 dice: libertad de movimientos. Dice: las personas tienen libertad de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio nacional. Artículo 54 dice que el Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento, conciencia y expresión. Es decir, libertad de pensamiento, conciencia y expresión son asegurados por la Constitución cubana. Lo mismo que en el artículo siguiente, el 55, libertad de prensa.
Lo que le podemos pedir a Cuba, dejando de lado la discusión si es o no una una dictadura- es que el Gobierno cubano cumpla con sus propios estándares de protección de derechos". (RH)
PG: Muchas libertades, realmente.
RH: Un montón de libertades. Entonces, el problema de Cuba yo creo que es.... Digamos, el reclamo que uno legítimamente le puede hacer a Cuba, no el reclamo de derecha, digamos, el reclamo de izquierda, es que no cumple con sus propios estándares de protección de derechos. Y ese me parece que es el punto sobre el cual una impugnación a lo que sucede en Cuba tiene que enfocarse.
PG: Muy interesante. Además, los artículos de la Constitución del 19 que estás mencionando descolocan un poco mi propia exposición, mi propia mirada, porque yo... A ver, quiero ponerle el título a la mirada. Lo dije al principio. Mi pregunta es: ¿por qué emerge el descontento ahora? Y la impresión que yo tenía era que Cuba buscaba, el régimen cubano, la cúpula del régimen cubano buscaba una transformación desde hace mucho tiempo. Pero esa transformación no iba en el sentido de las libertades, como vos lo acabas de marcar, por lo menos... Obviamente esa Constitución tiene mucho más que esto, pero esto está. No iba en la dirección de las libertades, sino que iba más bien en la dirección no Gorbachov, sino China. Esto es, busquemos eficacia y eficiencia en el régimen dentro de los patrones políticos y de la arquitectura institucional del régimen. Esto querría decir entonces que se hablaba, se pensaba en clave de una reforma económica, de una reforma monetaria y económica. Quiero subrayar la palabra monetaria. Enseguida voy a decir por qué. Y quien se encargó de eso fue un hombre que no venía... no era un Castro ni era un hombre de la revolución. Digo, la biología lo imponía. Tenía que ser alguien nuevo que fue de Díaz-Canel, coetáneo de esta reforma constitucional.
El régimen cubano buscaba una transformación desde hace tiempo, pero no en el sentido de las libertades, sino más bien se pensaba en clave de una reforma monetaria y económica". (PG)
RH: No había nacido el día que los revolucionarios entraron a La Habana.
En la línea de una reforma económica empezaron no por darle un lugar a la iniciativa privada, sino por una transformación monetaria, una flexibilización monetaria. ¿Cuándo? En enero del 21. En plena pandemia". (PG)
PG: Efectivamente. Y eso que decís es un punto importante. Y en la línea de una reforma económica empezaron no por tratar de transformar el mundo productivo y darle un lugar a la propiedad privada, a la iniciativa privada, sino que empezaron por una transformación monetaria. Empezaron por planear un cambio monetario, una flexibilización monetaria. ¿Cuándo? La fecha es importante. En enero del 21. En plena pandemia. En plena pandemia. Entonces, observá lo siguiente: ¿qué era el cambio monetario sin un cambio productivo, sin una reforma económica más estructural como siempre les critica, por ejemplo, Carmelo Mesa-Lago? Era una moneda, el cubano, flexible con el dólar, justo en el momento en que empezaban a escasear dólares. ¿Y por qué empezaban a escasear dólares? Lo primero venía de antes. Venezuela ya no era un proveedor, no podía sostener a la revolución cubana. Segundo, las remesas de los emigrantes habían caído porque el cataclismo económico que generó la pandemia afectó al mundo entero y también a los emigrantes cubanos. Tercero, se derrumbó el turismo. Entonces la afluencia de dólares a Cuba que podía haber sostenido esta reforma monetaria no se pudo sostener. Entonces lo que empezó a pasar es que los medicamentos comenzaron a hacerse más caros, porque el 45 por ciento son importados, los alimentos comenzaron a volverse más caros y el propio gobierno intentó, sin embargo, cancelar los aumentos de precios con aumentos de salarios. Y lo que tenemos en Cuba entonces es un proceso inflacionario que el gobierno cubano intenta reprimir. Esto es, estamos en un sistema de triple, cuádruple, quíntuple mercado cambiario con salarios que aumentan pero nunca alcanzan la dinámica inflacionaria, con escaseces porque de pronto el Gobierno intenta reprimir ese inflación y esas escaseces están haciendo mucho daño exactamente en el momento en que la pandemia está haciendo estragos. Entonces, sobre el panorama general que vos trazaste, yo quería enlazar la mirada larga con una mirada más coyuntural acerca del por qué de la emergencia del descontento en un momento como este. Cierto es que nos quedaba, si me acuerdo bien, una tercera pregunta. La tercera pregunta es, independientemente de en qué momento emerge el descontento, ¿por qué duró tanto?
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Transcripción parcial de la conversación
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