La trascendencia regional de su relación con China

Es la democracia más grande del mundo y el segundo país más poblado del planeta después de China. De hecho, para 2014 uno de cada cuatro nuevos trabajadores en el planeta será indio. Esto está haciendo que crecientemente la clase media india sea gravitante a nivel global.

Por ejemplo, India es ya el mayor mercado global de consumo de joyería de oro. Por supuesto, desafíos aún persisten: cómo mantener el crecimiento económico sostenido y cómo la gobernanza democrática y federal puede también ser eficiente, la pobreza (más de un tercio de la población con necesidades básicas insatisfechas) y los sectarismos religiosos y sus vínculos con el terrorismo.

A nivel regional, el dato más importante para el futuro de India será su relación con China. Ambas naciones han sido en el pasado enemigos, con la última de sus disputas armadas fronterizas siendo librada en 1962. De hecho, aún hoy agentes de frontera chinos se niegan a estampar la visa de quienes ingresan por el estado de Arunachal Pradesh, sobre la que tiene un reclamo de soberanía. En el espacio que ocupan ambos en Asia, convergen las demandas del crecimiento individual con la geografía compartida. Es decir, los dos gigantes de Asia conviven y compiten en un área que cada vez será más relevante geopolítica y geoeconómicamente. La rivalidad ya se observa creciendo por la presencia en el Océano Índico: China controla los puertos de Chittagong en Bangladesh, Hambantota en Sri Lanka y Gwadar en Pakistán. Los movimientos de este tipo están guiados por una búsqueda de asegurarse la provisión de recursos claves para el desarrollo continuado en ambas naciones, como por ejemplo el petróleo iraní. Para balancear la creciente presencia China en su región, India se ha recostado estratégicamente en su alianza global con los Estados Unidos, quienes encontraron en Delhi un socio que comparte sus aprensiones respecto de Beijing. Que ambos convivan hoy en el foro BRIC ilustra los profundos reacomodamientos geopolíticos en curso en el mundo. Para evitar que la competencia devenga en conflicto y que los intereses contrapuestos se transformen en confrontaciones, es imperativo contar con fuertes redes de cooperación públicas y privadas. La diáspora de negocios india tiene una fuerte presencia en el continente africano. Así, hay un continuo estratégico que une India, Sudáfrica y Brasil en el control de la seguridad del tránsito por el Atlántico. Los tres países interactúan en el foro IBSA. Los clivajes norte-sur, desarrollados-emergentes, oriental-occidental, democrático-autocrático, regulación estatal-liberalización de mercado conviven al interior y entre estas potencias. Para la Argentina, India representa un socio comercial excepcional para los productos que exporta, una oportunidad de transferencia tecnológica en los sectores de punta y una contraparte con valores de acción internacional compartidos.