En dos meses abre el lujoso hotel donde está el palacio Duhau
<DIV><P><STRONG>Luego de numerosas controversias: después de tres años de obras que lo remodelaron, recibirá a huéspedes exclusivos. Los trabajos generaron polémicas.</STRONG></P></DIV>
En poco menos de dos meses, el lujoso Park Hyatt Buenos Aires abrirá sus puertas a los huéspedes más exclusivos. Lo hará después de tres años de obras, y de muchas controversias, y en una residencia declarada monumento histórico nacional por su gran valor patrimonial: el Palacio Duhau (Alvear 1661), un símbolo de la vieja aristocracia porteña. Para expertos en preservación del patrimonio, la transformación fue inapropiada porque con estas obras la residencia perdió parte de su integridad (sobre todo el interior), un jardín único diseñado por el paisajista Carlos Thays, y otras cualidades que le daban inmenso valor patrimonial y cultural.
La polémica por el palacio construido en 1934 por el ingeniero Alberto Duhau y valuado en 20 millones de dólares antes de que comenzaran las obras de remodelación, surgió con el nuevo siglo, cuando el gobierno porteño autorizó la construcción de un hotel con el requisito de que se mantengan intactas las fachadas y ciertos interiores.
Si bien la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos realizó controles periódicos en las obras, los expertos en preservación y los vecinos de la Avenida Alvear, intentaron oponerse a la apertura del hotel y se quejaron de que del viejo edificio sólo permanece la fachada. Incluso la Nunciatura se opuso al proyecto por cuestiones de seguridad (está al lado), y hasta la Embajada de Italia trató de salvarla. Pero, de todas maneras, las autoridades avalaron al Hyatt.
Distintas versiones
La arquitecta Elvira Buxadera, de la Comisión de Museos, que depende de la Nación, responde por su parte "que se controló bien, de acuerdo a lo aprobado".
Pero para el arquitecto Fabio Grementieri, experto en Preservación y Conservación del Patrimonio del Centro de Estudios en Arquitectura Contemporánea de la Universidad Torcuato Di Tella, "la Comisión de Museos se mostró bastante benevolente con respecto a lo que proponía la empresa que quería construir el hotel".
El criterio sobre qué se debe preservar es el eje del conflicto.Grementieri explica que la mansión ya no cuenta con su magnífico jardín, ni con el interior de increíble calidad y de diseño francés. Para él, la residencia perdió más de lo que ganó.
"Una construcción que es patrimonio nacional debe mantener su integridad. Al ser remodelado en su interior, el Duhau perdió mucho valor histórico", sostuvo contundente, y lamentó la falta de una legislación que impida que de una construcción valiosa quede sólo el "cascarón" o la fachada. "Creen que el palacio es para elegidos, pero es el patrimonio que nos queda como memoria, y, además, un recurso turístico insustituible y fundamental para la Ciudad".