Di Tella en los medios
Revista Noticias
2/07/11

La dama del euro

Por PABLO SCHIAFFINO, ECONOMISTA y profesor de Macroeconomía de la Universidad Di Tella.

CHRISTINE LAGARDE, PRIMERA DIRECTORA MUJER DEL FMI: Cuando Europa atraviesa su peor crisis, sus líderes impulsaron una jefa a medida en el Fondo. Promesas de reformas sin resolver.

PorA fines del año pasado, las veinte economías más importantes del mundo decidieron avanzar en un conjunto de reformas que podrían alterar significativamente el destino del Fondo Monetario Internacional.

Se trataba de conceder un mayor poder a aquellos países de mercados emergentes como Brasil, China, India y Rusia colocándolos entre los 10 principales accionistas del FMI.

Sin embargo, la inevitable renuncia de Strauss Kahn –escándalo sexual mediante– y la aparición de un actor inesperado, la francesa Christine Largade, desdibujaron los designios del Fondo con un gran signo de pregunta donde su rol y prioridades no quedan del todo claros.

En un comienzo, fue un argumento basado en la meritocracia de hacer bien las cosas: los países emergentes no solo tuvieron poco que ver con la última debacle financiera, sino que además fueron los que mejor la sortearon con abultados superávits en sus cuentas y correctas políticas fiscales-monetarias. Sumado a extraordinarias tasas de crecimiento durante los últimos años, esto llevó a la promesa de reestructuración dentro del FMI donde países emergentes y en desarrollo adquieren una mayor relevancia. La posición, por tanto, para países como Argentina y Brasil pasaría a ser más ventajosa al tener una mayor injerencia sobre las acciones concretas del Fondo.

Pero al tomar fuerza el nombre de Lagarde como candidata de los europeos, la suerte de aquellas promesas se cargaron de dudas. Más aún, los emergentes liderados por Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica acusaron la existencia de un pacto entre los Estados Unidos y Europa, según la BBC, oculto, obsoleto y poco legítimo para ubicar una vez más a uno de los suyos al mando. Y México redobló la apuesta y propuso a su banquero Central, encomendándose así como el líder que los emergentes planean como símbolo de cambio real. Pero no prosperó.

OUTSIDER. Al no contar con trayectoria de economista, Lagarde asumió el ministerio de Finanzas francés en el 2007 bajo un manto de incertidumbre.
Su capacidad para liderar la economía gala durante la crisis del 2008, sin embargo, le adjudicó un respeto notable y ganó rápidamente el respaldo de diversos actores. Su formación no académica apoyada en un discurso sencillo y abierto, le han permitido impactar igual de profundo tanto en sectores populares como financieros.

Tanto es así que diversos analistas consideran que recibió el apoyo fundamental de Washington para su elección final como la primera mujer en decidir los destinos del Fondo.

La negativa por parte del bloque de los emergentes a la postulación europea se debe a la creencia de que, junto a Lagarde, las prioridades serán otras y las reformas se demorarán más de lo previsto. Lagarde aparece como el símbolo Europeo que encarna la visión donde los reclamos de las economías en desarrollo no son la prioridad de agenda del "próximo Fondo", que buscará redoblar sus esfuerzos en los países europeos en crisis. Con ayudas cercanas a los 140 mil millones de dólares, estados como Grecia, Irlanda, Portugal y España requieren de un monitoreo constante de sus variables macroeconómicas y de su desempeño, en mayor o menor medida, depende la continuidad de Europa como unión.

Cuando Lagarde dijo que su conocimiento profundo de Europa puede resultar valioso para la coyuntura europea, inmediatamente recibió el respaldo de la canciller alemana, Angela Merkel, y del ministro británico de Finanzas, George Osborne, quienes ven al Fondo como un jugador clave en el esquema de asistencia a los países del continente en crisis. Puesto de otra manera, aquellas economías más fuertes (como Alemania) que no tienen intenciones de asistir a países en dificultades, delegan en el FMI un papel esencial dentro de la estabilidad macroeconómica mundial.

Más allá de ciertas cuestiones de posicionamiento político y representatividad, la lectura de "otro líder europeo" con prioridades regionales, dadas las circunstancias, puede ser acertada por las condiciones que el mundo atraviesa. Al menos, en las primeras horas tras conocerse su designación, los mercados reaccionaron con gestos positivos interpretando que el próximo Fondo estará donde realmente más se lo necesita: mirando a Europa.

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