Víctimas sensibles en el foco de la nueva economía del crimen
Economía insólita
por Sebastián Campanario
E n forma lenta y sigilosa, pero a paso firme, la economía no tradicional va extendiendo sus tentáculos y ocupando nuevos espacios de poder. El objetivo es dar el batacazo en 2020 y tomar el control del mundo antes que China. Por lo pronto, la semana pasada un economista con sensibilidad para temas no tradicionales llegó por primera vez al rectorado de una universidad. Desde el miércoles pasado, Ernesto Schargrodsky, que tiene en su curriculum investigaciones sobre crimen, creencias y títulos de propiedad; y es un fanático de la "economía experimental", es el nuevo rector de la Torcuato Di Tella.
Con 40 años, reemplazó en ese puesto al sociólogo Manuel Mora y Araujo.
"La economía estuvo demasiado tiempo expandiendo su visión a otras ciencias, con un comportamiento de alguna manera imperialista", dice Schargrodsky a Clarín, "es hora de aprender de los métodos experimentales y de los avances que se lograron en otros campos de investigación".
Desde el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Políticas, Schargrodsky viene analizando la economía del delito en la región y en la Argentina en particular, con el herramental que inauguró el Premio Nobel Gary Becker a fines de los 60. Desde allí, se realizaron diversos experimentos para "medir" el impacto sobre crimen de factores como la distribución del ingreso, el desempleo o la presencia policial.
Los resultados no son siempre los esperados. Por caso, recientemente Schargrodsky y Rafael Di Tella descubrieron que, contrariamente a lo que suponía a priori, la gente que es víctima de algún delito no necesariamente se vuelve más partidaria de las políticas de "mano dura" luego de atravesar esa experiencia. "En promedio, encontramos que quienes fueron víctimas de un acto delictivo de alguna forma toman más conciencia de los problemas de pobreza, y se vuelven más partidarias de apoyar medidas de redistribución".
Para llegar a este resultado, en el LICIP entrevistaron a cientos de personas en un panel fijo a lo largo del tiempo, y luego tomaron los casos de aquellos que en la primera ocasión no habían sido víctimas de un delito y que, un año más tarde, sí lo habían sufrido.
Este fenómeno de cambios de creencias o de ideología a partir de una experiencia no elegida es poco estudiado desde la economía, y tiene escasos antecedentes. Uno de los más interesantes es el de una investigación estadounidense que determinó que aquellas personas que tiene hijos varones refuerzan su ideario "promercado" y que, en cambio, la gente que tienen hijas tiende a defender un Estado con más asistencia y distribución del ingreso.
Hasta el momento, Schargrodsky es el único economista argentino que recibió un comentario a página completa en el semanario británico The Economist. Fue por un trabajo que recobró actualidad semanas atrás, a partir de los episodios de violencia en el Parque Indoamericano, y qué mostró como el otorgamiento de títulos de propiedad a familias de bajos recursos redunda en mejoras sustanciales en la salud, la educación y la baja de la violencia.