El PRO presiona a La Libertad Avanza, aunque tiene mucho que perder
Juan Negri, director de las Licenciaturas en Ciencia Política y Gobierno y en Estudios Internacionales, fue consultado sobre la estabilidad de la alianza entre LLA y el PRO.
Javier Milei y Mauricio Macri
De cara a las elecciones de 2025, LLA y el PRO abrieron el debate sobre si competir en unidad o no. Si bien la idea siempre estuvo presente desde que el partido amarillo funcionó como principal e indispensable aliado del oficialismo, la novela de idas y vueltas comenzó cuando el presidente Javier Milei convocó al exmandatario Mauricio Macri a un acuerdo para "arrasar con el kirchnerismo".
El líder del PRO respondió con la propuesta pública de "conformar un equipo de trabajo" para avanzar con el proyecto libertario.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, enfrió la situación afirmando que los acuerdos en la política "no son tan sencillos". Las críticas giran en torno al apresuramiento de los amarillos por comenzar a hablar de listas: "Una cosa es la intención de poder trabajar en conjunto, y otra es ya empezar a trabajar en el tema electoral. Para eso falta un poco", señaló.
Mientras tanto, en el PRO intentan presionar a LLA con declaraciones públicas. "Guarda que se viene Mauricio candidato", desafío Jorge Macri en un acto partidario y desató un operativo clamor en torno al expresidente.
Esta semana, el PRO sacó un duro comunicado en donde criticaron la exclusión del Presupuesto 2025 en el temario de las extraordinarias. "Este enfoque nos aleja de la democracia participativa y refuerza una visión autoritaria", sentenciaron.
Francos fue quien respondió: "A nosotros nos parece absolutamente fuera de lugar", planteó.
Las negociaciones
"Todo esto es parte de una negociación entre LLA y el PRO que se remonta al principio del mandato de Milei", definió Juan Negri, director de la carrera de Ciencia Política en la Torcuato Di Tella. Explicó que al tiempo que el PRO quiere gobernar, Milei intenta poner límites: el Presidente "no quiere que Macri invada el Gobierno".
Sin embargo, señaló que hay una situación de necesidad mutua, porque "el PRO le da gestión" al oficialismo: "Los ministerios con mejor gestión hoy son aquellos en donde hay gente que viene del PRO". En ese sentido, se refirió a la titular de la cartera de Seguridad, Patricia Bullrich; el ministro de Economía, Luis Caputo; o incluso el de Federico Sturzenegger, en Desregulación y Transformación. En tanto, las carteras más débiles coinciden con las que no tienen funcionarios del PRO, como Sandra Pettovello en Capital Humano.
Negri detalló que el Gobierno está "envalentonado" porque "los números le andan bien y una parte de la población percibe que la economía repuntó". Eso genera, según el analista, que el oficialismo sienta menos necesidad del PRO.
Javier Milei
Por eso, LLA presiona al partido amarillo con el ultimátum de "juntos o separados en todos los lugares", incluso en aquellos donde al PRO le convendría ir por separado porque cree que puede ganar. Esto difiere con las especulaciones de principios del mandato de Milei, cuando "uno se imaginaba que el oficialismo iba a depender mucho del PRO", planteó Negri.
El analista sentenció que el objetivo del oficialismo sería, entonces, que el espacio de Macri "forme termine siendo parte del gran movimiento de derecha liderado por LLA, y que el partido de Milei se coma al PRO".
Lo que el PRO pone en juego
La discusión en el PRO está entre preservar la identidad partidaria o buscar una mejor posición a la hora de competir en las legislativas. Sucede que el partido amarillo tiene mejores chances de retener diputados siendo socio minoritario de LLA que yendo por sí mismo.
Esto porque pone en juego 23 (7 en la PBA) de sus 37 bancas y podría conservar alrededor de 15 si forma parte de una coalición que puede ser mayoritaria. Pero si concurre solo a las elecciones, difícilmente llegue a ese número porque la mayoría de los que fueron sus votantes se inclinarán por apoyar a los candidatos identificados, sin matices, con el Gobierno.
Diputados del PRO junto a Mauricio Macri
El caso de Buenos Aires
Uno de los grandes desafíos es la Provincia de Buenos Aires. Sucede que el oficialismo tiene la presión de ganar ahí no sólo por tratarse del distrito más populoso y de territorio peronista, sino además por la lectura que los mercados hacen. Si bien se trata de una elección nacional, los resultados se miden a partir de los porcentajes obtenidos en las urnas bonaerenses.
En esa línea, el consultor político Carlos Fara recordó dos ejemplos. El primero se trata de Francisco de Narváez, que "no ganó la Nación pero quedó la imagen de que el kirchnerismo había perdido cuando en realidad fue un empate". Y el segundo es el caso de Sergio Massa, que "ganó pero solamente en PBA: quedó la impresión de que el kirchnerismo perdió cuando ganaron a nivel nacional".
"Cristina, ganando la PBA, va a generar un efecto psicológico sobre la lectura política aun cuando Milei gane en el resto del país y eso puede generar ruidos en las expectativas del mercado", sentenció Fara.
Máximo Kirchner, Sergio Massa, Cristina Fernández y Axel Kicillof
Y, de acuerdo a la lectura de Negri, "Milei minimiza el riesgo de que en la provincia gane el peronismo". Una eventual victoria de UxP en PBA representaría un "golpe" para el oficialismo y desataría una situación de riesgo para el programa económico libertario.
Por eso, a Milei "le conviene ir junto al PRO en la provincia", recomendó Negri.
Alianzas provinciales
Lo cierto es que cada provincia tendrá su propia dinámica de alianzas electorales: "Es muy común que los partidos cambien de socios según cual sea el distrito", explicó el analista Martín D'Alessandro, politólogo y profesor de ciencia política e investigador del Conicet. Lo definió como "desnacionalización del sistema de partidos".
El acuerdo LLA-PRO le permitiría la apertura de nuevos espacios en las listas oficialistas para que el partido amarillo los complete con perfiles con más trayectoria y experiencia en el área, aunque eso va en contra del discurso contra la "casta" de LLA. En tanto, el PRO podría asegurar su presencia en las provincias.
Este esquema se completa con los desdoblamientos electorales. Se trata de una oportunidad para que los líderes regionales enfoquen la campaña en cuestiones locales y garanticen la presencia de las figuras provinciales en las listas del distrito.
Aquellos gobernadores inclinados a hacer acuerdos con Milei están más dispuestos a cederle lugares en las listas de candidatos nacionales que en las de las legislaturas locales de las cuales dependen sus gestiones.
Sin embargo, el escenario no es tan sencillo. El cierre de alianzas abre un gran debate en ambos partidos, dado que algunos referentes prefieren mantener la "pureza" de las listas, y otros optan por la mejor estrategia para garantizar mayor peso en el Congreso.
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