Inteligencia Artificial (IA) en Educación: ¿Cómo potenciar las competencias profesionales junto a los valores humanos?
La graduada de la Especialización en Políticas Educativas describió algunos aportes de la Inteligencia Artificial a la Educación.
La Inteligencia Artificial (IA) ha avanzado en forma vertiginosa en los últimos 10 años, sus aplicaciones se observan en diversas actividades, el transporte público, el desarrollo de vehículos autónomos, la previsión meteorológica, las transacciones financieras, la cadena logística, las técnicas de producción agrícola, los servicios de justicia, y la atención de la salud.
En particular, en Educación, interviene de forma nuclear en todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. El desafío es prometedor, su impacto se evidencia en el uso de dispositivos pedagógicos destinados a facilitar la personalización de la enseñanza, y en soluciones inteligentes que contribuyen a optimizar la automatización de las tareas administrativas repetitivas, de la gestión educativa.
Ahora bien, como resultado de las aplicaciones de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), un nuevo cambio irrumpe en el ecosistema educativo revolucionado aspectos que hasta ahora no se habían concebido en el aula. A manera de ejemplo, estos modelos de Inteligencia Artificial son capaces de producir a partir de datos existentes, contenidos nuevos y originales de forma autónoma sin requerir la intervención humana, desde texto, voz, imagen, sonido, hasta sugerencias de códigos de software para el desarrollo de aplicaciones.
En este contexto de innovaciones estructurales, surge el siguiente interrogante, ¿cómo empoderar a los estudiantes y docentes frente a estos nuevos escenarios? ¿Qué destrezas y habilidades demandan estas nuevas tecnologías?
De acuerdo a datos suministrados por UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en base a un relevamiento efectuado sobre 190 países, en 15 de ellos, se incluyen planes de estudio de Inteligencia Artificial (IA) para los estudiantes, y en sólo 7 países, se han desarrollado contenidos curriculares para la formación de los docentes.
En lo que respecta a los esfuerzos nacionales para guiar las innovaciones de Inteligencia Artificial acorde a principios éticos y de equidad, en 21 países se observan regulaciones específicas para incorporar el uso de estos nuevos dispositivos pedagógicos en el aula. Además, en sólo 70 países existen planes estratégicos nacionales de Inteligencia Artificial.
Atendiendo a este escenario disímil en la adopción de la IA, la UNESCO (2024) ha publicado recientemente el documento sobre el Marco mundial de Competencias para Estudiantes (IA CFS). En él se describen 12 competencias junto a otros aspectos actitudinales a desarrollar en el estudiante, ordenados en cuatro dimensiones: mentalidad centrada en el ser humano, ética de la Inteligencia Artificial, IA, técnicas y aplicaciones, Sistemas de IA. El destacado estudio, constituye una guía orientativa inédita a nivel mundial a fin de que los hacedores de políticas públicas, directivos escolares y profesores, puedan incluirla como referencia para el diseño planes de estudio de IA, contenidos curriculares y evaluación de los aprendizajes.
¿Cuáles son los motivos para un marco de competencias en Inteligencia Artificial (IA)?
El progreso tecnológico brinda oportunidades, pero también genera desafíos. No cabe duda que en este escenario innovador existe una transformación en la interacción de los actores del paisaje pedagógico, los estudiantes, los docentes, los contenidos, agencias de gobierno y ahora, irrumpe la Inteligencia Artificial.
En esta línea de pensamiento, los sistemas educativos no pueden ser meros ámbitos de prueba de estos avances, los programas de formación debieran enfatizar en el desarrollo de ciudadanos éticamente responsables, co-creadores de la IA, con competencias transdisciplinarias, y una visión crítica de los modelos algorítmicos.
Por último, es importante destacar el rol central de los docentes como agentes de cambio y facilitadores del proceso pedagógico de la Inteligencia Artificial (IA). Para ello es necesario promover planes de perfeccionamiento continuo, incentivar su involucramiento, y así poder obtener una mirada crítica en la que prevalezcan los valores de estos avances. El desafío está planteado.