21/09/24
Un profesor argentino en Harvard y su propuesta de “un campo para todos”
Por Rafael Di Tella
Rafael Di Tella, miembro del Consejo de Dirección de la UTDT, propuso la creación de un sistema de pequeños propietarios en el negocio agropecuario.
Campos Soja a la altura Villa Constitución. Foto Juan José García - FTP Clarín
Una de las anomalías en nuestro país son los altos impuestos a las exportaciones. Por ejemplo, el presidente Milei explicó recientemente que en el pasado “para proteger a la industria se le robó al campo.” Lo que no explica es por qué los votantes acompañaron tantas veces ese robo . Para ponerlo en términos de la retórica del presidente, ¿por qué los “zurdos empobrecedores” tuvieron tanto apoyo electoral? ¿Qué deberíamos hacer para que no vuelvan más?
El desafío central de Milei es convencer a los argentinos de que un país con más capitalismo sería un país mas justo. Que la libertad no sería sólo para que las grandes empresas le vendan al Estado mal y caro. Y que los derechos de propiedad no serían sólo para que los ricos entongados puedan preservar sus privilegios mal habidos .
Es bueno recordar que en todos los países razonables se da un dilema parecido: ¿Cómo hacer para despertar y mantener la “demanda” de capitalismo?
La historia de cómo Estados Unidos contestó esta pregunta es larga, pero un buen resumen es que lo hizo desarrollando un “capitalismo popular” de propietarios que invierten en el mercado de acciones de empresas (y en sus casas). La revolución conservadora pudo bajar los impuestos apoyándose en esa dinámica de dueños que van a participar de las ganancias de la nueva América que les proponía Ronald Reagan.
Algo parecido sucedió en la experiencia de Thatcher en el Reino Unido, donde las privatizaciones, a un precio inicial bajo, subsidiaban la participación popular ( as a bulwark against socialism ).
Reagan y Thatcher (y también Marx) creían que la propiedad cambia la forma de votar, no sólo porque cambia los incentivos sino porque también cambia la forma de pensar.
¿Como podrían los libertarios fomentar el capitalismo popular en la pampa? Una forma es la siguiente (ejemplo con un sólo campo, pero obviamente se puede escalar): El gobierno compra un campo de 1.000 hectáreas. Inmediatamente, emite 1.000 acciones en la nueva sociedad dueña del campo, así cada acción se corresponde con una hectárea. Luego se permite que cada argentino compre 1 acción (como máximo). Así, pasaríamos a 1.000 dueños de este campo .
Al mismo tiempo, y esto es la clave, hay que cambiar los estatutos de esta “sociedad de campo” para que lo único que pueda hacer es alquilarlo.
Obviamente, esta “intervención” es fiscalmente neutra: paga el costo del campo (a su dueño original) y después lo recupera al vendérselo a los inversionistas.
Primera “dificultad”. Hay que admitir que muy poca gente en la Argentina se anima a comprar unas pocas acciones de una empresa (por ejemplo, en la Bolsa) y prefieren ahorrar de otra manera. La razón es simple: piensan que los accionistas mayoritarios los van a estafar. En el capitalismo anglosajón los inversores creen que los accionistas mayoritarios están controlados y no pueden hacer cualquier cosa. Por eso hay tanta más gente que está dispuesta a invertir en la Bolsa americana que en la Argentina. Es cierto que eso está cambiando, de la mano de empresas como Mercado Libre, pero el proceso es lento.
¿Por qué, entonces, la gente querría invertir en estas “sociedades de campo”?
Por dos razones: porque las sociedades de campo no pueden hacer casi nada (sólo alquilar el campo) y así es difícil inventar un negociado para estafar a los minoritarios. Y por que no hay ningún grupo mayoritario (nadie puede tener más de 1 acción).
Hay partes de la propuesta que no tienen solución fácil. ¿Debería el gobierno regular el mercado donde se alquilan los campos de las “sociedades de campo”? ¿Debería cobrarles menos impuestos para promover esta nueva forma de propiedad?
Pero seguro que tiene varias ventajas. La más evidente: le permitiría a todos los argentinos tener acceso a la forma de ahorrar que tienen los terratenientes . Hoy, un laburante argentino que con mucho esfuerzo consigue ahorrar 5 mil dólares tiene pocas opciones para invertir. Quizás con ese dinero puede hacer alguna mejora en su casa (si es el dueño) ¿Pero no sería mejor dejarlo comprar una pequeña parte de la “riqueza” del país? Encima no se la puede comer la inflación y le paga una pequeña renta.
Otra gran ventaja es que separaría la producción de la propiedad de la tierra. En efecto, con “campo para todos” la propiedad pasaría a ser de todos ( por ejemplo, cada argentino tiene derecho a comprar 1 hectárea) y la producción la harían los que alquilan estos campos.
Esto es deseable porque los productores reciben rentas que sólo se pueden mantener con trabajo e innovación (que los economistas llaman “rentas Schumpeterianas”) mientras que los dueños de la tierra reciben rentas “Ricardianas” (rentas que no se erosionan con la competencia).
De hecho, cuanto mas interés hay en la agricultura, los dueños de la tierra reciben mayores rentas (porque hay gente dispuesta a pagar más por las buenas tierras) pero los productores reciben menores rentas (porque hay mas competencia por los insumos como tractores, tractoristas, tierras, etc).
El fracaso tragicómico del gobierno kirchnerista le está dando la oportunidad al gobierno de Milei de normalizar el capitalismo argentino. Pero cualquier baja de impuestos puede revertirse si en el futuro los votantes no se sienten parte de la nueva argentina. Lo mismo con la apertura y la desregulación de la economía. Una reforma que permita a todos los argentinos participar de la propiedad del campo puede ayudar aumentar la demanda popular por más capitalismo y así garantizar que el abrazo que hoy le damos a la libertad económica no tiene vuelta atrás.
Publicado en: Economía
Link: https://www.clarin.com/economia/profesor-argentino-harvard-propuesta-campo_0_Jo4oYBx93y.html
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