Di Tella en los medios
Clarín
22/06/24

“Hay núcleos duros de prejuicios sobre el rugby que son difíciles de romper”

Andrés Reggiani, director del Departamento de Estudios Históricos y Sociales, fue entrevistado sobre su nuevo libro, "El rugby. Historia, rituales y controversias desde sus orígenes hasta hoy", que escribió junto al historiador Alan Costa.


Los historiadores Andrés Reggiani y Alan Costa. Fotos Ariel Grinberg.


A cinco cuadras, las instalaciones del Belgrano Athletic. A una, la estación de tren Belgrano R y el colegio Saint Brendan’s. Sentados en el bar, los historiadores Andrés Reggiani y Alan Costa, que acaban de publicar por Siglo XXI El rugby. Historia, rituales y controversias desde sus orígenes hasta hoy. “La idea del libro era mostrar que el rugby es algo más complejo y diverso de lo que se dice mediáticamente”, dicen a dúo, mientras el sol de la mañana se filtra entre los cipreses de la Plaza Castelli y por la calle pasan chicos con ropa deportiva marca Prócer o Canterbury, asociadas al deporte de la pelota ovalada.

El origen del rugby en el país, de la mano de empleados de empresas británicas, como sucedió con el fútbol; el impulso que el peronismo le dio, logística y económicamente; la participación de muchos rugbiers en organizaciones armadas de izquierda, en los 70; los conflictos políticos por la visita de Los Pumas (con otra identificación) hacia la Sudáfrica basada en el apartheid contra la población negra; la profesionalización más que tardía del deporte, hacia mediados de los 90 y el crecimiento exponencial de su difusión internacional y de los negocios a ella asociados; la inserción del rugby en clubes de base popular, en cárceles y la expansión del juego entre mujeres; todos esos tópicos atraviesa el ensayo de Reggiani (doctor en Historia por la Universidad Estatal de Nueva York) y Costa (profesor de Historia por la UBA y museólogo), que aspira a ser una verdadera “historia social del rugby”.

–Hablan de una “caracerización problemática” en distintos trabajos periodísticos y académicos que ven al rugby solo como “productores de machos de elite”. ¿A qué atribuyen esa caracterización?

–Andrés Reggiani: Uno de los ejes del libro es mostrar la evolución del rugby, aunque conserva ciertas características originales, al ser todavía en Argentina un juego predominantemente de varones, que se ha movido en un espacio de clases media y alta. Pero a su vez se ha vuelto más visible, con la competencia internacional y la televisación, y eso expone más todo lo que sea el comportamiento dentro y fuera de las canchas. Se espera cierto comportamiento de un rugbier, por esta idea de los “valores del rugby”, pero eso, como se vio, es una trampa.

–Alan Costa: Está muy extendida la idea de que no tiene que parecerse al fútbol, de hecho, cuando hay finales de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), y se mezclan las hinchadas, siempre se dice: “Esto no es como en el fútbol”.

–Andrés Reggiani: En el libro desarrollamos algunos momentos: el de 1965, cuando Los Pumas van a Sudáfrica y la cobertura de los medios es que son héroes. Eso se puede contraponer cuando Los Pumas, con otro nombre, viajan a Sudáfrica en 1984, cuando había un boicot internacional. Y luego tenés los hechos de Villa Gesell, los tuits racistas y demás. Hay núcleos duros de prejuicios, a uno y otro lado, que son difíciles de romper. Además el rugby está más presente y, por tanto, más bajo la lupa.


Los historiadores Andrés Reggiani y Alan Costa. Fotos Ariel Grinberg.
Los historiadores Andrés Reggiani y Alan Costa. Fotos Ariel Grinberg.

–También señalan que esas caracterizaciones refuerzan los sentidos comunes y prejuicios sobre el rugby. ¿Por qué ocurre eso en el campo académico, del que cabría esperar mayor desprejuicio?

–Alan Costa: En general veo que el abordaje desde la sociología y la antropología se acota a determinado espacio y no es lo mismo ceñirse a un club del Top 12 que a uno de cuarta división. La población es muy distinta y en función de eso el resultado de la investigación va a ser muy diferente. Es muy diverso el rugby argentino, ¿cómo hacer “tipos ideales”, en el sentido weberiano?

–Andrés Reggiani: El hecho de ser historiadores hace que trabajemos con la categoría “tiempo”, y así mostramos una evolución. Vemos cómo un deporte con personas con apellidos ingleses, que trabajan en empresas británicas, se transforma en algo practicado por otros clubes, con apellidos italianos y españoles. Como Alan, creo que muchos enfoques sociológicos y antropológicos de alguna manera tienen conclusiones predeterminadas. Suelen ser enfoques del momento, especies de fotografías donde lo que se ve es una especie de batalla entre 30 hombres. Incluso Pierre Bourdieu habla del rugby como un espacio de batalla, pero reconoce cómo cambia el deporte cuando, en Francia, se traslada hacia las regiones del sur y se vuelve más rústico y popular.

–¿Qué cambios cualitativos pueden observar en la evolución del rugby argentino?

–Alan Costa: La expansión que tiene desde los 70 y 80 en el interior. Y por otro lado, la criollización. Desde los 50 ya se había sumado mucha clase media. ¿Por qué sucede eso? Las fuentes hablan de entusiasmo, como una gran categoría.

–Andrés Reggiani: Coincido con la criollización y nacionalización territorial. Hay un informe de las autoridades de la Unión Argentina de Rugby (UAR), sobre el tema del entusiasmo. La gente se vuelca al deporte primero por entusiasmo, por gusto, no por una cuestión de clase, eso viene después. Primero es la idea de jugar con amigos, la diversión. Y es importante desde 1946 el tema del peronismo.

–Sorprende el respaldo económico que los dos primeros gobiernos de Perón le dieron al rugby.

–Andrés Reggiani: Nos sorprendió a nosotros también. Fue parte de un programa de gobierno que se tomaba al deporte en serio. En ningún documento encontramos alguna referencia negativa del peronismo hacia el rugby. El gobierno financia la visita de seleccionados; viene una vez el de Irlanda y dos el de Francia, por ejemplo. Y después del golpe de 1955, la UAR dice que nunca recibió ayuda del Estado…

Los historiadores Andrés Reggiani y Alan Costa. Fotos Ariel Grinberg.
Los historiadores Andrés Reggiani y Alan Costa. Fotos Ariel Grinberg.

–En el libro tiene un espacio el rol del rugby en los Torneos Evita…

–Andrés Reggiani: Fue una decisión tardía de las autoridades nacionales, en 1954. Ahí se hicieron algunos partidos con seis equipos. La Fundación Evita pagaba la ropa, los entrenadores, había una suerte de oficina para desarrollar el rugby…con el golpe de 1955 todo eso se terminó. ¿Qué hubiese pasado sin eso hubiese continuado? La UAR siempre “bunkerizó” al rugby, hizo que no conviva en clubes con deportes rentados. Quizá la convivencia en el rugby con clubes como Ferro, Racing o River, que buscaron afiliarse o en algunos casos lo lograron por poco tiempo, hubiese acercado más gente a ese deporte.

–Otro tema poco recordado, que rescatan en el libro, son las amenazas contra el seleccionado inglés, en 1973, que terminan provocando que no se realice la gira por Argentina.

–Andrés Reggiani: Sí. En Twickenham hay un archivo de la Internacional Rugby Board, y ahí están las actas donde se dice que hay amenazas a los jugadores y por eso se suspende la gira. En el Buenos Aires Herald está contada la historia, a través de un periodista, Eric Weil, que cuenta que alguien que se identificó como miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), ratificó las amenazas hacia los jugadores ingleses. También salió una nota en The Sunday Times, que me envió Tony Collins, “el” historiador del rugby inglés.

–Con el asesinato de Fernando Báez Sosa, más la actitud de Los Pumas en el partido siguiente a la muerte de Maradona y la exhumación de tuits racistas de algunos jugadores, se reactivaron muchas miradas negativas sobre el rugby y algunas de esas esquirlas llegan hasta el día de hoy. ¿Por qué la “vigencia” de esa mirada?

–Andrés Reggiani: Se juntó el acto colectivo con lo del ritual salvaje. Luego, el ocultamiento, lo de irse a comer…y el tema racial, eso unido a lo de Maradona y los tuits…son todos pibes de tez blanca, de clase media, no sé si todos jugaban el rugby, ¿pero en qué medida es relevante eso?

–Alan Costa: Es fácil además decir “rugbiers”, y así parecía que era todo entendible.

–Llama la atención cómo, aún hoy, buena parte de la prensa progresista titula las noticias sobre los asesinos de Fernando como “rugbiers”, pero si otro medio hiciera una generalización así sobre otro colectivo, esos mismos medios se indignarían y hablarían de estigmatización.

–Andrés Reggiani: Exactamente.

–Alan Costa: Con las denuncias contra jugadores de Vélez se dice así, “jugadores de Vélez”, no “futbolistas”…

–Andrés Reggiani: Hay un sentido común instalado, por eso queríamos mostrar un universo más amplio. Está el ejemplo de Beromama, con una historia donde hay cirujeo, improvisación, llevarse una pelota del Club San Martin… y hacia el final del libro tenemos estadísticas de la extracción social de los jugadores y ves cómo se “clasemediza” cada vez más. También se puede retomar la figura de Agustín Pichot, que se asocia con la de Maradona, ellos se juntan, hay una famosa tapa de El Gráfico de los dos. Ahí hay un quiebre positivo, pero eso se pierde en 2020.


Los historiadores Andrés Reggiani y Alan Costa. Fotos Ariel Grinberg.
Los historiadores Andrés Reggiani y Alan Costa. Fotos Ariel Grinberg.