Di Tella en los medios
La Nación
9/02/24

Liderazgo: un león fuera de la jaula

Por Andrés Hatum

El profesor de MBA y Executive MBA analizó el liderazgo de Javier Milei.

En las tipologías de liderazgo existentes es difícil catalogarlo a Milei. Los referentes de izquierda lo llaman fascista; los de derecha no saben cómo llamarlo porque Milei les robó el discurso. Líder bestial podría ser una definición: arrasa con todo lo que tiene enfrente para lograr su objetivo. Sin embargo, no estaríamos siendo justos con el Presidente si solamente dijéramos que es un líder abrasivo que avanza sin miramientos. Milei trajo algo que pocos políticos demostraron: transparencia y una visión clara del futuro.

Desde la campaña presidencial Milei expresó la gravedad de la situación argentina y dejó en claro que lo que venía era más que difícil. Un Churchill vernáculo que supo ofrecer a sus compatriotas “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. No cualquiera ofrece eso. Los políticos están acostumbrados a palabras huecas que no ofrecen más que espejitos de colores. Sin embargo, cuando asumen su responsabilidad, esos espejitos están astillados y los ciudadanos nos convertimos en faquires que caminamos sobre los vidrios rotos.

Lo que genera un desajuste en la oposición toda es que el León de las Pampas ofrece una visión clara de país. La por ahora fracasada ley ómnibus, es un decálogo de liberalismo rancio y puro que llevaría a otro modelo de país y no a seguir emparchando la alicaída economía y sociedad argentina con reglamentaciones absurdas y prohibiciones que lo único que hacen es evitar generar trabajo genuino. Los cambios de paradigmas como de modelos de país generan un terremoto institucional porque saca de la zona de confort a todos. Especialmente a los políticos que se acomodan fácilmente a la burocracia. Es más, cuanta más burocracia, mejor para ellos. No es entonces difícil de entender cómo la “casta” está revoloteada.

¿Qué sucede con la oposición? Unión por la Patria, colmado de kirchneristas, patalea como siempre. La izquierda más radical se opone a todo y solo tiene como objetivo cortar la calle, sin ofrecer alternativas viables en un mundo que vio que el comunismo es un fracaso social y económico. Los partidos que están en el medio están atomizados entre quienes apoyan y quienes no saben qué hacer, pero por las dudas no apoyan. Y la derecha acompaña más o menos fiel a un visionario que se bautizó león pero que también es un elefante en un bazar sin cintura política, aunque probablemente esto no le interese.

La pregunta para todos es si este outsider de la política con ideas hasta hace poco vilificadas por la izquierda y el progresismo local podrá avanzar en una sociedad acostumbrada a las prebendas, a políticos entongados, a empresarios amantes de la vaca lechera estatal y a sindicalistas inmortales y millonarios. Romper estas inercias sociales tal vez requiera que el león sea también zorro y tenga la capacidad de sentarse a generar consensos con quienes tienen ganas de cambiar un país que sucumbió hace mucho en una espiral de pobrismo y corrupción.