Di Tella en los medios
La Nación
30/05/19

Buscan duplicar el número de extranjeros que estudian en las universidades argentinas

Por Soledad Vallejos

Alex Markman es directora de los programas internacionales que ofrece la Universidad Torcuato Di Tella, y en el stand de la feria NAFSA, la más grande del mundo dedicada a la educación internacional, contó a La Nación que, a diferencia de otros años, se nota el interés de otros países hacia la región. "Miran a Latinoamérica con buenos ojos. En nuestro caso, el 11% de nuestros alumnos son internacionales", dijo Markman.


Quieren atraer a los más de 5 millones de estudiantes internacionales que deciden salir de su país para estudiar en otro. Buscan seducirlos. Conquistarlos no solo con el prestigio académico de sus universidades sino también con la posibilidad de vivir una experiencia única en ese nuevo lugar. Con ese propósito llegaron a esta ciudad más de 10.000 representantes de universidades de todos los continentes para participar de la feria NAFSA, la más grande del mundo dedicada a la educación internacional.

Hay rectores de universidades, directores de programas educativos, coordinadores de estudios, académicos y funcionarios. Todos pensando en el mismo objetivo. Se los ve dentro de la exposición, en animadas charlas bilaterales, reunidos entre colegas. Se los ve también por las calles de esta ciudad, yendo a su hotel en monopatín o bicicleta. Hay que aprovechar los pocos días que dura la conferencia, que termina hoy, para irse a casa con la mayor cantidad de acuerdos de intercambio firmados y alianzas fortalecidas.

En eso también está la Argentina. Tiene su stand "Study in Argentina" dentro del predio, con representantes de 30 universidades nacionales, entre privadas y públicas. Todas tienen experiencia en esto de recibir a los alumnos extranjeros en sus casas de estudio, pero saben que la movilidad estudiantil está creciendo, y que en nuestro país hay mucho terreno para cultivar.

En 2017, alrededor de 80.000 estudiantes internacionales llegaron al país. La mayoría -unos 61.000- eligió la ciudad de Buenos Aires, y durante su estadía dejaron casi 10.000 millones de pesos entre alojamiento, pago de aranceles, consumo, transporte y entretenimiento, entre otros rubros, según datos oficiales que recopila el programa oficial Study Buenos Aires y un trabajo realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y el Conicet.

"El impacto económico es realmente importante. Pero este es un fenómeno más grande, con efectos a largo plazo, porque un estudiante internacional es un embajador genuino, que cuenta a otros su experiencia y luego puede volver como turista, como estudiante en otro nivel educativo o como emprendedor, como sucedió hace poco con un norteamericano que regresó a Buenos Aires y abrió un local de comida en Palermo", cuenta César Sánchez Casares, gerente de Vinculación Universitaria del gobierno porteño, a los más de 200 invitados que anteayer participaron de un evento en la Embajada Argentina en esta ciudad.

Y para desmitificar la creencia que postula que "muchos eligen a la Argentina porque estudiar acá es gratis", Sánchez Casares ofrece datos, y afirma que esa situación representa menos del 4% del total. "La mayoría viene por períodos cortos, y paga por sus estudios. Están los que eligen programas de verano o cursos de idioma, más hechos a medida, los que se quedan seis meses por un intercambio entre universidades y los que vienen a estudiar una maestría o un posgrado, ya sea en una universidad pública o privada, y que se quedan por uno o dos años", agrega Fernando Straface, secretario general de Relaciones Internacionales del gobierno porteño, que además cree que en un contexto donde algunos destinos clásicos se cierran con políticas inmigratorias más duras, como sucede en Estados Unidos, o el Brexit para la ciudad de Londres, la Argentina gana posiciones.

De hecho, en una de las conferencias de Nafsa se abordó el problema, con números que reflejan, por primera vez, la caída de casi un 7% de Estados Unidos en la captación de nuevos estudiantes internacionales. En el extremo opuesto aparecen Australia, Canadá y China, que incrementaron sus registros en un 15, 20 y 10 por ciento, respectivamente, en los últimos dos años.


Alto estándar de calidad

Alex Markman es directora de los programas internacionales que ofrece la Universidad Torcuato Di Tella, y en el stand de la feria cuenta a LA NACION que, a diferencia de otros años, se nota el interés de otros países hacia la región. "Miran a Latinoamérica con buenos ojos. Por primera vez, establecimos vínculos con algunas universidades en Turquía y algunos países asiáticos. En nuestro caso, el 11% de nuestros alumnos son internacionales, y las áreas por las que más se interesan son las de derechos humanos y estudios latinoamericanos".

El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), la Universidad Austral, la UCA, la Universidad Nacional del Nordeste, la UBA, la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, la Universidad del Salvador y la Universidad Abierta Interamericana (UAI) son algunas de las casas de estudios que mandaron hasta aquí a sus representantes para contar sus propuestas.

"La Argentina es reconocida afuera porque sus universidades tienen un alto estándar de calidad, y para otros países de la región somos una opción muy competitiva. Hay muchos brasileños, ecuatorianos y colombianos estudiando medicina en nuestra facultad, y también se inscriben cada vez más en programas cortos", refuerza Ezequiel Martinich, del Departamento de Cooperación Internacional de la UAI, y cuenta también que gracias al desarrollo de su centro deportivo UAI Urquiza, trabajan en articulación con distintas áreas del deporte.

"Llegó hace poco el equipo de fútbol femenino de una universidad de Estados Unidos para hacer un seminario de rehabilitación deportiva, y compitieron también con nuestro equipo de fútbol", cuenta Martinich, y recuerda orgulloso que "Las Guerreras" acaban de consagrarse campeonas del torneo femenino de Primera División de la AFA y clasificaron para la Copa Libertadores.

En su intención de atraer a nuevos talentos, Study Buenos Aires tiene convenio firmados con distintas asociaciones alrededor del mundo. Una de las más prestigiosas es la alianza con Campus France, y su directora Beatrice Khaiat, confiesa a LA NACION que está encantada de fomentar la partida de sus estudiantes a la Argentina. "Hay mucho interés por el idioma, pero la conexión con los gustos y la cultura entre ambos países es muy fuerte. Buenos Aires es la puerta de entrada para los estudiantes franceses en Sudamérica. Les encanta la ciudad", asegura la académica francesa.

Según datos publicados en esta edición de Nafsa, el 80% de los universitarios quiere estudiar un tiempo fuera de su país. Pero nada más que el 10% puede hacerlo antes de graduarse. En sintonía con esto, una de las herramientas locales son las nuevas becas de la Ciudad de Buenos Aires para estudiantes que quieran estudiar en el exterior.

Quince estudiantes de grado en universidades públicas o que fueron becados en universidades privadas serán seleccionados para participar de un programa corto en la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona o en el Instituto Tecnológico de Monterrey, en su campus en la Ciudad de México. Hoy cierra la convocatoria, y hay más de 2000 estudiantes inscriptos.

Como contrapartida, y para 2021, el objetivo de Study Buenos Aires es duplicar el número de estudiantes internacionales que lleguen a la Ciudad. "Al menos, esperamos alcanzar los 100.000", concluye Straface.

Según el último ránking QS Best Student Cities, Buenos Aires es la mejor ciudad de Iberoamérica para estudiar, por encima de Barcelona o Madrid, y quedó entre las 25 más elegidas del mundo. Otro dato que surge de la encuesta, publicada el año pasado, es que Buenos Aires "debería mejorar en sus precios". Para los ojos de los estudiantes internacionales, también es una ciudad cara.

El indicador que mejor salió posicionado es el que se refiere a la "experiencia del estudiante", en el que destacan la vida cultural y nocturna de la ciudad, la diversidad y la actitud de bienvenida de los porteños.

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