14/05/18
Eduardo Levy Yeyati: "Nuestra educación y mercado laboral no están preparados para importar tecnología"
Por Ernesto Tenembaum
El decano de la Escuela de Gobierno de la UTDT participó en el programa "¿Y ahora quién podrá ayudarnos?", con Ernesto Tenembaum, y habló su nuevo libro "Después del trabajo".
Consultado sobre la motivación para escribir su último libro Después del trabajo: El empleo argentino en la cuarta Revolución Industrial, Levy Yeyati, dijo que hace mucho tiempo se comenzó a interesar por temas relativos a políticas públicas, principalmente sobre la educación y el trabajo, "porque tenía la sensación de que, al final del día, el obstáculo más estructural, los temas que más trabajo nos cuesta abordar, en países como la Argentina, son los que están relacionados con la formación del capital humano", dijo.
En este sentido, aseguró que "parte del déficit y del problema previsional se da porque somos incapaces de generar trabajos formales de calidad. Si aumenta la informalidad y bajan los aportes vamos a tener un problema de sustento fiscal. Los problemas para generar empleos de calidad se vienen gestando en la Argentina, como en toda América Latina. Eso se ve impactado por el progreso tecnológico. Nuestra educación y mercado laboral no están preparados para importar tecnología y podemos profundizar este problema endémico de la región y de la Argentina aún más", alertó.
"Hay una desglobalización en curso, pero a eso se debe sumar la nueva ola que tiene que ver con los progresos recientes de inteligencia artificial, de automatización que reemplaza al cerebro. Hay programas que codifican y que son entrenados por un operador para luego hacerlo de manera automática", contó Yeyati. "El día que haya carne sintética hay que repensar nuestra industria ganadera. Se habla del auto sin conductor y del auto eléctrico que necesitará menos autopartistas. Hay ciertas tareas que se van a volver redundantes", advirtió el decano de la Escuela de Gobierno.
Asimismo, anticipó que "habrá nuevos trabajos relacionados al ocio. Si hay menos demanda de horas de trabajo, la gente ganará menos. Hay que redistribuir los frutos del progreso tecnológico para que el consumo continúe como lo impone el capitalismo. La otra dimensión es la psicológica, para encontrar el propósito de la motivación".
"Esto se mueve y no es una realidad que esté muy lejana. La tecnología es inevitable, es una fuente de bienestar y riqueza. Hay que pensar las políticas para su distribución ya que mejora la vida de las personas", aseguró.