Las razones que explican la desigualdad de ingresos
El director de la Maestría en Econometría de la UTDT explica por qué el ingreso de las mujeres es cerca de un 30% inferior al de los hombres: Segregación ocupacional, horas trabajadas y participación laboral detrás de la brecha de ingresos.
En su discurso ante la Asamblea Legislativa, el Presidente de la Nación mencionó que las mujeres ganan hasta un 30% menos que los hombres. Existen al menos tres causas que pueden explicar esta brecha de ingresos y muchas veces están relacionadas: segregación ocupacional; discriminación salarial en la misma ocupación; y diferencias en la participación laboral.
La segregación ocupacional tiene dos dimensiones, horizontal y vertical. La horizontal ocurre cuando hay una fuerte concentración de mujeres en sectores de la economía que tienen, en promedio, menores ingresos (servicio doméstico, salud y educación). La segregación vertical se produce cuando las mujeres no pueden acceder a posiciones de mayor jerarquía dentro de la misma organización. En el tercer trimestre de 2017 la proporción de hombres en los dos deciles más bajos de ingreso era de 7% mientras que la proporción de mujeres era casi el doble, 13%. En los dos deciles de mayores ingresos estas proporciones se invierten y los hombres alcanzan el 12.6% mientras que la proporción de mujeres es de 7.4% (INDEC).
La discriminación salarial se produce cuando en el mismo empleo, con las mismas características socioeconómicas y el mismo tiempo trabajado, las mujeres ganan menos que los hombres. En Argentina existen diferencias entre los ingresos promedio de hombres y mujeres de iguales capacidades en la misma ocupación. Para el total de las ocupaciones las mujeres ganaban en 2016, en promedio, un 26% menos que los hombres (EPH, INDEC). Esta brecha de ingresos desaparece cuando se toman en cuenta las horas trabajadas. El salario horario de hombres y mujeres, con las mismas capacidades y en el mismo empleo, es similar. Las mujeres, en promedio, trabajan menos horas que los hombres.
La participación laboral puede influir en la brecha de ingresos si las mujeres tienen una menor participación y cuando participan muchas veces se ven obligadas a aceptar trabajos de baja calidad. En el tercer trimestre de 2017 la tasa de actividad de los hombres fue casi del 70% mientras que la de las mujeres fue solo del 48%; la tasa de empleo fue alrededor de 50% más grande que la de las mujeres y el desempleo de estas últimas fue mayor (INDEC).
Esta evidencia sugiere que las causas de la brecha de ingresos sonprofundas y difíciles de combatir. Las mujeres trabajan menos horas porque dedican más tiempo al trabajo doméstico no remunerado y participan en la fuerza de trabajo menos que los hombres por el mismo motivo, además, trabajan en empleos de menor calidad en una proporción mucho mayor que los hombres.
La estructura del mercado de trabajo se interrelaciona con la estructura social y familiar. Hay que avanzar en políticas que modifiquen esta interrelación, que afecten la distribución de tareas en el hogar y produzcan como resultado una mejor inserción de las mujeres en el mercado de trabajo en términos de participación, horas trabajadas y empleos de calidad. Esta no es una tarea sencilla ni se logra de un día para el otro.