Di Tella en los medios
Clarín
17/03/16

¿Quién es el primer científico argentino que habló en una TED mundial?

El famoso ciclo de charlas. Mariano Sigman vive en Buenos Aires y es un referente mundial de la neurociencia. Disertó junto con oradores como Bill Gates y Bono. Mariano Sigman vive en Buenos Aires y es un referente mundial de la neurociencia. Disertó junto con oradores como Bill Gates y Bono.

"Es como estar en Disney". Así describe un argentino a la última charla TED mundial que se hizo en febrero en Vancouver, Canadá. El despliegue de tecnología fascinó al doctor en neurociencia Mariano Sigman. Y eso que participó como orador junto a grandes personalidades, como Sting, Bono, Bill Gates y Al Gore.

"Es como un mundo de fantasía, una especie de showroom de tecnología muy espectacular. Lo que más me impresionó fue la exhibición de realidad virtual: uno entra cargado con una mochila, anteojos y sensores por todos lados. Das un paso y de repente estás en unos templos aztecas, o mirás para abajo y hay un abismo, o entrás en un lugar y estás en medio de una tormenta", le cuenta a Clarín este "niño" de 43 años.

En la historia de los TED globales, la pionera argentina fue Pia Mancini, que habló en 2014 sobre la democracia en la era de Internet. Ahora le tocó el turno a Sigman, el primer científico local que pisó este escenario. Lo vieron 1.200 personas, que pagaron un promedio de 15.000 dólares por la entrada. Entre ellos, el director de cine Steven Spielberg, el actor Harrison Ford y los dueños de Google, Larry Page y Sergey Brin.

Sigman vive en Buenos Aires, pero se convirtió en un referente internacional en neurociencias vinculadas con las decisiones, la educación, y la comunicación. Su charla - Los sueños que nos definen - fue parte de la sesión 10, curada por otro argentino, Gerry Garbulsky. La presentó como "la sesión con más acento" porque ninguno de los oradores tenía un inglés nativo.

"Todo mi trabajo tiene que ver con tratar de descubrir los secretos de la mente. Para eso usamos un montón de herramientas y usamos el lenguaje para entender al otro. Por ejemplo, cuando una persona habla te das cuenta si está bien, si está deprimida o si está perturbada. Lo que hicimos fue automatizar ese proceso, entender cómo se forja esa intuición de comprender lo que le pasa al otro. Lo utilizamos para dos cosas, que yo llamo el pasado y el futuro de la conciencia", explica.

La neurociencia es un boom instalado en Argentina y- según Sigman -en todo el mundo. ¿Por qué fascina tanto? "Es tratar de entendernos: por qué nos enojamos más de lo que querríamos o por qué nos trabamos en una decisión de la cual no podemos salir. En la sociedad moderna nosotros hemos buscado ser los pilotos de nuestra propia existencia. Queremos manejar nuestro sentir, nuestros deseos, nuestros enojos. Por eso genera fascinación: es una ciencia que nos incumbe a todos, con las preguntas que todos nos hacemos", reflexiona.

En esta búsqueda constante hacia el autoconocimiento, la tecnología influyó. Y mucho. "Hoy tenemos herramientas que nos permiten meternos en la fábrica misma del pensamiento, en el cerebro funcionando en tiempo real. Y eso nos permite descifrar un montón de cosas que antes eran impensables: ¿Cómo funciona el pensamiento en un recién nacido? ¿Y durante los sueños?  ¿Y en un paciente vegetativo? Hoy tenemos maneras de poder observarlo", explica.

Hizo un doctorado en neurociencia en Nueva York y fue investigador en París. Viajó, conoció, y se quedó en la Argentina. Da clases en la Torcuato Di Tella y organiza la Escuela de las Neurociencias en Educación. Participa en radio, televisión, y publicó el libro La vida secreta de la mente (Debate). ¿Por qué volvió al país que lo vio nacer? "Tiene que ver con muchas cosas. Empezando por los vínculos afectivos, lo emocional y lo cultural. Este es el lugar donde yo quiero estar", concluye.