2017
Programa de Cine 2017
Abril - Noviembre 2017
Profesores: Andrés Di Tella, Agustín Mendilaharzu
Asistente: Laura Preger
Profesores invitados: James Benning, João Moreira Salles
El programa propuso un espacio de
producción y reflexión para cineastas, artistas visuales, fotógrafos,
dramaturgos, escritores e investigadores interesados en explorar el cine como
territorio de encuentro de disciplinas.
Tuvo como eje un seminario central, de análisis de obra, que funciona a modo de taller permanente, dentro del cual los participantes realizan ejercicios prácticos semanales, en el espíritu de ensayo y error. Un objetivo concreto del taller era que cada participante llegue a presentar al final del curso una obra audiovisual, que podrá ser una película, cortometraje o mediometraje, de cualquier género, documental o ficción, experimental o narrativo. También hay lugar para prácticas de cine “desbordado”, en la forma de instalaciones o piezas de performance. El objetivo de fondo del taller era que cada participante, a través de la experimentación y la reflexión, llegue a transitar una experiencia de lo que es posible hacer con el lenguaje del cine.
La mecánica de trabajo fue grupal pero cada uno desarrolló su propia obra, con la colaboración de los demás integrantes del grupo. Además de incluir un intercambio intenso entre participantes de distintas disciplinas y trayectorias (sin limitaciones de edad), este programa incluyó instancias compartidas con los participantes del Programa de Artistas, que funciona en forma paralela, en el marco del Departamento de Arte.
Participantes: Gonzalo Barceló Carrillo, Antonio Bianchini Borduque, Juan Bobbio, Sofía Brito, Agustín Burghi,Matías Capelli, Tamara Painé Ciai, María Florencia de Mugica, Lucía Ferreyra, Juliana González, Leandro Koch, Paula Mariasch, María Virginia Molinari, Mauro Angel Movia, Agustina Pérez Rial, Irina Raffo, Francisco Rigozzi, Celeste Rojas Mugica, Florencia Romano, Federico Sande Novo, Laura Scot, Francisca Somigliana, Julieta Tarraubella, Sofía Ungar, María Belina Zavadisca.
Seminario James Benning
Agosto 2017
Invitado al Programa de Cine 2017, recibimos del 8 al 11 de agosto al cineasta estadounidense James Benning, quien brindó un seminario intensivo para los participantes del programa y exhibió, en una presentación abierta al público, su más reciente film, measuring change (2016).
James Benning inició su seminario del Programa de cine sin preámbulos. Se puso a dibujar figuras geométricas y anotar números en el pizarrón: media hora de cálculos y demostraciones. Los que nos encontrábamos en el aula, posiblemente, habíamos decidido dedicarnos al arte porque no entendíamos o nos aburría la matemática. Igualmente, con la boca abierta, seguimos cada paso de la argumentación límpida e hipnótica de Benning. El cineasta, formado como matemático, demostraba que la solución “elegante” –es decir, simple- de problemas complejos se aplica tanto al álgebra como al arte. A continuación, borró los cálculos del pizarrón y dibujó una línea: “Si el tiempo es una línea en la que se suceden los acontecimientos y el presente un punto sobre esa línea, podemos decir –pues el punto, por definición, carece de dimensiones– que el presente no existe.” Tras una breve pero intensa discusión sobre la naturaleza del tiempo y su expresión cinematográfica, volvió a borrar el pizarrón y dibujó un mapa de los Estados Unidos. A partir de sus desplazamientos por la geografía de país, narró con emoción su vida itinerante, desde que salió del barrio obrero de Milwaukee en que nació, hasta que empezó a hacer cine (recién) a los 33 años. (Después propuso que cada uno de los participantes del seminario hiciera su propio mapita, para reunir todos en 25 libritos, que serían como un atlas de la clase). Al terminar su biografía pre-cinematográfica, confesó que “dar clases”, para él, era una especie de performance, de la que los “alumnos” –rápidamente se dio cuenta de que no hay alumnos en el Programa de cine- tienen que extraer sus propias conclusiones, sumar dos más dos.
Hacer cine también es, para Benning, una especie de performance. Se planteó, de hecho, uno de sus primeros films como tal: ¿qué pasa si voy todos los días durante todo un año a filmar desde la misma orilla de un río? En uno de esos primeros proyectos, también dedicó dos meses a recorrer todos los lugares donde alguna vez vivió, y filmar el mismo plano, como registro de sus sensaciones de cada momento. La misma idea está presente en su obsesión con la mítica obra de land art de Robert Smithson, The Spiral Jetty, que introdujo en 1970 una equívoca presencia humana en la naturaleza, al construir un “espigón” o “muelle” en forma de espiral, con cinco mil toneladas de piedras, en una orilla del Great Salt Lake, en el desierto de Utah. Benning viajó repetidamente para filmar la obra, durante años: la primera vez fue en 1992, cuando en realidad creyó haberla filmado: durante muchos años, el muelle permaneció sumergido e invisible bajo las aguas del lago, ¡y Benning registró sin saberlo un sitio equivocado! En 2007, cuando las aguas habían vuelto a bajar, Benning volvió una y otra vez al Spiral Jetty, para hacer uno de sus últimos films en 16mm, casting a glance. La obra de Smithson muda según las estaciones: las piedras negras de basalto se tornan blancas en la medida que la sal del lago las cubre, y vuelven al negro en la temporada de lluvias. El hecho mismo de que el espigón hubiera “desaparecido” bajo el agua durante dos décadas puede ser concebido como parte de la obra. En su más reciente largometraje, measuring change (“midiendo el cambio”), presentado en el marco del seminario, Benning elige filmar The Spiral Jetty en alta definición digital y en sólo dos planos: dos prolongados, hipnóticos planos. Se podría pensar que lo que el cineasta registra no es solamente la obra de Smithson sino una especie de performance, la del propio cineasta solitario, recorriendo las rutas del país e instalando su cámara una y otra vez en los rincones más inhóspitos, como hace en buena parte de su obra. El viajero que llega hasta el medio del desierto para ver The Spiral Jetty también afecta la obra con su presencia; y, por supuesto, resulta transformado por su experiencia de la obra. Un detalle importante: Benning filma siempre solo. “Lo que me interesa es hacer la experiencia de algo. Hago películas para compartir esa experiencia. Pero no podría hacer estas películas si no estuviera solo. Tengo que vivir la experiencia, solo, para poder de alguna manera registrarla”. El espectador hará, pues, su propia experiencia solitaria al exponerse a las imágenes registradas por Benning, que funcionarían como una cámara de resonancia de la performance del cineasta solitario.
Esa performance implícita en las imágenes es la que, a nosotros cineastas, nos despierta el deseo de hacer algo equivalente. No hacer películas como las de Benning, imposibles de imitar, sino hacer cine como lo hace Benning, si se entiende la diferencia: exponiendo su propio cuerpo, poniendo en juego todo lo que uno ha experimentado, sintetizando problemas complejos con elegancia, haciendo del cine una máquina de pensar y generar experiencias en el espectador. Eso fue lo que nos pasó a todos ante la gigantesca muestra de libertad creativa que representan proyectos recientes como el de los “52 Films” del año pasado (uno por semana), o el de “31 amigos”, en el que hizo 31 obras para 31 amigos, o la sorprendente exposición de los materiales con que está construyendo su actual multi-proyecto de instalación y cine, en pleno proceso. ¡Hasta improvisó un nuevo film casi en el acto, a partir de unos fotogramas extraídos de una película protagonizada por una participante del programa! En ese mismo sentido, James Benning ha sido una fuente de inspiración para mí hace años, aunque las películas que yo hago no se parezcan en nada a las suyas. Mi idea al invitar a Benning para dar nuestro primer seminario internacional era precisamente poder compartir con los participantes del Programa de cine esa fuente de inspiración. Pensé que ya conocía algo la obra de Benning y su pensamiento. No imaginé que el seminario resultaría, también para mí, una nueva fuente de inspiración. Mi cabeza no dejó de carburar y estallar, como un motor a combustión, desde el principio hasta el final de los cinco días de James Benning en Buenos Aires.
-Andrés Di Tella
Seminario João Moreira Salles
Septiembre 2017
Invitado al Programa de Cine 2017, recibimos del 1 al 4 de septiembre al cineasta brasilero João Moreira Salles, quien brindó un seminario intensivo para los participantes del programa y exhibió, en una presentación abierta al público, su más reciente film, No intenso agora (2017).
Es difícil no parecer exagerado al hablar de Moreira Salles, aunque lo que sigue sea apenas descriptivo. No sólo es uno de los nombres que realmente importan del cine latinoamericano actual. Moreira Salles es, al mismo tiempo, una figura imprescindible de la escena cultural del Brasil, en su calidad de editor de Piauí, una de las mejores revistas del continente, y director del Instituto Moreira Salles, cuyo acervo fotográfico (800.000 imágenes originales), musical (80.000 fonogramas) y literario (archivos personales de los más significativos escritores brasileños) no tiene parangón en América Latina. Como si eso fuera poco, también ha sido productor y factótum de casi todos los títulos del gran documentalista Eduardo Coutinho. Por su parte, Santiago, su film precedente como director, se ubica, según muchos críticos, entre los mejores films brasileños de la historia.
Para seguir en la misma tónica, se podría agregar que Moreira Salles es uno de los cineastas más lentos de la historia. Pasaron diez años entre su película anterior, Santiago (2007), y su nueva obra, No intenso agora (2017), el film que presentamos. De hecho, desfilaron quince años entre el rodaje y el montaje final de Santiago, que lleva como significativo subtítulo: Una reflexión sobre el material bruto. Y No intenso agora también podría llevar un subtítulo análogo. Moreira Salles fue recopilando material de archivo sobre los “sucesos” de Mayo del 68, principalmente de París, pero también provenientes de Praga y, por supuesto, de Brasil. Lentamente, en los ratos libres que le dejaban sus otras ocupaciones, en los fines de semanas, en las vacaciones, empezó a describir por escrito lo que veía en las imágenes. Por cierto, No intenso agora podría verse, además, como una extraña especie de seminario intensivo en sí misma, consagrada a reflexionar sobre lo que dice la imagen cinematográfica. De no ser, eso sí, por su potente carga emocional, infiltrada a través de la meditación personal que las imágenes históricas suscitan en el cineasta, y por su enorme capacidad narrativa, que hace de esta película, más que un documento, una fábula con moraleja abierta. No intenso agora no es una obra política por el “tema” sino por esa forma que tiene de obligar al espectador a hacerse preguntas incómodas: ¿qué me están diciendo estas imágenes? ¿qué tienen que ver con mi vida? ¿cómo sigo?
Jornadas Cinema Novissimo
Noviembre 2017
Jornadas sobre la herencia del Cinema Novo, expresada en el actual movimiento de Cinema Novíssimo de Brasil. Debates y discusiones con la presencia del productor Diogo Dahl, hijo de Nelson Pereira dos Santos; Alice de Andrade, hija de Joaquim Pedro de Andrade; y Pedro Paulo Rocha, hijo de Glauber Rocha. En el marco de las jornadas, se asistió a la proyección de los films Cinema Novo de Eryk Rocha (2016) y Cinema Novo de Joaquim Pedro de Andrade (1967); Historias cruzadas de Alice de Andrade (2008) y AllePoW Fylme War Machine de Pedro Paulo Rocha (2017), todos inéditos en Buenos Aires. Curaduría: Lilia Lustosa. Moderación: Edgardo Dieleke. Con apoyo de la Embajada de Brasil.
A principio de los años 60 nacía en Brasil un movimiento cinematográfico que intentaba mostrar el verdadero Brasil a los brasileños. Inspirados por el Neorrealismo italiano, por la Nouvelle Vague francesa y, más cerca, por el director brasileño Nelson Pereira dos Santos con su Rio 40 Graus (1955), un grupo de jóvenes reunidos en Río de Janeiro demostró que aquel sueño podía hacerse realidad. A partir de experiencias como los documentales Arraial do Cabo (1959), de Paulo Cesar Saraceni y Mario Carneiro, Aruanda (1960), de Linduarte Noronha (1960) y Couro de Gato (1961), de Joaquim Pedro de Andrade, se abrió un nuevo camino para la cinematografía brasileña. Con “una cámara en mano y una idea en cabeza”, lema creado por Saraceni y difundido por Glauber Rocha, crearon uno de los movimientos cinematográficos más importantes de América Latina: el Cinema Novo. Vidas secas (1963) de Nelson Pereira dos Santos , Os fuzis (1964) de Ruy Guerra, Garota de Ipanema (1967) de Leon Hirzshman, Macunaíma (1969) de Joaquim Pedro de Andrade, Deus e o Diabo na Terra do Sol (1964) y O Dragão da Maldade contra o Santo Guerreiro (1968) de Glauber Rocha, son ya clásicos del cine brasileño.
Los cinemanovistas –como eran conocidos sus miembros– solían trabajar en equipo: en una película uno era el director, otro era el montajista; en la película siguiente cambiaban los roles. De esta manera, vivían como una gran familia, o como bien dijo David Neves en 1966, “el Cinema Novo [era] también una fraternidad”. Fue en ese ambiente de colaboración creativa que las respectivas familias de los cinemanovistas se fueron constituyendo. Hijos creciendo y jugando juntos, embriagados por la magia del cine y por la amistad que unía a sus padres. Muchos de esta generación terminarían también siendo cineastas, formando una nueva camada de artistas que supo a la vez encontrar un camino personal y crear su propio estilo, que hoy podemos llamar Cinema Novíssimo.
-Lilia Lustosa, curadora invitada del evento.
Visita
de Rita Azevedo Gomes
Abril 2017
Rita Azevedo Gomes, gran cineasta portuguesa, brindó una charla para los participantes del programa sobre su más reciente film, Correspondências (2016), luego de una proyección especial en el Aula de Cine de la Universidad. Inspirada en las cartas que intercambiaron los poetas Sophia de Mello Breyner Andresen y Jorge de Sena entre 1957 y 1978, la película construye diferentes puestas en escena posibles para el texto, intercalando diversos tipos de registros y estéticas. En colaboración con el BAFICI.
Visita de Nele Wohlatz
Mayo 2017
Nele Wohlatz, joven cineasta alemana residente en Buenos Aires, presentó en carácter de pre-estreno su película El futuro perfecto (2017) y conversó acerca del proceso de realización, de los límites entre documental y ficción, y de una de las principales temáticas que aborda: la problemática del idioma y su relación con la construcción de la identidad.
Workshop de Ant Hampton
Octubre 2017
Ant Hampton, director de teatro y artista multifácetico británico, presentó en forma parcial para los participantes su obra interactiva The Thing - An Automatic Workshop in Everyday Disruption. La obra completa se presentó en el marco del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. The Thing es una forma automatizada e híbrida entre performance, taller y viaje, que invita a sus participantes a explorar el solapamiento entre cosas importantes para el mundo y algo que cada uno de nosotros podría activar en cualquier momento. Invitado por el FIBA, con apoyo del British Council.