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El Economista
11/07/24

Mileísmo vs. Antimileísmo: cómo pensar el centro en un contexto de polarización

Juan Negri, director de las Licenciaturas en Ciencia Política y Gobierno y en Estudios Internacionales, describió las características de la posición de centro en la política argentina actual.

Por Agustina Rocío Fernández


El presidente Javier Milei


Desde el pasado 10 de diciembre, comenzó un proceso de cambio en el escenario político. En esta nueva etapa, el eje de discusión es el presidente Javier Milei, su plan económico, su guerra cultural y sus formas de expresar las ideas libertarias. 

La política, que se ordenaba entre kirchnerismo y antikirchnerismo, ahora se ordena bajo la lógica Milei-antiMilei. Ese cambio sirve como punto de partida para definir la estrategia política de la oposición en un escenario híperpolarizado.

Y en ese marco surge la figura del gobernador Axel Kicillof, quien representa el arquetipo de todas las cosas que son lo contrario al gobierno libertario: Estado presente, keynesianismo y kirchnerismo. El mandatario provincial ya comenzó a construir su camino de expansión hacia un liderazgo de carácter nacional con el rechazo al Pacto de Mayo y el empleo de categorías discursivas que trascienden las fronteras de la provincia de Buenos Aires. 

La oposición llamada dialoguista defendió algunas banderas que funcionaron como puntos de encuentro desde los cuales confrontar con el Presidente. Así sucedió con el presupuesto universitario y la movilidad jubilatoria. La primera marcó un límite y una exigencia al Gobierno; la segunda, podría representar un alto costo político para Milei en el caso de avanzar con el veto si finalmente se sanciona la ley. También la ausencia en la Cumbre de jefes de Estado del Mercosur provocó el rechazo generalizado de la oposición. 

En ese marco de polarización, surge la pregunta: ¿Hay lugar para una posición de centro? 

En torno a ese interrogante se dio el quiebre del PRO. Sucede que un sector del partido, encabezado por su fundador, Mauricio Macri, entiende que es necesario un proceso de renovación, manteniendo la identidad del espacio para así lograr conservar la etiqueta de oposición. En tanto, otros, tal como la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, entienden que es necesaria la fusión con La Libertad Avanza bajo la consigna "cambio o nada". 

El problema de fondo son las dificultades que implica la construcción de una oposición de centro, dotada de identidad propia, en el escenario actual. 


¿Hay polarización?

"No creo que Milei esté invitando a la polarización a ningún espacio político", definió el politólogo y director de PulsAR, Augusto Reina. "Al contrario, lo que hace es distribuir polarizaciones con diferentes grupos políticos como para no darle identidad a ninguno en particular", señaló. 

El analista sostuvo que la oposición del Presidente es "la casta como un  conjunto etéreo de personajes que representan la decadencia argentina". Y explicó que se trata de "un significante que lo va llenando con las personas que considera que son parte de esa casta". Por eso, el contraste, según Reina, es "Milei versus política". 

Por otro lado, Juan Negri, director de la carrera de Ciencia Política en la Universidad Di Tella, aseguró que el libertario "definitivamente está jugando a una estrategia de polarización en la cual la alternativa de centro se vería disminuida". 

En esa línea, señaló que si Milei tiene una gestión exitosa, entonces la estrategia para el 2025 va a ser "mileísmo versus antimileísmo", dejando así "descolocados a los radicales, socialdemócratas y al PRO más republicano". 

Por eso, argumentó que "la figura de Milei invita a la polarización, y es evidente que es lo que él está jugando: desde el discurso siempre va hacia los extremos".


¿Hay lugar para el centro?

El politólogo Andrés Malamud explicó que "el electorado no vota etiquetas ideológicas, sino identidades (por ejemplo, peronismo) y desempeños (buena o mala gestión)". Y en esa línea sentenció: "El centro no tiene identidad, salvo que ambos extremos fracasen". 

"Los moderados tendrán que optar, por un lado, del espectro identitario y desde ahí conquistar el centro, nunca al revés", agregó. 

A su turno, Reina señaló que "hoy el centro político no existe ni como un espacio de ideas en la opinión pública ni como una oferta de la política. El centro necesita ser construido". 

Y subrayó que "no hay elementos suficientes para confiar en su viabilidad". "La falta de ejemplos concretos o figuras políticas que representen esta unión de centro o de centro que vaya a la izquierda hace difícil evaluar su potencial", explicó. 

Además, destacó que en los estudios realizados por Observatorio Pulsar se identifica una "transición hacia un nuevo sistema de creencias que todavía no termina de constituir nuevas identidades políticas". Esto significa que puede haber un asentamiento de un nuevo sistema de creencias en un proceso de polarización; o bien, una transición hacia un sistema pulverizado, donde las identidades políticas representan poco en términos de caudal electoral. 

"Yo no veo, en la mayoría de los estudios que estamos haciendo sobre creencias sociales y políticas, que haya una tendencia de la sociedad hacia el centro del espacio ideológico", definió Reina. 


¿Posiciones colectivas?

Negri construyó el perfil del votante de centro en la actualidad. Se trata del "votante antiperonista, que podría estar a favor de medidas económicas liberalizadoras, pero que no le gustan los ribetes más autoritarios de Milei".

"Eso, en algún momento, estuvo razonablemente representado en Cambiemos, pero con Milei se sienten mucho más incómodos", señaló. 

En esa línea, planteó que el centro político "podría consolidarse y formar su propia identidad con la implosión de Juntos por el Cambio, de los sectores radicales, los larretistas de la Coalición Cívica, y algunos peronistas; y formar un bloque conjunto con un programa claro". Pero señaló que "en el contexto de desmoronamiento de los partidos, estamos lejos de ese escenario".

El analista destacó el caso de Martín Lousteau. El presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical se ubicó entre los "anti-mileístas", mientras que el resto del partido marca mayor cercanía al Presidente. "No hay una estrategia, sino que el radicalismo prefiere votar algunas reformas con Milei para no votar con el kirchnerismo, mientras que Lousteau hace su propio juego" pensando en la conveniencia hacia 2025. 

"Para que el centro mantenga su identidad, tendría que haber una construcción colectiva de un programa común entre todos los sectores, un liderazgo más claro y un posicionamiento más firme frente a Milei", definió Negri. "Pero eso es difícil de pensar en el contexto de desmoronamiento de los partidos, desestructuración y desinstitucionalización", concluyó.

El gran desafío que tiene por delante el centro es la definición por la positiva. La "ancha avenida del medio" busca captar a los electores que no se identifican con ninguno de los polos, afirmando que no es parte de uno ni del otro. Sin embargo, para lograr una construcción sólida del espacio, es necesaria la definición de una agenda, propuesta propia, para que así el centro se vuelva algo más que una manera de escapar a la polarización.