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La Nación
13/08/24

Pablo Gerchunoff, nuevo académico de la Historia: “Comprender el pasado sin compartimentos”

Pablo Gerchunoff, profesor de las Licenciaturas en Economía, en Historia y en Ciencias Sociales, fue incorporado a la Academia Nacional de la Historia.

Por Cecilia Martínez


Fernando Devoto entrega el collar y el diploma a Pablo Gerchunoff en el acto de incorporación a la Academia Nacional de Historia. Nicolás Suarez


Con una disertación sobre la caída de Yrigoyen, el reconocido historiador económico Pablo Gerchunoff fue incorporado oficialmente este martes a la Academia Nacional de la Historia. La ceremonia celebrada en el antiguo recinto del Congreso Nacional estuvo marcada por el reconocimiento al vasto aporte del académico a la historiografía argentina.



Pablo Gerchunoff ya es académico de la Historia. Nicolás Suarez

El acto comenzó con las palabras de apertura del presidente de la Academia, Fernando Devoto, quien destacó la trayectoria y el compromiso intelectual de Gerchunoff con el estudio de la historia del país. “Él se ha acercado al pasado de muchas maneras, no ajeno a otros oficios como el ensayo o el periodismo, preocupado por develar el gran enigma argentino”, destacó. Posteriormente, entregó al nuevo miembro el tradicional collar y el diploma que simbolizan su ingreso oficial a la institución, un momento que fue celebrado con aplausos.

“El ingreso a la Academia representa para mí un mimo muy agradable”, expresó el historiador en diálogo con LA NACION.

Durante el acto, el académico Hernán Otero dio lectura al discurso de recepción del nuevo integrante, un texto escrito por el también académico Eduardo J. Míguez. El escrito elogió la capacidad de Gerchunoff para entrelazar la economía y la historia en sus análisis y resaltó la influencia de sus investigaciones en la comprensión de los procesos económicos y políticos de la Argentina.

“Pablo no requiere presentación; es uno de los historiadores más reconocidos de nuestro país y, desde mi punto vista, de los más originales”, destacó el discurso de Míguez, que también reivindicó “el enorme impacto de su obra, su variada formación (que dista de recorrer las sendas tradicionales), su vocación por el diálogo y el intercambio de ideas, el arte de su escritura y su presentación poco convencional de las ideas” junto a su interés por “comprender el pasado sin encerrarlo en compartimentos”.

La jornada culminó con la disertación de un “conmovido” Gerchunoff en torno a la figura del dos veces presidente de la Nación, titulada King Lear: el Yrigoyenismo y la caída de Yrigoyen. En su exposición, el historiador presentó un análisis cargado de reflexiones profundas, hizo una analogía entre la tragedia shakespeariana y los acontecimientos políticos que llevaron a la caída de la gran figura del radicalismo, e invitó a renovadas reflexiones sobre la figura de Yrigoyen y su legado en la historia argentina.

Al comienzo de su intervención, el historiador expuso: “Las preguntas que quiero formularme aquí son las siguientes: ¿puede explicarse el 6 de septiembre de 1930 sin poner un foco sobre el desgaste y la descomposición del yrigoyenismo como ingrediente necesario si se quiere explicar la conspiración triunfante?; ¿no fue esta descomposición el resultado de una larga crisis de ese personalismo de raíz popular y democrática nacido en 1903 bajo el liderazgo de Yrigoyen? Y me hago estas dos preguntas porque la mayor parte de la historiografía se ha concentrado casi exclusivamente en la otra cara de la moneda, en la génesis de la idea revolucionaria, en sus conflictos políticos e ideológicos y en su insólito triunfo final. Para llegar al 6 de septiembre “por el otro camino”, el del desgaste y el derrumbe del yrigoyenismo, voy a partir de su contracara: el impresionante triunfo del caudillo radical el primero de  abril de 1928, un triunfo que representó la primera encarnación de la democracia de masas en Argentina, y digo democracia de masas por el gran salto en la movilización electoral masculina, con el aumento en los empadronados, pero mucho más importante en la participación electoral, que superó el 80%. Parecía una aurora y no un crepúsculo. Y esa movilización se entendía, entre otras cosas, por el recuerdo de la notable bonanza experimentada por las clases populares entre el final de la semana trágica y el final del gobierno de Yrigoyen, una bonanza que se mantuvo y hasta se consolidó en tiempos de Alvear, ensanchando, quizás a pesar del propio Alvear, la ruta de regreso del jefe al poder. ¿Qué ocurrió en 29 meses para que el aluvión cívico terminara evaporándose?”.

Más tarde, el nuevo miembro de la Academia precisó: “Para explicar el 6 de septiembre hay que combinar el levantamiento militar con otros dos factores: uno proviene de las sorpresas que da la historia, esto es, de lo contingente; el otro factor es la fractura de la red de lealtades internas del radicalismo”.



Gerchunoff disertó sobre el Yrigoyenismo y la caída de Yrigoyen. Nicolás Suarez

Gerchunoff cursó la carrera de Economía en la Universidad de Buenos Aires, fue investigador principal del CONICET y es profesor honorario de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y emérito de la Universidad Torcuato Di Tella. Fue asesor en los equipos económicos durante los gobiernos de Rául Alfonsín y Fernando de la Rúa y es autor de varios libros. El investigador también recibió la beca Guggenheim y fue consultor de organismos internacionales como el Banco Mundial, la SIGEP, el Ministerio de Hacienda de Brasil, la OIT y la CEPAL. Su área de especialización e investigación es la historia de la política económica, la cuestión del desarrollo y las crisis económicas en perspectiva histórica, y actualmente, la historia política.