En los medios

La Nación
17/01/25

Cambio climático, un desafío colosal

La directora de las Licenciaturas en Economía Empresarial y Administración de Empresas analizó los desafíos que presenta el cambio climático.

Por Elisa Belfiori
En 2024, el mundo vivió un verano boreal sin precedente, el más caluroso registrado hasta la fecha. Mientras las temperaturas globales alcanzan niveles alarmantes, los efectos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes. El año que acaba de finalizar vio cómo la Antártida comenzó un proceso de deshielo en pleno julio, un mes de invierno, cuando el hielo debería expandirse. Este acontecimiento no solo es un claro indicio de los profundos cambios que está atravesando nuestro planeta, sino también una señal inquietante de lo que está por venir.

El fenómeno del cambio climático marcará probablemente a nuestra generación de una forma única. Tal vez, en algunos años, ante el pedido de "abuela, ¿me contás una historia?", mi generación será la que les cuente a nuestros nietos que la Tierra tenía dos casquetes de hielo en los polos, y no solo uno, como verán ellos. Esas tal vez sean nuestros "cuentos de la abuela, versión siglo XXI". Es difícil no detenerse a pensar en el futuro que estamos dejando a las próximas generaciones y, por qué no, a nosotros mismos. Con una expectativa de vida que nos hace ver ese futuro cada vez más cercano, el impacto irreversible del cambio climático es también, irremediablemente, nuestro futuro.

Mi camino hacia la comprensión del cambio climático comenzó hace más de diez años, cuando investigaba la economía del cambio climático para mi tesis doctoral en la Universidad de Minnesota. Desde entonces, la temperatura de la Tierra ha aumentado 0,5°C. Aunque este incremento pueda parecer me- nor, el Acuerdo de París establece que la temperatura global no debe aumentar más de 2°C respecto de los niveles preindustriales. En este contexto, cada décima de grado cuenta, y el aumento ya registrado nos acerca peligrosamente al umbral que posiblemente sea mejor no desafiar. En el pasado, la Tierra experimentó fluctuaciones superiores a los 2°C, pero en aquellos tiempos no existía la humanidad. Nos enfrentamos a un momento crítico en la historia del planeta, y aunque me alejo de las visiones apocalípticas, es el momento en que, como sociedad, debemos tomar decisiones firmes para mitigar los efectos del cambio climático.

Con visión de economista, la clave para una solución efectiva al cambio climático radica en corregir los incentivos. Mientras las emisiones de carbono no tengan un precio de mercado, la reducción de emisiones seguirá siendo una acción voluntaria. Y parafraseando a Victor Hugo, a nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad. Hay, es verdad, algunas señales alentadoras. Muchas empresas están comenzando a priori- zar la sostenibilidad, estableciendo departamentos dedicados a la gestión ambiental, y las universidades están formando nuevos profesionales con una visión clara sobre los desafíos climáticos.

El cambio climático no solo es un desafío, sino también una oportu- nidad para innovar. La clave está en transformar esto en una oportunidad de crecimiento sostenible. Ese crecimiento que estamos buscando desde que llegaron nuestros abuelos en barco buscando prosperidad. Resolver el cambio climático debe ser una prioridad, y solo si lo abordamos con visión estratégicay de negocio será posible una transición efectiva hacia ese futuro próspero que tanto anhelamos.

La política sigue siendo uno de los principales obstáculos en la lucha contra el cambio climático. En 2024, un hecho particularmente llamativo fue la retirada de la delegación argentina de la COP29, una decisión errónea que podría costarle cara al país. La Argentina no puede permitirse alejarse de la mesa de negociación climática, especialmente en un momento en el que está buscando reintegrarse a los mercados internacionales. La falta de acción política solo sirve para levantar la bandera roja de que la Argentina está dispuesta a renegar de los acuerdos internacionales. Esta postura no solo nos aísla, sino que pone en riesgo el arduo trabajo hacia la integración y apertura económica que con tanto esfuerzo y acierto se está promoviendo.

El cambio climático es un desafío monumental, pero también una oportunidad única para reimaginar un futuro más sostenible. Ojalá que la historia nos recuerde como la generación que supo convertir este reto en una oportunidad para el país.