La Inteligencia Artificial Generativa (IAgen) es una rama de la IA perteneciente a los denominados modelos de lenguaje de gran escala, LLMs (por sus siglas en inglés). Su notable adopción se ha expandido gracias al uso generalizado de los agentes conversacionales, como ChatGPT (OpenAI), Gemini (Google), Copilot (Microsoft) y Grok (X), entre otros.

Su funcionamiento se basa en el entrenamiento sobre datos masivos, billones de palabras, variadas fuentes de búsqueda y su capacidad les permite generar conocimiento propio, interpretando texto, voz, imágenes y música; e incluso se podría llegar a escribir las instrucciones para el desarrollo de un programa informático.

Lo que distingue esta capacidad tecnológica avanzada es su comportamiento autónomo, ya que no requiere de la intervención humana en el proceso de creación. No se trata solamente de una palabra o un texto de inadecuada sintaxis, sino incluso de la generación de una obra literaria, una composición musical, un guion fílmico, un artículo periodístico, un documento académico y una investigación científica.

En consecuencia, una obra nueva y original creada por la Inteligencia Artificial podría ser el producto de una copia generada a partir de datos preexistentes, vulnerando así su autoría y propiedad.

Frente a este fenómeno, en el año 2023 se manifestaron el sindicato de guionistas de cine en Hollywood, en Estados Unidos, y también en Canadá. Recientemente, el ex Beatle Paul McCartney cuestionó los potenciales cambios en Gran Bretaña referidos a las leyes de derecho de autor. También los músicos Stevie Wonder, Katy Perry, Luis Fonsi y Juanes se habían expresado con anterioridad contra el uso de la Inteligencia Artificial en el ecosistema musical.

En esta línea de análisis, cabe preguntarse: ¿se podría llegar a fraguar un examen, una investigación científica o los contenidos didácticos en educación? ¿Cuáles son los retos de estas innovaciones en el aula?

En la centralidad del debate, se encuentran los modelos de evaluación de los aprendizajes. En las instituciones educativas, cada organismo establece su reglamentación sobre las producciones académicas, el uso de las fuentes de búsqueda, las citas bibliográficas en las investigaciones y las pautas de desarrollo de las evaluaciones escritas.

Ahora bien, desde el año 2023, frente a la vertiginosa adopción de ChatGPT, se han desarrollado guías de apoyo para los docentes a fin de estandarizar el "modus operandi" y el uso adecuado de esta herramienta. El objetivo es prevenir y/o obstaculizar la reproducción ilegítima de contenidos y, además, diversificar los métodos de evaluación.

¿Puede la Inteligencia Artificial (IA) generar antídotos contra el plagio en los textos educativos?

Existen diferentes soluciones gratuitas basadas en Inteligencia Artificial que permiten detectar si el origen de los textos proviene de una persona humana o es generado por IA. Entre ellas, destacamos Turnitin (con más de 3,000 usuarios de las Universidades de PennState, MIT, UCLA y Johns Hopkins en Estados Unidos) y las plataformas Quillbot y Plagiarism Detector.

Lo que se distingue en estas herramientas es no solo la descripción de la cuantía del plagio observable en el texto, sino también la posibilidad de humanizar un texto por medio de la Inteligencia Artificial.

Ahora bien, estas herramientas tecnológicas son solo un complemento para la detección en la reproducción ilegítima de los textos, pero el eje del debate es la innovación en los modelos de evaluación de los aprendizajes.

En las teorías de la evaluación didáctica avaladas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se enfatiza que la evaluación debe ser también formativa. Esto se refiere a aquellas actividades llevadas a cabo por docentes y/o estudiantes en el trayecto educativo, las cuales proveen información para ser usada como retroalimentación para modificar las formas de la enseñanza y del aprendizaje.

No se trata de simplificar el debate de la IA y analizar si es aliada o enemiga de la educación, sino de co-crear sistemas centrados en la Agencia Humana de los procesos. Recientemente, en el Día Internacional de la Educación, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) ha efectuado un llamado a los países miembros a proteger la acción humana en un creciente mundo de automatización.

El debate sigue abierto y el desafío está planteado.