En los medios
Un incentivo a la competencia
Según el profesor de la Escuela de Derecho de la Di Tella, "el proyecto oficial para reformar la ley de Defensa de Competencia representa un paso importante para transparentar los mercados"
El proyecto para reformar la ley de Defensa de la Competencia que está siendo analizado en el Congreso ("LDC") tiene muchos puntos positivos. No sólo no parece empeorar la situación actual, sino que la mejora considerablemente en una serie de aspectos no menores.
Primero, crea un tribunal que -al menos- tendrá una independencia del poder político mucho mayor a la que tiene la Comisión actual, que depende de la Secretaría de Comercio. Esto protege tanto a los consumidores como a las empresas. Los protege de que las decisiones que deben ser tomadas en base a criterios técnicos se vean influenciadas por razones políticas. Dicho de otro modo, los protege de decisiones arbitrarias que los pueden afectar, a pesar de que hay quienes equivocadamente sostienen lo contrario con el argumento de que crea más burocracia. Esto es como decir que no debe existir un poder judicial independiente porque implica mayor burocracia; no resiste ningún análisis.
Segundo, el proyecto no tiene cambios en los tipos de conductas que se sancionan. Tampoco en los criterios para evaluar cuándo una empresa tiene poder de mercado. En este punto no sólo está en línea con las leyes similares de otros países, sino que no introduce modificaciones substanciales a la ley que hoy está vigente. A diferencia de lo que muchos sostienen, el proyecto no introduce herramientas para controlar los precios.
El autor es socio del estudio Beccar Varela y profesor de Defensa de la Competencia y Propiedad Intelectual en la Universidad Torcuato Di Tella