Cuando comenzó la cuarentena, el desafío fue pensar cómo se iba a enfrentar, de qué manera podríamos sobrevivir a ese confinamiento y qué herramientas nos podrían ayudar a pasar de la mejor manera posible los días de encierro.

Un tiempo después, la pregunta que todos comenzamos a hacernos fue cómo sería la vida en la post cuarentena, o sea, cómo iba a ser esa vuelta a los días que habíamos tenido antes de encerrarnos en casa para evitar la propagación del virus.

En este momento, hay un consenso generalizado en que no será una cosa ni la otra, sino algo intermedio que se dio en llamar "nueva normalidad", o sea, la posibilidad de volver a los trabajos, encuentros con otras personas y demás, pero tomando ciertos recaudos y atentos a algunos protocolos estrictos que ayudarán a no propagar el virus.

Y así como Zoom fue el gran emergente de la cuarentena, y antes de eso no eran demasiados los que conocían esta herramienta (podríamos decir lo mismo de algunas empresas de delivery y marcas de alcohol en gel, por caso), actualmente hay una feroz competencia entre emprendedores y startups por poder ocupar un espacio de valor en esa nueva normalidad. Ser los pilares de esa nueva vida.

Zoom es uno de los símbolos tecnológicos de la pandemia.

En este nuevo mundo se han repartido nuevamente las cartas y todos parten de la misma línea de largada. Los ganadores de la vida anterior tienen que volver a empezar, y los que corrían de atrás ven una nueva chance.

Eso sí, resulta esencial entender qué separa una buena idea de un emprendimiento real y sostenible. Y para eso se deben tener en cuenta algunas recomendaciones. Porque así como son infinitas las buenas ideas, los emprendimientos exitosos son escasos.

Aquí es cuando el trabajo de la construcción de un producto se vuelve necesario. Una idea es una idea, mientras que un producto es la traducción posible de esa idea al mercado que actualmente existe y estaría dispuesto a brindar su dinero a cambio de tener ese bien.

Requisitos para construir un emprendimiento en la post pandemia

El segundo requerimiento es no creerse el único oasis en el desierto. No existe un solo kiosco en un barrio, ni un solo restaurante, pero no somos tan conscientes de ello a la hora de emprender.

Creemos que no es justo tener competencia, y la verdad es que la existencia de competencia es una gran señal, una confirmación de que la idea original tiene sentido y potencial mercado.

El tercer requerimiento es estar listos para cambiar. Muchas veces sucede que la idea primigenia cumple con los requisitos previamente mencionados, pero por alguna razón no cuenta con tracción comercial. Siempre es mejor un final digno que un letargo extenso.

Lo cierto es que ya existen cientos de ejemplos de emprendimientos que están dando nuevas señales y soluciones: desde plataformas para take away hasta barbijos que anuncian la existencia o no del virus, pasando por amoblamientos específicos para respetar la distancia social y eventos a distancia para divertirse y aprender a pesar de la cuarentena.

Pero de acuerdo al consenso actual, esa nueva normalidad que se convertirá en nuestra vida, por lo menos durante un tiempo, va a requerir de soluciones nuevas y específicas, y ya son miles los que están apuntando a esa etapa como una meca, para poder ser el Zoom de la nueva normalidad.

(*) Consultor en innovación y Jefe de Trabajos Prácticos de Desarrollo de Nuevos Negocios en Universidad Torcuato Di Tella.