En los medios
Ernesto Schargrodsky, sobre el Poverty Action Lab: “Hacer estos experimentos en Economía es una gran innovación”
El exrector de la UTDT y profesor investigador de la Escuela de Negocios fue entrevistado por María O’Donnell acerca de los motivos por los que Banerjee, Duflo y Kremer obtuvieron recientemente el Premio Nobel de Economía. Schargrodsky resaltó la metodología aplicada en los experimentos de J-PAL (Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab) sobre políticas públicas para tratar la pobreza, del cual forma parte como investigador afiliado. Asimismo, comentó sobre una investigación realizada en el país, en la localidad de San Francisco Solano, utilizando esta metodología.
Abhijit Banerjee, economista indio nacido en Calcuta; Esther Duflo, francesa y Michael Kremer, estadounidense, fueron reconocidos por la Academia Nacional Sueca con el Premio Nobel de Economía por haber sentado las bases para mejorar las políticas destinadas a ayudar a los más pobres.
Ernesto Schargrodsky, profesor investigador de la Escuela de Negocios de la Universidad Di Tella, fue consultado por María O’Donnell acerca de la trayectoria de Banerjee, Duflo y Kremer, y lo que significa que un galardón de esta categoría sea otorgado a investigadores que se dedican a esta área de investigación. En este sentido, Schargrodsky resaltó la metodología aplicada en las investigaciones de estos economistas a través de su trabajo en el laboratorio de experimentos sobre políticas públicas para tratar la pobreza, conocido como el Poverty Action Lab.
Al respecto, explicó: "Estos economistas comenzaron el Poverty Action Lab, y luego se conformó alrededor una red de investigadores en todo el mundo afiliados a ese laboratorio, incluyendo un grupo de economistas latinoamericanos al que pertenezco como investigador afiliado”, precisó.
Según apuntó Schargrodsky, lo que tiene de particular -y que motivó- este Premio Nobel a Banerjee, Duflo y Kremer, es que “los ganadores tratan de investigar la causalidad en una ciencia social como la economía. Es decir, tratan de establecer relaciones de causalidad, de entender qué causa qué. En otras disciplinas, como la medicina, esto está mucho más avanzado, a pesar de que hay cosas que aún no se saben (…) Pero en economía hacer estos experimentos es una gran innovación”, señaló el profesor de la UTDT.
“La gran innovación es comenzar a hacer estos experimentos en economía, lo cual sólo se puede hacer en microeconomía. En macroeconomía nosotros podríamos estar años discutiendo qué hubiera pasado si la Argentina, por ejemplo, en diciembre de 2015 tomaba otras políticas, y vos podés pensar que le hubiera ido mejor o peor”, ejemplificó.
En estos experimentos, uno toma 2000 familias, 1000 empresas, o 20.000 estudiantes y hacés estos experimentos, que son pequeñas intervenciones, y en la misma forma que un medicamento, no sólo aprendés si funciona o si no funciona, a veces funciona pero no era la dosis correcta, o funciona y tiene un efecto colateral –como en medicina-, y además las vas mejorando”, sostuvo Schargrodsky en relación a la forma de trabajar de estos economistas en políticas públicas para temas vinculados a pobreza.
Asimismo, Schargrodsky fue consultado sobre un experimento realizado en el país, en la localidad de San Francisco Solano, partido de Quilmes, en el marco del laboratorio. En este sentido, se refirió a la metodología aplicada y los resultados arrojados por dicha investigación: “En ese caso hubo una ocupación de tierras en 1981, cuando 1.800 familias ocuparon un pedazo muy grande de tierra creyendo que eran tierras fiscales. Sin embargo, resultó que en realidad eran tierras privadas y, tras resistir varios intentos de desalojo, se mantuvieron en el lugar. Después en democracia, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires pasó una ley de expropiación por la cual el gobierno le compraba las tierras a sus antiguos dueños para entregárselas, vendérselas en forma subsidiada a los ocupantes. Algunos de los viejos dueños aceptaron la expropiación y otros fueron a juicio. Eso generó una suerte de sorteo por el que algunas familias terminaron obteniendo los títulos de propiedad sobre la tierra, y otras que no”, explicó Schargrodsky.
“Estas familias eran muy comparables –subrayó-, eran familias muy parecidas: llegaron el mismo día, tenían el mismo nivel educativo, la misma motivación y nivel de ingreso. Después resultó que aproximadamente un 60% consiguieron los títulos de propiedad y el resto no”, aclaró.
A partir de esto, por una situación que se generó fortuitamente, los economistas buscaron investigar el impacto de tener o no el título de propiedad sobre las familias. Consultado sobre los resultados encontrados, Schargrodsky respondió: “Lo primero que encontramos es mejor calidad de las casas, algo bastante natural, porque si tenés el título de propiedad hacés un mayor esfuerzo en mejorar tu casa porque nadie te la va a sacar”.
Asimismo, agregó: “También encontramos otras cosas menos obvias. Una es familias más pequeñas, menor presencia de familiares extendidos, más lejanos, y también menor fertilidad. O sea que son familias más chicas. Además, hay mejores condiciones de salud de los chicos, lo cual una parte sea probablemente porque son familias más chicas, y por otra parte porque en una casa mejor el baño está adentro, hay agua caliente, hay mejor ventilación, el piso no es de tierra”.
En resumen, el acceso a la propiedad mejoró otras variables muy importantes respecto de las condiciones de pobreza de estas familias. “Una de las más importantes es que, este conjunto de cosas -familias más pequeñas, mejor salud y menos embarazos adolescentes-, a su vez redundó en mejor educación de los hijos de las familias que recibieron los títulos de propiedad, con mayor terminalidad del secundario, e incluso con inicio de estudios universitarios y terciarios”, concluyó Schargrodsky.
Entrevista completa: