Cae un mito: un estudio revela que la “colimba” no previene el delito
Tres economistas de la Universidad de San Andrés y de la Di Tella aseguran que los ex conscriptos son más proclives a la delincuencia.
“Lo que se obtiene con violencia, sólo se mantiene con más violencia”, dijo alguna vez Mahatma Ghandi.
En estos últimos tiempos, la ola de inseguridad desató las más variadas exigencias de famosos y políticos pidiendo leyes más severas y el retorno del servicio militar obligatorio como un freno a la delincuencia.
No obstante, el estudio económico Conscripción y crimen demostró que por esas vías el delito no desciende. Todo lo contrario. Lo eleva. Los economistas Martín Rossi y Sebastián Galiani, de la Universidad de San Andrés, y Ernesto Schargrodsky de la Torcuato Di Tella, analizaron una muestra con miles de casos de varones que realizaron la “colimba” entre las clases 1929 a 1975.
Para los que no pisaron el cuartel, el porcentaje de los que terminaron con algún tipo de prontuario fue del 6%. Para los que sí hicieron el servicio militar, en cambio, la tasa sube a 6,27%. Y el cambio de 21 a 18 años también elevó la tendencia. Sin duda, datos que echan por tierra la idea de que el Ejército es la salida.
“El estudio abarcó los casos desde 1901 hasta 1995, año que finalizó el servicio. Y, en el proceso, encontramos que el impacto sobre el delito fue mayor desde que el servicio militar se modificó a los 18 años –esto es, desde la clase ’58 en adelante–. En cambio, el impacto era menor cuando se hacía a los 21. El resultado muestra que esos individuos son más proclives a cometer algún delito.”, explica Martín Rossi a PERFIL.
El economista asegura que los hombres que cumplieron con el servicio militar están en desventaja frente a los que no tuvieron entrenamiento, “tanto en el mercado laboral como en la probabilidad de entrar al delito”.
Móviles criminales. El estudio, a su vez, muestra que el mecanismo no aumenta en todos los crímenes por igual. Más bien se incrementan los casos de delitos contra la propiedad y los cometidos con armas de fuego.
“Creemos que los parámetros provienen del mercado laboral de esas personas. A propósito, descubrimos que los que habían pasado por el SMO hoy perciben salarios más bajos, tienen mayor probabilidad de estar en negro y desempleados. Y en las clases que pasaron por la Marina, registraron una tasa más alta del delito, posiblemente por perder un año más que el resto.”, detalla Rossi.
Con distinto tratamiento, los especialistas concluyeron que las clases ’62 y ’63 que fueron a Malvinas –aunque predominaron los de la primera– tuvieron una incidencia mayor a cometer delitos, con un aumento de 4% más que el obtenido en otros casos. No se conoce si el tratamiento que recibieron los ex combatientes por parte del Estado agravó esa tendencia.
“Los resultados son claros. Quienes hicieron el servicio militar tienen más probabilidad de cometer delitos. En parte, el resultado se desprende por la falta de reinserción laboral”, finaliza Rossi.