Di Tella en los medios
Puntal
17/12/23

María Virginia Romero, impulsora del ecosistema de triple impacto en Argentina

Por Melani Hessel

María Virginia Romero, graduada del Máster en Finanzas UTDT, fue entrevistada sobre su trayectoria laboral y sobre EKHOS, una organización co-fundada por ella que impulsa el desarrollo de ecosistemas de impacto en el país.

Virginia en la Escuela de Emprendedores sociales de NuevaDelhi

Virginia en la Escuela de Emprendedores sociales de Nueva Delhi, recibiendo un reconocimiento


María Virginia Romero es riocuartense. Es emprendedora de organizaciones que promueven el desarrollo de ecosistemas, redes y comunidades de impacto social y ambiental positivo.

En esta línea co-fundó EKHOS, una organización que impulsa el desarrollo de ecosistemas de impacto en Argentina y que está dando sus pasos en el resto de Latinoamérica.

La riocuartense co-fundó y es directora académica de El Núcleo, una consultora y centro de estudios en nuevas economías desde donde asesoran a gobiernos y diseñan y dictan programas ejecutivos para profesionales y personas empresarias que buscan involucrarse con el sector de la sustentabilidad y nuevas economías.

Además es co-fundadora de la Mesa de Impacto de Río Cuarto, una iniciativa privada que trabaja para impulsar el desarrollo del ecosistema de impacto de la ciudad.

Romero estudió contador público en la Universidad Nacional de Río Cuarto, máster en Finanzas Corporativas en la Universidad Torcuato Di Tella de Argentina y Finanzas Sostenibles en el Institute for Social Banking en Suiza.

Hoy es asesora técnica del equipo ESG y sostenibilidad de la calificadora de riesgos FIX SCR (afiliada a Fitch Ratings) y consultora de proyectos públicos y privados de impacto positivo.

Se entrenó sobre modelos de negocio de empresas sociales en el Yunus Centre de Bangladesh y sobre ecosistemas de impacto en India.

Tras su gran extensivo recorrido profesional, la riocuartense remarcó que su camino comenzó con una búsqueda más relacionada al desarrollo espiritual que al desarrollo de los negocios.

¿Cómo inició en el mundo de las empresas sociales?

“Me resulta placentero volver a recordar cómo me involucré con este mundo de las empresas sociales. A mis 34 años vivía en Buenos Aires, una ciudad que me fascina, había terminado mi máster en Finanzas y lideraba el área de administración y finanzas de una empresa.

En apariencias todo estaba muy bien, aunque en el fondo, allá en ese espacio donde la dimensión del hacer profesional se encontraba a dialogar con mi dimensión espiritual, había tensión. Cuando proyectaba mi carrera profesional basándose en desarrollar lo que estaba haciendo en aquel momento no encontraba un horizonte que me inspire, que me apasione. No encontraba sentido”, contó.

Así fue como Romero se inició en la búsqueda de su hacer profesional cotidiano, quien lo describe como un proceso desafiante.

“Fantaseaba con encontrar una actividad profesional en la que pudiera conjugar mis conocimientos en gestionar negocios y, al mismo tiempo, me diera la oportunidad de entregar bondad al mundo”, destacó la co-fundadora de EKHOS, quien señaló que esta búsqueda de coherencia entre su ser y hacer le tomó tres años hasta encontrar las primeras puntas del ovillo.

En el 2014, ya independizada, brindó consultorías a pymes e instituciones gubernamentales y durante una reunión de trabajo, un nuevo término surgió en la conversación, “Empresa Social” y que el premio nobel de la paz, Muhammad Yunus, era referente mundial de este tema.

Este concepto, un libro de Yunus y decenas de conferencias suyas en la plataforma de YouTube fueron la ventana por la que se adentró la riocuartense al mundo de las empresas sociales y más tarde al sector de la sustentabilidad y las nuevas economías.

Tras la introducción a estos nuevos términos y lo que abarcaban, Romero siguió explorando y estudiando de manera autodidacta y un año después estaba viajando a Bangladesh para entrenarse aún más sobre empresas sociales, en el Yunus Centre y conocer personalmente a su director, Muhammad Yunus.

A su vez, en este viaje realizó unas estadía de tres meses en India para explorar el ecosistema de impacto de ese país, uno de los más desarrollados del mundo.


Fotografía en su estadía en India en la Empresa Social Pink City Rickshaw en el 2020.


¿Qué entrenamientos recibió en Bangladesh?

“En el Yunus Centre de Bangladesh, principalmente, focalicé mi exploración y estudios en entender cómo funcionaban las empresas sociales.

La empresa social es una empresa que nace con el foco puesto en resolver problemas sociales.

Es un modelo de negocio que genera ganancias comercializando en el mercado un bien o servicio y al mismo tiempo gestiona acciones, estrategias y/o programas con el objeto de generar impacto positivo en la población definida como población objeto de impacto. Son estrategias transversales al negocio, es decir, que son parte del corazón del negocio y tienen la misma importancia que la generación de ganancias y además se miden con indicadores de impacto medibles, realistas y relevantes.

Mi interés principal en mi visita al Yunus Centre radicaba en conocer, de primera mano, empresas sociales y estudiar si ese modelo de negocio funcionaba correctamente, tanto en su generación de ganancias, como en su generación de impacto y cuáles eran los mayores desafíos que tenía el modelo en su gestión, sostenimiento y escalamiento”, señaló.

Luego en viaje por India, ¿qué conocimientos buscó?

“Unos meses antes de viajar a Bangladesh asistí, en Buenos Aires, casi por casualidad (o no), a un encuentro promovido por ASHOKA, una ONG global que apoya a emprendedores sociales de todo el mundo. En ese espacio conocí a Krishna Mishra, un emprendedor social indio, fellow de Ashoka. Acordamos que, en mi estadía en India, yo haría una visita profesional a su empresa. Así que E-KUTIR, una empresa social que empodera y mejora la vida económica de millones de pequeños productores rurales de India y algunos países de Asia, Latinoamérica y África, se convirtió en la primera empresa social india que visité y cuyo modelo evalué. Fue con E-KUTIR que descubrí que este modelo de negocio funciona correctamente dentro de un ecosistema de impacto desarrollado.

En el año 2021, junto con otras organizaciones argentinas, definimos el concepto “Ecosistema de Impacto” como ese espacio común en el que confluyen todas las personas, empresas e instituciones públicas y privadas para comercializar bienes y servicios y desarrollan sus actividades, compartiendo todos una visión común para generar impacto positivo desde el rol que desenvuelven”.

En mención a su viaje a la India, la riocuartense apuntó que fue allí donde identificó que el ecosistema de impacto está conformado por por diferentes sectores tales como consultoría, sector gubernamental, sector financiero, empresarial, académico, comunicación, etc. y que cada sector aporta valor al desarrollo del impacto positivo. Así, el sector financiero trabaja en crear instrumentos que hagan fluir capital desde la economía tradicional a la economía del impacto. El sector empresarial integra estrategias que generan impacto positivo en la sociedad y el planeta. El sector gubernamental genera programas y regulaciones que impulsen a estos modelos de negocio. El sector académico forma a los profesionales sobre temas de impacto y realiza investigaciones. El sector de la comunicación y marketing aporta en informar sobre el ecosistema y en acompañar a estos modelos de negocios en la comunicación de su propósito. El sector consultoría acompaña a las organizaciones en la integración de estrategias y medición del impacto, entre otros, y remarca: “En India pude ver y comprender cómo el rol de todos esos sectores del ecosistema y, fundamentalmente, el soporte que les brindan a las empresas sociales es la clave que facilita sostener la actividad de estos modelos de negocio y, al final del día, fortalecer y escalar el impacto que producen”.

Tras su exitosa experiencia y enriquecimientos conceptuales teóricos y prácticos, Romero co-fundó EKHOS, la misma surge a principios del año 2017 como respuesta a la necesidad de volver pragmático el concepto y la teoría que ya conocíamos sobre ecosistema de impacto.

“Yo rondaba mis 40 años y ya hacía 6 años que buscaba un espacio práctico en donde aportar sentido a mi hacer profesional dentro del mundo de las Ciencias Económicas. Fue en ese momento que, con mi socia, Jessica Oyarbide, identificamos que, en Argentina, para que estas empresas se desarrollaran y crecieran en su impacto social positivo, sería fundamental tener bien estructurado el ecosistema de impacto. Así que, inspiradas en lo que conocíamos del desarrollo y resultados del ecosistema indio, fundamos EKHOS, para impulsar la visibilidad, estructuración y desarrollo del ecosistema de impacto de Argentina, con herramientas y metodologías adoptadas principalmente en aquel país”, precisó la contadora pública, quien recordó que su primer proyecto, junto con su socia, fue diseñar y convocar a un viaje de inmersión al ecosistema de impacto de India con el propósito de que otras personas y organizaciones argentinas, interesadas en este concepto, pudieran capacitarse en aquel ecosistema que supera en dimensiones y experiencias al ecosistema de impacto de toda Latinoamérica

De esta forma, además, logran ampliar el número de personas y organizaciones que entendieran frente a nuestras capacitaciones en el exterior cómo funciona un ecosistema que consigue el escalamiento del impacto de las empresas que lo conforman.

Lo adquirido en el exterior, ¿es potable para la Argentina? ¿O hay escasez de recursos?

“Todo esto ya sucede en Argentina. En el año 2019 co-fundamos, desde EKHOS, la Mesa IES de Impulso a las Empresas Sociales, junto a dos universidades privadas de Buenos Aires, dos estudios jurídicos especializados en impacto y otras organizaciones del ecosistema. Desde ese espacio lideramos un mapeo de empresas sociales de Argentina. Con este mapeo estudiamos a 60 empresas sociales del país y concluimos que en promedio estas empresas tienen 7 años de vida desde su fundación, que la edad promedio de sus fundadores es 42 años, las problemáticas sociales que resuelven son las de inclusión laboral, el acceso a mercados, el cuidado del medioambiente y el desarrollo local. La mayoría de ellas reinvierte, en promedio, el 50% de sus ganancias apostando a escalar impacto y que las principales poblaciones objeto de sus impactos son las mujeres, personas con discapacidad y personas en vulnerabilidad socioeconómica. Este estudio es de acceso totalmente libre y gratuito y está disponible en la web de Ekhos.

El potencial de desarrollo de este tipo de modelos de negocio es enorme en Argentina debido a que tenemos muchos desafíos sociales y ambientales por resolver y capacidades emprendedoras y profesionales interesantes para poner a disposición de la construcción de estos modelos. Además es el modelo de negocio que se viene, es innovador y el que ya están eligiendo las personas emprendedoras y también los consumidores que, en definitiva, empiezan a decidir poner su dinero en productos y servicios que dejen una huella positiva en su comunidad”.

¿ Y cómo han sido la evolución del término y la construcción del ecosistema de impacto en Argentina?

“En 2017 introdujimos en Argentina el término ecosistema de impacto. Muy lentamente, fuimos notando que el concepto comenzaba a ser comprendido y tenía sentido.

En 2020, identificamos que en otros países de Latinoamérica, como Colombia, México, Costa Rica y Chile, había más uso del término e incluso también encontramos organizaciones que, como EKHOS, se definían como constructores de ecosistema. Este hallazgo fue alentador y validaba el camino que habíamos recorrido en Argentina.

Hoy, y en relación con la construcción de ecosistema de impacto en Argentina, puedo asegurar que los avances son interesantes. En 2017 no se hablaba de ecosistema de impacto, y seis años después, específicamente en septiembre de este año, en un Taller de Ecosistema de Impacto, el séptimo que hemos facilitado desde que fundamos EKHOS, nos hemos encontrado con la participación de alrededor de 30 organizaciones que se dedican específicamente a construir ecosistemas de impacto en Argentina. Organizaciones públicas y privadas que visibilizan y desarrollan los ecosistemas de sus ciudades, provincias e incluso, algunas de ellas, trabajan a nivel país. Estas organizaciones se constituyen como mesas de impacto, redes de impacto, hubs y comunidades de impacto, nuclean a todos los actores de sus territorios y generan espacios de encuentro, reflexión, alianzas e intercambios entre todos ellos”.

En diálogo con Puntal, Romero enfatizó en que la ciudad pudo estar allí presente en ese taller, por medio de la participación de 6 miembros de la Mesa de Impacto de Río Cuarto. Esto sin duda, ha colocado a la ciudad dentro del mapa de ciudades que están trabajando para impulsar el desarrollo de su ecosistema de impacto y ha generado una red de vinculaciones de mucho valor.

¿ Cómo cree que estos modelos de negocios de impacto positivo podrían prosperar en Argentina?

“Principalmente desarrollando y fortaleciendo el ecosistema de impacto en el que se desenvuelven. Mirá, un ecosistema de impacto que esté visible, con actores que conozcan perfectamente cómo desde su rol pueden dar apoyo a los modelos de negocio que generan impacto positivo y, además, trabajen en el fortalecimiento de alianzas entre ellos, es lo que finalmente consigue sostener a largo plazo estos modelos de negocio, fortalecerlos e impulsar el escalamiento del impacto que generan.

La verdad es que no me imagino empresas sociales que prosperen en ecosistemas en los que las regulaciones y programas gubernamentales no las apoyen e incentiven, o en ausencia de profesionales que puedan entender este modelo de negocio y pongan a disposición herramientas y metodologías adecuadas para ellos, o en un país en el que el sistema financiero y el mercado de capitales no regulen, e incluso, diseñan instrumentos específicos de acceso al financiamiento para este tipo de modelos. Tampoco imagino que estas empresas puedan escalar sin que la academia las investigue, pueda compararlas con las de otros países de la región o del sur global, y haga sus aportes de valor en esa línea. De hecho, los países en los que estos modelos de negocio son más robustos son aquellos en los que el ecosistema de impacto tiene más nivel de madurez, como el de Reino Unido y el de India.

¿Cuáles son los planes para el año 2024 para EKHOS?

“Ekhos seguirá sosteniendo y trabajando sobre el desarrollo del ecosistema de impacto en Argentina. Llevamos 3 años involucrándonos con organizaciones de la región, que permite retroalimentar la experiencia de nuestro país con los desarrollos e innovaciones que notamos interesantes en otras partes de Latinoamérica.

Como todos los años anteriores, seguiremos promoviendo espacios de encuentro entre diferentes sectores del ecosistema de impacto, para seguir alentando el fortalecimiento de vínculos y construcción de esas alianzas estratégicas que, al final del día, fortalecen los modelos de negocio de empresas sociales”.

Por último, adelantó que en noviembre de 2024 volverán a activar sus viajes de inmersión al ecosistema de impacto de India.

“Será con el objetivo de buscar inspiración y conocimiento, compartiendo experiencias , fomentar alianzas empresariales que fortalezcan la implementación de estrategias de impacto social y seguir tendiendo puentes con aquel país que comparte los mismos desafíos sociales y ambientales que Latinoamérica”, finalizó