Di Tella en los medios
El País | Uruguay
7/08/17

Economía argentina crece, pero no se ve en el consumo

El índice de confianza en el gobierno que elabora la Universidad Torcuato Di Tella cayó en julio al menor nivel desde que Macri asumió en diciembre de 2015. En tanto, el índice de confianza del consumidor registró en julio un descenso del 6,9% con respecto al mismo mes de 2016 y del 16,8% si se lo compara con 2015.

En la recta final para las elecciones primarias del domingo próximo, el gobierno de Mauricio Macri al fin puede exhibir datos positivos sobre la marcha de la economía. En los últimos días, se sucedieron cifras que marcan alzas significativas en la producción industrial, la construcción, las ventas de autos, motos e inmuebles, además de una aceleración de la recaudación impositiva. Sin embargo, los analistas coinciden en que esas cifras favorables no serán suficientes para que la economía juegue a favor de los candidatos del oficialismo.

"A diferencia de lo que sucedía con el gobierno anterior, no hay ahora una economía en modo electoral. El actual gobierno no recurre a las anclas cambiaria y tarifaria para llegar a las elecciones con un impulso extra del consumo. Impulsa, en cambio, un modelo de crecimiento con el foco en la inversión. Esa diferencia explica por qué el crecimiento aún no se siente tanto en la calle y es percibido solo por algunos sectores", dijo el economista Santiago Dymensztein, analista senior de la consultora Elypsis.

Tras una fuerte caída en el primer semestre de 2016, la economía argentina comenzó una lenta recuperación. Ese cambio de tendencia tomó fuerza en los últimos meses. Si bien la comparación interanual es contra los peores meses de la recesión, el cambio de ciclo se hizo evidente a partir de mayo pasado. Ese mes, el Producto Interno Bruto (PIB) registró un crecimiento interanual del 3,3%, la tasa de expansión más alta de los últimos 21 meses.

Aunque todavía no hay datos oficiales, ese ritmo habría continuado en junio y julio. Según el Índice General de Actividad que elabora la consultora Orlando Ferreres & Asociados, la economía argentina creció 4,6% interanual en junio. De hecho, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), ese mes la producción industrial registró un incremento interanual del 6,6% y la construcción, del 17%.

Todo indica que la recuperación continuó en julio. La recaudación de impuestos ligados al nivel de actividad creció 6% por arriba de la inflación. Además, el mes pasado se patentaron un 22,6% más vehículos que un año atrás, y un 46,9% más motos. A eso se suma un alza del 18,8% en los despachos de cemento con respecto a julio del año pasado gracias al impulso de las obras públicas. La expansión promete continuar a buen ritmo en los próximos meses. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) —el promedio de las proyecciones de analistas recopiladas por el Banco Central—, crecerá a tasas anualizadas del 4% el tercer y cuarto trimestre.

Heterogeneidad.

Si bien la inversión está creciendo a buen ritmo —10,7% en el segundo trimestre—, el consumo no despega y ese rubro representa en Argentina nada menos que el 70% del PIB. "Los salarios reales recién ahora empiezan a recuperarse, y se están recuperando más lento de lo que se esperaba. El aumento de las tarifas de los servicios públicos, los medicamentos, alimentos, vestimenta y combustibles a tasas por encima de la inflación impacta sobre el consumo. Quizás el gobierno pecó por generar expectativas de una recuperación económica más rápida y más fácil, y eso no se dio", señaló el economista Miguel Zielonka, director asociado de la consultora Econviews.

La moderada suba del poder adquisitivo de los salarios durante este año no alcanzó a recuperar la caída superior al 6% registrada en 2016. La inflación, si bien se desaceleró a la mitad, todavía sigue alta: las estimaciones del REM son del 22% para este año.

Ese nivel inflacionario no solo impide una recuperación más acelerada del poder adquisitivo —y, por ende, del mercado interno—, sino que además incrementa los costos en dólares, lo que impacta sobre la competitividad de las economías regionales y los sectores industriales poco competitivos. En 2016, según estimaciones oficiales, cerraron entre 5.000 y 6.000 empresas.

El panorama mejoró este año, pero la recuperación es heterogénea y no incluye aún a sectores muy demandantes de mano de obra. "Hay algunos sectores que sufrieron más la normalización del comercio exterior y el sinceramiento tarifario. Las empresas textiles, fabricantes de muebles o ensambladoras electrónicas del conurbano de la provincia de Buenos Aires son las más afectadas. Por eso, el empleo industrial en el conurbano está con dificultades", dijo Dymensztein.

Ese escenario promete reflejarse en las urnas. En las ciudades del cordón industrial que rodean la capital argentina, como La Matanza, Merlo y Florencio Varela, Cristina Kirchner aparece liderando por lejos la intención de voto, seguida por el también opositor Sergio Massa y con el candidato oficialista, Esteban Bullrich, relegado al tercer lugar.

La recuperación económica llegó a Argentina, pero tarde y con una alta heterogeneidad entre sectores económicos y zonas geográficas como para que su incidencia sea un factor clave en las elecciones de medio término.

"El proceso de recuperación se demoró y, si bien no será una carga, la economía en estas elecciones será un factor neutral. La buena noticia es que, al ser la inversión la principal palanca del crecimiento, la economía argentina está en condiciones de salir de la ciclotimia del último lustro, en la que solo se creció en los años electorales para caer en los siguientes", dijo Zielonka.

La confianza aún no acompaña las noticias

Los datos marcan que la actividad económica de la vecina orilla comienza a tomar temperatura, aunque aún no se refleja en la sensación térmica que experimentan los argentinos. El índice de confianza en el gobierno que elabora la Universidad Torcuato Di Tella cayó en julio al menor nivel desde que Macri asumió en diciembre de 2015. En tanto, el índice de confianza del consumidor registró en julio un descenso del 6,9% con respecto al mismo mes de 2016 y del 16,8% si se lo compara con 2015.

El mercado financiero, otro "termómetro" de los ánimos

La plaza financiera argentina continuó el viernes operando con cautela y atenta al mercado de cambios, dadas las oscilaciones en la cotización del peso por coberturas en dólares de cara a las elecciones primarias (PASO) para definir candidatos que competirán en legislativas de octubre.

"Los operadores continúan decididamente inclinados por el wait and see (espero y miro) ante la proximidad de las PASO, las cuales despiertan incertidumbre y de ahí que la atención se concentre tanto en la evolución del dólar al actuar de termómetro de los ánimos", dijo Gustavo Ber, titular de la consultora Estudio Ber.

El peso en la franja mayorista se depreció un muy leve 0,03%, a 17,67/17,675 por dólar, a una semana de que anotara su piso histórico de 17,80 por unidad. Un reciente sondeo de Reuters ubicó a la divisa local en 18,865 por dólar en un año, contra las 17,25 unidades de un muestreo en julio.

Operadores dijeron que la moneda argentina se recuperó esta semana gracias a la inyección de divisas que efectuaron los bancos oficiales luego de que marcara niveles mínimos la semana pasada. En la víspera, el banco central vendió de US$ 42,3 millones.

En tanto, los bonos soberanos extrabursátiles concluyeron con baja de 0,3% en promedio, con un riesgo país argentino de la banca JP.Morgan que se mantenía estabilizado en torno a los 447 puntos básicos.

El índice líder Merval de la Bolsa de Buenos Aires finalizó con una merma del 0,29%, a 21.716,85 puntos, con lo que registró en la semana una leve mejora del 0,11%.

El gobierno argentino amplió el viernes en US$ 4.000 millones una emisión de bonos en divisa estadounidense con una tasa del 8,75% con vencimiento en 2024 llamados Bonar, para cubrir préstamos financieros conocidos como "repo", según dos resoluciones publicadas en el Boletín Oficial.