Di Tella en los medios
Los Andes
12/06/17

Juegos para entrenar el cerebro y mejorar la atención

Andrea Goldín, del Laboratorio de Neurociencia de la Di Tella, ideó un juego que mejora la comprensión de los niños en matemáticas, en especial de aquellos que por distintos causas tienen varias inasistencias a la escuela

Los juegos que ayudan a entrenar al cerebro para mejorar su foco de atención, armar estrategias para llegar a un objetivo, establecer controles inhibitorios para ir en forma gradual o mejorar lo que se llama la “memoria de trabajo”, ayudan a los chicos que tuvieron menos oportunidades en su entorno familiar a mejorar los aprendizajes y equipararse con los que provienen de contextos menos vulnerables.

“Son simples juegos que ayudan a entrenar el cerebro. El término neurociencias aplicado a la educación esta muy en boga últimamente pero esta rama de la ciencia no es una receta mágica para mejorar los aprendizajes” dijo Andrea Goldín, investigadora del Conicet en el Laboratorio de Neurociencia de la Universidad Torcuato Di Tella.

La investigadora, junto a un grupo de profesionales de distintos centros de estudios, fue quien ideó un juego llamado Mate Marote que se aplica en escuelas desde el 2008 y que mejora la comprensión de los niños por ejemplo en matemáticas, en especial a aquellos que por distintos causas tienen varias inasistencias a la escuela.

Goldín destacó que “lo que hicimos no es magia de las neurociencias sino simplemente aportar, a través del juego y del entrenamiento específico, al desarrollo cognitivo necesario para aprender lo que fueran a enseñarles en la escuela”. Este juego, aplicado en niños de primer grado de entre 6 y 7 años de dos escuelas públicas porteñas y también con chicos de tercer grado y de nivel inicial, logró demostrar un grado de avance en las notas de los alumnos tras haber jugado un tiempo con Mate Marote.

“Cuando fuimos a ver las notas vimos mejoras en todos pero en especial con los que tenían notas más bajas y que asistían menos a las escuela porque quizás no tuvieron en los seis años previos al ingreso el entrenamiento adecuado de sus capacidades cognitivas”, refirió Goldín durante la jornada para docentes que organizó la empresa Exito.

Explicó que el cerebro “es un órgano que va cambiando todo el tiempo a medida que pasan los años y que, a medida que va aprendiendo cosas nuevas (estímulo externo), genera una reacción o comportamiento que cambia su forma y que lo predispone de otra manera cuando se enfrenta con el mismo estímulo. Esto se desarrolla todo el tiempo y se llama círculo virtuoso. Sabemos que el cerebro necesita jugar, que necesita dormir bien para reacomodar sus piezas y que necesita alimentarse lo suficiente para estar en condiciones de asimilar mejor esos estímulos externos y aceitar ese círculo virtuoso”, aseguró la investigadora.