Di Tella en los medios
Diario de Río Negro
25/02/17

ARCOmadrid 2017: en busca de ¿un arte argentino?

Inés Katzenstein, directora del Departamento de Arte de la UTDT, repasa algunas de las obras expuestas en la muestra argentina de la feria ARCOmadrid, donde se desempeña como curadora.

Cuando un país es invitado a la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, es inevitable buscar la identidad de un arte nacional; en el caso de la Argentina, el protagonista de la edición de este año, que abrió sus puertas hasta mañana, la unicidad parece imposible. “Ser argentino es ser universal”, cita el ministro de Cultura argentino, Pablo Avelluto, a Jorge Luis Borges, para rechazar la idea de un arte contemporáneo argentino delimitado territorialmente.

Pero sí hay rasgos que caracterizan el arte del país: “La intensidad, el cuerpo y la sexualidad como temas y la búsqueda de la conversación y el diálogo con el otro” serían algunos aspectos en común de un arte que sin embargo se caracteriza por su diversidad.

De ahí que no haya sido fácil la tarea de Inés Katzenstein, la curadora de la muestra “Argentina Plataforma/ARCO” responsable de trasladar a España un abanico amplio de “la variedad y la vitalidad de la escena argentina contemporánea”.

Entre los elegidos se encuentra Fabio Kacero, “una especie de héroe local argentino que quería compartir con un público mayor”, cuenta la comisaria, acompañando a varios periodistas en un recorrido por la feria. “Es un artista muy influyente en Buenos Aires pero con poca exposición internacional, porque no viaja”, explica.

La galería Ruth Benzacar llevó a ARCO su “Trilobite”, un trébol que da a amigos para que lo dejen por el mundo mientras él marca esos lugares en un mapa, en una forma de viajar sin viajar. Un video performático en el que aparece haciéndose el muerto en distintos lugares de Buenos Aires y dos obras de escritura (una “metacita” de Borges y una lista de palabras inventadas) completan sus propuestas.

Contrastan con las de la joven pintora Valentina Liernur, que ofrece un lenguaje en diálogo con el punk y la moda, con dos obras pictóricas hechas con cierres, como si fueran cremalleras.

Sí es conocido a nivel internacional Alberto Greco, un pintor informalista pionero del arte conceptual e inventor del “vivo ditos”, acciones callejeras en las que rodeaba a la gente en un círculo de tiza y las firmaba, transformándolas en obras.

En la Galería del Infinito en ARCO se muestran sus “Besos brujos” que hizo antes de suicidarse en Barcelona en 1965 tras pasar un intenso verano en Ibiza donde un chileno le rompió el corazón. Se trata de una novela de 137 páginas “que cruza autobiografía, citas y cultura pop, con música, onomatopeyas y dibujos (...) un collage demencial, delirante, que fue su obra cumbre antes de morir”, explica Katzenstein.

El reencuentro de arte y escritura parece ser un fenómeno de la actualidad artística en Buenos Aires, pues además de la obra de Greco y Kacero, se puede ver la reinvención de la caligrafía que propone Mirtha Dermisache (galería Henrique Faría), aunque en su caso, la arquitectura de los textos es más importante que el contenido legible. La joven Leticia Obeid (galería Isla Flotante) muestra también textos que copian la letra de Walter Benjamin, además de un video en el que hace un contraste entre los sueños bolivarianos con la realidad actual latinoamericana que ya mostró en la Bienal de Venecia de 2011, explica a dpa en la feria.

Entre las propuestas más cargadas de literalidad destaca la obra de Ricardo Carreira, un artista de los años 60 poco revisado, considera Katzenstein. Su “Mancha de Sangre” formó parte de la muestra colectiva en homenaje a Vietnam en 1966 y se expone ahora en ARCO.

Por la pintura más al uso apuesta la galería Cosmocosa, que propone la obra expresionista y de experimento con el 3D de Luis Frangella, un artista fallecido que fue muy activo en la escena del East Village neoyorquino. Su retrato en tres dimensiones de David Wojnarowicz ya había sido vendido a apenas 15 minutos de la apertura de ARCO en la mañana del miércoles. Junto a Frangella se expone la folclórica obra hippie de Marcia Schvartz.

Destacan también los colores superpuestos de Juan José Cambre o la serie fotográfica “Cóctel” de Alejandro Kuropatwa, en celebración a la invención del cóctel ATZ que alargó la vida a los enfermos de sida en 1996. Ambos en el stand en la galería Vasari.