Di Tella en los medios
La Política Online
11/01/17

Primer éxito de Sturzenegger en su estrategia de desacople de tasas

Federico Furiase, profesor de la maestría en Finanzas de la UTDT, fue consultado acerca del desacople de tasas: "Al disociar ambas tasas, el Banco Central empieza a tener margen para reforzar el anclaje de las expectativas de inflación", precisó.

El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, comenzó el año estrenando una nueva tasa de referencia de la economía: el centro del corredor de pases a 7 días. De esta manera, pudo disociar la tasa de las Letras del Banco Central (Lebacs) de la tasa de política monetaria, con la que buscará desde este enero luchar contra la inflación.

Sturzenegger suele valerse del ejemplo del auto para explicar su tarea de conducción a la baja de las expectativas de inflación futura: “La política monetaria es como un volante que cuando uno lo mueve, el auto gira seis meses después”. Siguiendo su metáfora, el desacople de tasas le permitió sumarle un nuevo volante al auto. O si se prefiere la metáfora náutica, fijar las velas en un rumbo y sumarle a la nave un timón.

Y esta semana este desacople mostró su primer logro: bajó la tasa de Lebacs, retiró excedente de liquidez y mantuvo el sesgo contractivo de la tasa de referencia, todo al mismo tiempo.

Este martes se dieron a conocer las mediciones de inflación de diciembre de Mendoza, Córdoba, Buenos Aires y el IPC-Congreso, todas con bajas respecto del mes anterior. Así, pese a que “los primeros datos de enero se encuentran en línea con el sendero de desinflación trazado por la autoridad monetaria”, el Banco Central informó esta tarde que, por segunda vez en el año, “decidió mantener inalterada su tasa de política monetaria, el centro del corredor de pases a 7 días, en 24,75%”.

Es que las expectativas de inflación que mide el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) respecto de la inflación que se viene fueron en alza. Por eso en su comunicado semanal, la autoridad monetaria aseguró que “El Banco Central seguirá manteniendo un claro sesgo antiinflacionario para asegurar que el proceso de desinflación continúe hacia su objetivo de una inflación entre 12% y 17% durante este año”.

Esta semana este desacople mostró su primer logro: bajó la tasa de Lebacs a 23,5%, retiró $15.400 millones de liquidez y mantuvo el sesgo contractivo de la tasa de referencia, todo al mismo tiempo.

Así, mientras este volante sostiene un fuerte sesgo contractivo con la finalidad de convencer al mercado de que este año la inflación va a ser menor a la que hasta ahora esperan, con el otro volante logró bajar la tasa de Lebacs al 23,5% sin que se disparara el dólar. Por el contrario, retiró $15.400 millones de circulación que volvieron a apostar a quedarse en este instrumento en pesos antes que refugiarse en el dólar.

La alta tasa de Lebacs había sido el eje de los roces entre Sturzenegger y el ex ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, a la hora de ponerle nombre y apellido a la responsabilidad por la falta de recuperación de la actividad económica. Con este desacople, ahora el Banco Central pudo avanzar en la baja de tasas sin temor a que se recalienten las expectativas de inflación.

LPO consultó a Federico Furiase, profesor de la maestría en Finanzas de la UTDT y consultor de Estudio Bein, acerca del desacople: “La tasa de referencia de la política monetaria es la encargada de dar una señal al mercado para anclar las expectativas de inflación hacia la meta de inflación, que está en 12 al 17% para 2017. La tasa de Lebac es la que maneja la mayor parte de la liquidez del mercado monetario, aunque la de pases también controla una parte. Y la tasa de Lebac es la que miran los agentes para ver si se quedan en instrumentos en pesos o usan sus pesos para comprar dólares”.

“Al disociar ambas tasas, el Banco Central empieza a tener margen para reforzar el anclaje de las expectativas de inflación que ahora rondan el 21% y a la vez bajar con cautela la baja de la tasa de Lebac y al mismo tiempo retirar el excedente de pesos del mercado”, explicó el especialista.

“Todo esto en un contexto donde el excedente de liquidez que dejó diciembre, la estabilidad cambiaria y la menor volatilidad de la tasa de interés del bono a diez años de Estados Unidos, que está en 2,38%, lo permite”, aclaró el economista.

Estos dos volantes, sin embargo, no pueden separarse demasiado. Dependen de cuánto sea el margen para la política monetaria que dan otras tres variables: la estabilidad cambiaria y la liquidez (plata circulando) disponible y la tasa de interés de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Aun así, el Banco Central apunta a ampliar el margen de autonomía de estos dos volantes. A partir de febrero, las Lebacs solo van a licitarse una vez por mes, mientras que Sturzenegger seguirá dictando su tasa de referencia todos los martes.

“Todo este desacople de tasas termina estando en función de la dinámica de la demanda de dinero de los agentes. Lo que quiere decir que cuando el excedente de liquidez de los bancos se empiece a acotar o en caso de que aumenten las expectativas de devaluación –o lo que es lo mismo, que los agentes pidan una tasa de interés en pesos más alta para no pasarse a instrumentos en dólares-, en ese contexto el Banco Central tiene menos margen para bajar la tasa de Lebac sin generar una expansión monetaria que pueda irse al dólar y, como los precios son sensibles a las expectativas de devaluación, aumenten también las expectativas de inflación”, concluyó Furiase.

En 2016, la tasa de Lebac fue la que más pesos absorbió y en el futuro inmediato también se espera que lo siga haciendo. Por otro lado, es factible que lo pases vayan ganando participación en el manejo de la liquidez una vez que se termine la transición de las licitaciones semanales de Lebacs a licitaciones mensuales.