Diversidad sexual en las empresas
Es posible establecer cierto paralelismo entre la Responsabilidad Social y los derechos humanos: los avances en materia de igualdad lo demuestran.
Luego deL la sanción de Ley de Matrimonio Igualitario en 2010 y la ey de Identidad de Género en 2012, la sociedad argentina avanzó mucho en el camino hacia la apertura a la diversidad sexual. A partir del contexto de igualdad jurídica en el país, muchas personas se animaron a visibilizar su identidad en el ámbito laboral. Si bien las empresas comenzaron a trabajar en políticas de inclusión del colectivo LGBT, todavía persisten las compañías heteronormativas y falta eliminar muchos prejuicios.
En general, los programas de RSE suelen abordar primero la igualdad de género, en segundo lugar, la discapacidad, y luego la diversidad sexual. “Todavía es muy pobre el trabajo de las empresas en este sentido. Desde RED hicimos una investigación donde entrevistamos a 33 empresas. Los resultados nos dieron que 27 trabajaban por la igualdad de género y sólo nueve tenían iniciativas relacionadas con la diversidad sexual.
Al visibilizar la temática, la persona empieza a sentirse en un espacio de contención. De este modo, cuando el empleado o empleada decide ‘salir del closet’ lo puede hacer sin sentirse discriminada”, explica María José Sucarrat, coordinadora de la Red de Empresas por la Diversidad, desarrollada en el marco de la Torcuato Di Tella.
“En la ciudad tenemos muchos jóvenes trans que provienen de países limítrofes. Vienen a estudiar a Argentina porque pueden ejercer el derecho a su identidad. Ellos serán futuros jóvenes profesionales y por eso las empresas tendrán que replantearse cómo incluirlos”, dice Lucía Bocca, integrante del área de diversidad sexual de la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
“En las empresas hay políticas de inclusión de personas con orientación sexual diferente. Hay que pasar de tener políticas de aceptación o valoración a tener acciones concretas. Está corroborado que la diversidad es la fuente principal de innovación”, dice Alejandro Melamed, doctor en Ciencias Económicas y especialista en Recursos Humanos. Otro punto que todavía falta transformar en las empresas son los estereotipos que se transmiten en las publicidades o campañas gráficas. Se sigue reproduciendo un único modelo.
Adrián Barreiro es consultor especialista en diversidad sexual. Brinda talleres a las empresas, donde busca generar una postura reflexiva al respecto. Dice que muchas veces por hacer un uso del lenguaje inapropiado se puede afectar la dignidad de los compañeros de trabajo. “Las personas del colectivo LGBT estuvieron siempre en los ambientes laborales, pero de forma invisibilizada. Si una persona es gay, lesbiana, bisexual o trans puede no querer contar su realidad por temor a sufrir consecuencias negativas. Esto genera una tensión psicológica y aislamiento en su entorno laboral. Así, buena parte de la capacidad productiva de la persona queda restringida por estar concentrada en no revelar su identidad sexual. Cuando los ambientes de trabajo son inclusivos, la barrera desaparece”, dice.
Este año, Dow realizó el primer Foro por la Diversidad en el ámbito laboral con el objetivo de promover la diversidad sexual. La iniciativa, promovida por un grupo de empleados, fue un espacio de debate que buscó instalar el tema en la agenda corporativa. “El objetivo del foro es contribuir a construir una sociedad más abierta y que podamos discutir estos temas sin miedo”, dice Florencia Castleton, directora de Recursos Humanos de Dow. “Somos una compañía que le pone mucho foco a la diversidad porque creemos que trae riqueza, creatividad y equipos más inclusivos que se adaptan mejor a los cambios del mundo vertiginoso en el que vivimos. Estamos aprendiendo en el camino, no tenemos todas las respuestas. Buscamos generar respeto sin importar la orientación sexual”, agrega Castleton.
Telecom es otra de las empresas que toma iniciativas en la temática. Lanzaron un e-learnig sobre diversidad sexual para toda la compañía y a partir de ahí se empezaron a disparar conversaciones. María Virginia Meneghello, gerente de Cultura Organizacional, dice que con la herramienta ayudaron a desmitificar muchos preconceptos. Explica: “Lo fundamental es que la sexualidad es parte de la identidad. Es una falacia creer que es un tema de la vida privada. Es constitutivo de la persona, no podés dejar de ser quien sos en la oficina”.
¿Cómo lo viven los empleados? Emiliano Fossato es ingeniero agrónomo y empleado virtual de Dow. Es representante de ventas en la ciudad de Río Cuarto, Cordoba. Participó como orador del primer foro porque quería contar cómo fue su experiencia al salir del closet en la compañía. Dice: “Primero se lo comenté a mis supervisores, y como la reacción fue positiva me sentí más tranquilo. Yo necesitaba decirlo. Me daba miedo y vergüenza, pero estaba viviendo una mentira. Contar mi vida personal para mí fue liberador y me tranquilizó mucho”.
Abril Farías, empleada del Grupo Telecom, trabaja en la empresa hace 11 años. Al ingresar, ella era conocida como Mario Farías. Pasó por distintos puestos de trabajo y hoy está en el área de Back Office de San Francisco, Córdoba.
Cuenta: “Al principio, tomaba mi condición de género actual como algo lúdico y sólo entre amigos me llamaban Abril. Nunca me imaginé unir las dos identidades en una sola y definirme. Eso se fue dando de manera paulatina. Cuando me presenté como Abril en el trabajo fue una sorpresa para mis compañeros porque no lo había manifestado antes. Mis compañeras me felicitaban y me decían que había sido muy valiente. Me presenté ante mis jefes y lo primero que les pedí fue cambiar mi mail para que apareciera mi nombre”.
Por Florencia Tuchin