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El Economista
13/10/17

Javier Zelaznik: "Cambiemos funcionó como si fuese un partido"

“Cambiemos tuvo la capacidad de alinear detrás de las iniciativas del Poder Ejecutivo a esas dos grandes familias que son el PRO y la UCR”, sostiene el profesor del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales


"Cambiemos tuvo la capacidad de alinear detrás de las iniciativas del Poder Ejecutivo a esas dos grandes familias que son el PRO y la UCR. Pero la oposición también fue disciplinada", sostiene Javier Zelaznik, docente e investigador en la Universidad Torcuato Di Tella sobre la dinámica del Congreso durante los dos primeros años de gestión del presidente Mauricio Macri.

Se habló mucho, antes de asumir Cambiemos, sobre su situación de minoría en el Congreso y la dificultad que podía tener para establecer acuerdos. ¿Cómo evalúa su funcionamiento?

Las perspectivas eran más bien pesimistas y funcionó mejor de lo que se esperaba. El Gobierno no solamente es minoría, sino que es una coalición minoritaria, con lo que implica el problema del manejo interno de una coalición. Pero tampoco fueron iguales los dos años. En el primero tuvo un desempeño legislativo mucho mejor. A partir de sus acuerdos con el peronismo moderado o disidente y con el Frente Renovador, el oficialismo tuvo la posibilidad de llevar adelante buena parte de las políticas que se proponía. Por supuesto, con modificaciones que fueron producto de negociaciones y de la buena predisposición del Gobierno por abrir los temas a discusión. Y esto, más allá de lo que sucedió a fines de 2016 con la discusión por Ganancias o con la Emergencia Social.

¿Y en 2017?

Este año tuvimos un Congreso planchado, que hizo poco y nada. De hecho se podría haber esperado algo más de conflictividad. Es decir, un Congreso que acompañara el clima electoral. De la oposición, para que el Presidente se viese obligado a vetar leyes que no le gustaran, pero también del Gobierno, que no consiguió mucho, pero tampoco buscó conseguir. Pareció existir un acuerdo tácito entre la oposición y el Gobierno para desactivar el Congreso, con todos los actores enfocados en la campaña, pero por afuera del recinto. Ni siquiera podemos hablar de parálisis, porque la palabra misma da la idea de que hubo enfrentamientos que trabaron su funcionamiento. Y no fue así.

Cambiemos mostró una disciplina de interbloque casi sin fisuras. Por su parte, el peronismo mostró su fragmentación en Diputados.

Sí. Cambiemos funcionó en el Congreso como si fuese un partido. Tuvo la capacidad de alinear detrás de las iniciativas del Poder Ejecutivo a esas dos grandes familias que son el PRO y la UCR. La oposición también fue disciplinada. Y si hubo problemas, éstos se resolvieron bastante rápidos: por ejemplo, la escisión en Diputados entre kirchneristas y el Bloque Justicialista. Una vez que se produjo esa ruptura, esos bloques también funcionaron de manera disciplinada. El Frente para la Victoria, por lo general, oponiéndose al Gobierno, y el Bloque Justicialista y el Frente Renovador con una postura intermedia. Los problemas de cohesión se dieron en el Senado, porque no se dio la ruptura. En el se vieron diferencias respecto de la conducción de Miguel Angel Pichetto, por parte de sectores kirchneristas. Sobre todo, cuando Pichetto tenía sintonía con el Gobierno.

¿Cuánto puede cambiar con la nueva composición?

Ningún cambio va a llevar a que el Gobierno tenga mayorías propias en ninguna de las dos Cámaras. Pero esto ya se sabía de antemano. Sin embargo, se van a dar cambios importantes. Por un lado, la consolidación de Cambiemos como primera fuerza en Diputados. Se estima que podría llegar al 43%. Lo cual lo acerca a lo que, en la literatura politológica, llamaríamos una cuasi mayoría. La ventaja de esto es que jugando con el quórum y el apoyo de grupos muy pequeños puede llegar con cierta facilidad a la mayoría. Es decir, podría llegar a prescindir del apoyo activo del Frente Renovador o del Bloque Justicialista. En el Senado, en tanto, va a mejorar su situación y estaría cerca del tercio, mientras que el FpV ahora sí puede llegar a quebrarse entre el peronismo más asociado a los gobernadores y el kirchnerismo. Esta situación le daría a Cambiemos la condición de bloque con más bancas.