Las acciones en Wall Street vienen realizando una pausa en las dos últimas semanas. El Dow Jones pasó de máximos históricos de 22180 puntos a 21675 puntos, generando un recorte de 2,3% hasta el cierre del viernes pasado. Una caída simular registra el SP500, que pasó de 2490 a 2425 puntos en las últimas dos semanas.

Sin embargo, para más de la mitad de los operadores en Wall Street este recorte no sólo no llama la atención sino que incluso vienen esperando. Ya surgieron distintas voces de alerta resaltando los bajos niveles que registraban los índices de volatilidad, dando a entender que estamos frente a un mercado muy complaciente.

El hecho de que el mercado se encuentra muy relajado deja abierta la posibilidad de un ajuste y un incremento de la volatilidad en el mercado accionario. Para evitar pérdidas, parte de los inversores han optado por estrategias más defensivas en las últimas semanas.

En parte por ello se explica el avance del oro, que registra una recuperación de 5% desde mediados de junio a la fecha y por primera vez en la era Trump, el metal precioso ha logrado colocarse por encima de los 1300 dólares la onza.

Este nivel es un escollo importante para el oro ya que ha intentado distintas veces colocarse por encima de ese nivel en lo que va de 2017 y nunca ha podido consolidarse por encima de tal resistencia.

En la misma línea, los inversores también han optado por posicionarse en otro de los activos de cobertura típicos ante escenarios de volatilidad como los bonos del tesoro a 10 años americano, que registraron un fuerte rally. Justamente, la tasa a 10 años del título de referencia de Estados Unidos pasó de máximos de 2,39% hasta 2,19%, recortando 20bp en los dos últimos meses.

En concreto, se nota un mercado más cauteloso y los inversores lo han venido notando y han optado por invertir en activos de cobertura.

Los índices bursátiles, tanto el SP500 como el Dow Jones, han mostrado síntomas de debilidad en las dos últimas semanas, un dato que invita a mantener cierta cautela hasta que los máximos históricos registrados no sean superados.

Tanto el oro como la tasa del bono a 10 años encuentran sus propios escollos para poder extender el movimiento que vienen mostrando en las últimas semanas. Justamente los 1300 representan una resistencia clave de mediano plazo para el metal y subas por encima de tales resistencias liberarán una continuidad alcista hacia niveles superiores cercanos a los 1380 dólares la onza e incluso valores más ambiciosos para adelante.

En paralelo habrá que vigilar también la evolución de la tasa, ya que con caídas debajo de tal nivel, un escenario correctivo mayor quedará habilitado para llevar al rendimiento hacia zonas inferiores, lo que probablemente implique un escenario de mayor volatilidad para las acciones producto de una compra aun mayor de coberturas por parte de los inversores en el mercado financiero.