¿Por qué no hubo un atentado terrorista en América Latina? Explicar esta anomalía no es fácil para las política internacional. El Grupo de Investigación de Introducción a Relaciones Internacionales en la Universidad Di Tella buscó responder este interrogante. Circunscribimos el período posterior al 11/9 de 2001, los grupos a los específicamente globales -excluyendo los locales como el ELN colombiano- y la modalidad a célula y lobo solitario.

Un tercio de los análisis consideran que el origen del terrorismo es interno, argumentando mayoritariamente que en América Latina las poblaciones islámicas se integraron en los países y conviven con poblaciones de otros cultos, pacíficamente (explicación societal). En menor medida se destaca la ausencia de regímenes pro islámicos y la inexistencia de electorados musulmanes (explicación política). Una tercera explicación (demográfica) apunta a que cuantitativamente las poblaciones islámicas que podrían tornar al yihadismo son ínfimas: América Latina es la región con menor población musulmana global en términos absolutos (840.000) y también relativos (menos de 0,1%).

Entre quienes destacan las causas internacionales, el relevamiento mostró que 48% de las explicaciones lo adscriben a factores estructurales: América Latina no es una región relevante en asuntos globales y por eso no es visible como objetivo del terrorismo. A ello se suma un 46% de análisis que explican la región no participa de intervenciones en Oriente Medio ni está alineada con Occidente/Washington.

El objetivo de los analistas es comprender mejor la realidad para que los decisores puedan tener intervenciones más efectivas. Para un país que será anfitrión de la Cumbre del G-20 el año que viene, responder a este interrogante de manera auténtica no es ya un ejercicio intelectual sino un imperativo de seguridad.

(*) Autor de “Todo lo que necesitás saber sobre el (des)orden mundial” (Paidós).