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La Nación
16/11/16

Eduardo Levy Yeyati: "En innovación hay que disparar con perdigones"

Para el economista y profesor de la Di Tella, se trata de probar muchas cosas para que sólo el 10% tenga éxito, y propuso el "ingreso universal" como solución para distribuir la riqueza que crearán las nuevas tecnologías

"No podés simplemente clavar la mirada en el futuro sin pensar en cómo esto va a avanzando paso a paso en el presente", comenzó el economista Eduardo Levy Yeyati, quien se divide entre el análisis de lo coyuntural y las perspectivas a mediano y largo plazo. Aseguró que el doble rol le está "quemando la cabeza", pero que disfruta bastante más del segundo, porque no tiene demasiada competencia en un país donde los números queman.
"En la Argentina tenemos un problema de desarrollo que data de muchos años para el que probamos soluciones, pero la mayoría fracasó. Todo este aprendizaje sirve para tomar un enfoque desde varios ángulos. Hay algunos que intentan integrar todo el conocí miento en ciencias con el mercado; hay otros empujando el emprendedurismo; hay toda otra movida creativa en el sector de la agroindustria, donde siempre hubo más agro que industria, y hay otros pensando en cómo lidiar con los sectores más sensibles. Ahora tenérnos la chance de conciliar toda esta agenda", expresó.

A nivel mundial, países que tienen una "oficina de prospectiva", donde se analizan problemáticas a futuro. En el caso de la Argentina, él tiene a cargo una semilla de un proyecto similar para pensar en el país en 2030. "Para planificar hay que anticipar, porque las grande síntomas y los procesos de innovación productiva tardan más de 10 o 15 años", dijo.

"La anticipación es importante Hay tendencias que son preocupantes que no se pueden dejar de mirar las demográficas, por ejemplo, que son la razón por la que el mundo crece tan poco. La sustitución del trabajo por la tecnología es otra, e insisto mucho, esto es como el cambio climático. Hasta que no llega parece que siempre va a aparecer algo nuevo que nos va a hacer salir de esa crisis", continuó el autor de Porvenir: caminos al desarrollo argentino, publicado en 2015.

Luego lanzó: "Creo que los trabajos que tenemos ahora dentro de una década van a ser muy distintos. O no van a existir o va a haber otros nuevos y el neto será menos puestos". El problema no termina allí: "La sustitución del empleo es buena en la medida en que la riqueza que se cree con esa tecnología se pueda distribuir, porque si no va a quedar concentrada en las manos de los dueños de las máquinas".

El experto señaló un "twist adicional" relacionado con la pérdida de poder adquisitivo de varios millones de personas que derivará en una caída del consumo, que podría detener el progreso tecnológico y llevar a una situación de estancamiento.

Pero el economista no sólo se quedó en el panorama desolador, si no que también habló de posibles soluciones, aunque advirtió que "aún parece prematura": el ingles o universal. "En 1889, Otto von Bismarck creó el sistema de jubilaciones y parecía un comunista. Vio una concentración de riquezas y una consistente inequidad y las redistribuyó. Ahora las jubilaciones son lo más normal del mundo, pero en esa época no. Lo mismo se puede decir en este caso", aclaró.

¿Cómo funcionaría el ingreso universal? Se trata de un sistema en el que "las personas que concentren el ingreso asociado al progreso tecnológico tendrán que pagar un poco más de impuestos" para que todos los ciudadanos del país, sin importar si están empleados o no, cobren un estipendio mensual para cubrir sus necesidades básicas. Así, afirmó Levy Yeyati, se financiaría una distribución que "ya se da en jubilaciones y asignaciones para chicos, pero todavía no a nivel empleo".

"No sé qué voy a estar haciendo en el futuro, pero sé que voy a estar haciendo menos", dijo luego. Con esa frase introdujo su siguiente razonamiento: "Si la productividad aumenta y distribuís los frutos, cada uno debería trabajar de manera optativa o voluntaría menos horas". Más tarde diferenció entre trabajos y carreras: "El trabajo es el yugo del que uno está buscando desesperadamente salir. La carrera es la que permite que uno siempre esté planificando cosas", describió.

Añadió: "Sé que la mayoría de las personas estarían mucho mejor si en vez de trabajar 40 horas trabajaran 20, y pudieran dedicar el resto del día a ver televisión o a hacer actividades que les gusten. Esperaría que, a futuro, estemos más cerca de la leisure society [sociedad del ocio], para tener más tiempo libre para decidir qué hacer y menos tiempo perdido en un trabajo".

Por otro lado analizó otras consecuencias de las nuevas tecnologías en la sociedad y discrepó con los expertos que aseguran que los países con desarrollo intermedio como la Argentina tienen una oportunidad en este nuevo escenario: "La idea de que nosotros vamos a zafar hay que desterrarla. Partamos de la base de que vamos a fracasar y veamos cómo podemos evitarlo. Ese debería ser el principal enfoque", dijo.

Añadió que, si bien hay muchos esperanzados por la penetración de celulares y el desarrollo de los pagos electrónicos en África, "dentro de poco, los transportistas kenyatos, que son la clase media del país, van a ser reemplazados por Uber", y que "de alguna u otra manera" se van a terminar enfrentando a las problemáticas que traerán consigo el mayor desarrollo de las tecnologías.

No obstante, dijo que la Argentina tiene una oportunidad que abre el nuevo marco: "Ya no hace falta desarrollarte para competir con la industria manufacturera tradicional, así que podemos empezar a buscar otros ángulos en los que quizá no estamos tan atrasados en competitividad, por ejemplo, en los servidos de alto valor agregado". Agregó que, de todas las tecnologías exponenciales que aparecieron en los últimos años, el país tiene una oportunidad en la realidad virtual, porque está en buenas condiciones para desarrollarla.

"Sin embargo no me concentraría en una sola. Lo ideal sería que te dijeran lo que va a pasar, pero sería un placebo hay que probar muchas cosas en la innovación, hay que disparar con perdigones. Probar de todo y por ahí sale el 10%, y así quizás es como vas avanzando", finalizó el economista.